El "Inocente" de QingDao. [TaoRis] [PAUSADA]

Capítulo N°1 ~Mi vida.

Hola, mi nombre es Huang Zi Tao, y les voy a contar parte de mi historia desde que comience a relatar aquí. Vivo en QingDao, una ciudad portuaria de la provincia de Shandong, China. Tengo 17 años. A pesar de vivir en esta genial y maravillosa ciudad, soy demasiado inocente como dicen la mayoría de mis familiares. No salgo muy a menudo, no me gusta, tampoco conozco más allá de QingDao, siempre salgo con mis padres y no me atrevo a andar solo. Me gusta usar mi computador, estar en mi habitación y leer libros o manga. Mi hermano actualmente vive en un internado por ser opuesto a mí. Su comportamiento es el peor, no respeta leyes, ni a las mujeres, vive la 'vida loca' siendo que es menor que yo. Por esta causa, no lo veo nunca, porque está enfadado con mis padres y cuando le dejan salir, no viene a casa. Mi madre trabaja de azafata de aviones, por lo que solo los viernes la veo y mi padre está en la oficina 20 horas al día. Viene, duerme cuatro horas y vuelve al trabajo... almuerza allá, cena allá... todo allá. Supongo que su vida es algo forzada. Solo tenemos tiempo de compartir en familia un fin de semana cada 2 semanas, y ahí es cuando aprovechamos de ir a todos lados juntos, claro, sin mi hermano. Luhan a veces nos acompaña. Ahora estoy en penúltimo año de instituto, y... soy bastante ignorado por apariencia en el liceo. Si bien, no soy bonito, tampoco soy feo. Mi cabello es negro, mis ojos son... bastante alargados y tengo ojeras bajo cada ojo, que me caracterizan como un panda. Mido 1,83 pero aún estoy en proceso de crecimiento. Peso 66 kilos y físicamente, estoy bien, ya que realizo artes marciales y me entreno en ello cada vez que puedo y tengo tiempo libre. Hace 9 años me entreno en eso, muchos me elogian por ser tan ágil y nunca meterme en peleas a pesar de mi habilidad, pero... las mujeres me ignoran como si fuese un fantasma o estuviese pintado en la pared. En mi instituto hay mujeres bonitas, pero soy invisible para todas y cada una, así que constantemente estoy con Luhan. Les contaré sobre Luhan, mi mejor amigo. Él era de Haidian, Beijing, y muy poco me ha contado de ese lugar. Solo anécdotas o cosas por el estilo. Llegó a QingDao porque sus padres se separaron, y su madre lo trajo con el cuándo aún tenía 16 años, desde ahí que vive acá.

Él es  todo un playboy hecho y derecho, niñas le llueven por todos lados, lo siguen y... me ha contado que ya no es virgen. Suele ir a fiestas y muchas veces me invita, pero me he negado por el simple hecho de que no me gustan los lugares con exceso de gente. Aun así es mi amigo y ambos nos queremos bastante. El es "ulzzang" de la línea de los más conocidos y exitosos, pero de todos los comentarios que he escuchado, cuando está con una mujer, se vuelve opuesto a cualquier concepto de ulzzang. Una brutal máquina sexual en la cama, con solo 20 años. Sí, él es más grande que yo, y está en el instituto en la enseñanza superior, desarrollando su carrera como cantante y bailarín... o lo que puede hacer porque a veces falta. Hoy, es martes y debo bajar a desayunar. Estoy listo, bañado, vestido y mi mochila está con lo necesario. 

Hice mi cama, tomé mi teléfono y bajé.

El desayuno estaba servido, pero frío, como todos los días. Mi padre lo hacía y se marchaba al trabajo. Para la hora en la que yo despertaba y tomaba desayuno, ya estaba frío y el pan estaba algo duro. Estaba acostumbrado, así que rápidamente tomé desayuno y salí de casa, pensando en que debía conseguir un trabajo para ayudar a mis padres. Vivíamos bien, pero me sentía culpable por no ayudar ni una pizca. Me dirigí a la parada de autobús y esperé a que llegara. Cuando llegó, me subí y fui directo al colegio. El camino fue corto ya que  no vivía muy lejos. Desde que tengo memoria vengo a este colegio, conozco la cara de todos y cada uno de los estudiantes, pequeños, grandes, todos. Sabía quiénes eran nuevos y quiénes no. Estaba aburrido de la misma monótona rutina.

Avancé por el pasillo siendo invisible como siempre, sin tener la vista de nadie encima de mí, hasta mi casillero. Eché la mochila ahí, puse mi teléfono en mi bolsillo, tomé el cuaderno de biología y me dispuse a ir a clase, porque faltaban 3 minutos. Cerré el casillero y caminé en dirección a la sala de biología. Podía hacerlo hasta con los ojos cerrados, me sabía el colegio mejor que mi casa y es por las largas horas que pasaba aquí. Llegué a la puerta. Seguía siendo invisible. Acostumbrado, entré y me situé en el tercer pupitre de adelante hacia atrás. La sala comenzó a llenarse y todos buscaban lugar. Estaban casi todos ocupados. El de mi lado estaba vacío, el del lado de Jia también y el del lado de Lay también.