Capítulo Diez: Sick Of Losing Soulmates.

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Qué ser extraño eres, Dios sabe dónde estaría

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Qué ser extraño eres, Dios sabe dónde estaría

Si no me hubieras encontrado, sentada sola en la oscuridad

Venus lo miró, con sus ojos multicolor enrojecidos, con el aliento retenido. Sus ojos no se podían despegar de los de él, ni los de él de ella. Su boca se había movido levemente, pero las palabras habían aplastado todas las emociones en poco menos de un segundo.

-No quería que terminara así, Nico.

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El cielo estrellado, la luna llena y el clima de una noche de verano. Todo es muy bonito.

Observa el mar, imponente frente a ella. Oscuro y aterrador,  por la noche, con el sonido de las olas rompiéndose contra las rocas como único aviso de que está allí, de que siempre está allí. El que mar no perdona, el mar que devora y no devuelve, el mar del mismo color de los ojos que alguna vez supo amar. Los ojos que cada día miraban (Y miran) a Annabeth.

Siente el viento contra su piel. El viento, suave y ligero que está en todos lados pero simplemente no lo podemos ver. Como la presencia de alguien a quien amó, que las revistas de farandulas han dicho en más de una ocasión que está con su novia en la misma ciudad en la que ella se está quedando, pero no se lo topa ni por asomo. Es como cuando estaban juntos, como cuando eran solo ellos dos pero él pensaba en Piper.

La fogata está detrás de ella. El fuego hace sonar los trozos de madera y carbón. El fuego, que quema, que hace daño, que consume y que destruye. El fuego, reconfortante y cálido. Como el tacto de alguien que una vez amó, aunque fuesen dos segundos en los que duró su risa. Esa risa que Calipso podía oír a diario.

Todo se ve bien. Te hace sentir bien saber que estás en este lugar, rodeada de oscuridad y sola. Contigo, con quien importa. Como cuando él le decía que lo hacía sentir feliz, pero ella destrozó su corazón y él volvió a los brazos de Hazel.

Venus mira todo, siente todo y piensa en todo.

Los amó.

Si, alguna vez los amó. 

Un pedazo de ellos, por lo menos. Siempre había algo que terminaba por hartarse y, finalmente, ella se iba con las primeras señales de compromiso real.

Ninguno la dejó jamás del todo satisfecha.

No, no de manera meramente sexual, en eso estaban bien, pero...

Percy no entendía nada cuando ella hablaba de arte, cuando le leía en voz alta o cuando ella quería mostrarle un poco más de sí misma, de su pasado. Fue la relación más larga, pero la que la hizo sentir más sola.

Jason la aburría, no les gustaba hacer las mismas cosas y, siendo su relación más corta de los cuatro, Venus podría decir que la aburría estar con él, como si nada lo divirtiera realmente, como si todo fuese predecible. Fue la relación en la que se sintió más aburrida, más abandonada en la rutina.

Ride. // Nico Di Angelo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora