XI: Como odio Beacon Hills.

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Derek.

Moví la cabeza tratando de alejar las voces de mi cabeza. Estaba cansada, me sentía sin energía, en un solo día había hecho demasiadas cosas y si por lo menos, ahorita me enfrentaba a alguien tenía las de perder, mis poderes estaban débiles.

Ser una bruja no es fácil.

Mire a todos lados después de que Nathan se fue y decidí por fin entrar a mi casa, descansaría y le dejaría los problemas de Beacon a otros

Casi lo olvidaba, había puesto en libertad a una omega y a un beta que no habían sentido la luna llena en meses.

Rayos.

Cierro la puerta con seguro y hago lo mismo con las demás puertas y ventanas, no quería que me vinieran a hacer algo, aún tenía que hacerle la vida imposible a muchos. Cuando ya había terminado mi tarea sentía una presencia extraña en la casa, era un ambiente como frio y tenebroso, la verdad era que había tenido muchas emociones por hoy, una más y me daría un infarto.

Había voces y no eran en mi cabeza, era en el ambiente. No sabía de dónde venían y ya comenzaban a molestarme, camine por la casa tratando de buscar de donde surgían las voces.

Allison.

Scott.

Lydia.

Aiden.

Notgisune.

Kira.

Meredith.

- ¡BASTA! –pedí gritando tapándome los oídos.

Mire a todos lados asustada y en una esquina sobre una mesa estaba un jarrón con unas piedras de colores, de allí venían las voces.

Sabían qué clase de piedras eran, las utilizaban para leer la fortuna, si así de cliché pero así era. Las brujas se disponían a leer las piedras respecto su colores, dependiendo del color en que se acomodaban podía leerse la suerte.

Pero ahora las malditas piedras estaban hablando por si solas.

Frustrada ya por la situación, camine dando grandes zancadas hasta el jarrón y cuando ya lo tenía en las manos para estrellarlo contra el suelo, mi alrededor cambio y era un cementerio, ya no tenía nada en las manos.

Había una figura con una capa negra a lo lejos mirándome. Mire a todos lados confundida, no lograba reconocer cual cementerio era y no era que me la pasara en los cementerios, solo que podría parecerme familiar el ambiente o el clima. De repente cuando voltee a ver a la figura ya estaba más cerca, instintivamente comencé a correr con el corazón latiéndome a mil.

Te doy un concejo, cuando aparezcas en un cementerio y una figura con una capa comience a acercarte a ti, corre, corre como si al otro lado estuviera tu ídolo con los brazos abiertos esperándote para empezar una vida juntos.

Bruja Escarlata ➳ Stiles StilinskiWhere stories live. Discover now