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Las luces cegaban a cualquiera en tan solo cuestión de minutos.

Louis por eso prefería mantener la mirada baja mientras con un trapo se dedicaba a limpiar los vasos de cristal.

Ese día, por una gran suerte de que el bantender se había enfermado, le tocó estar a él en su lugar.

Y si, le daba las gracias a todos los Dioses por aquello, no sabría si hubiera podido aguantar otro día en aquel sitio como una más de las prostitutas de ese jodido cartel, que compraba a cualquier tipo de omega para su beneficio.

El no había sido la excepción, si, había sido vendido al cártel de los Styles.

Gran organización mafiosa, muy reconocida en el país.

El dinero les llovía a mares, y eso fue lo que más le llamó la atención a su padre, Mark. Que más, ya había sido maldecido con un hijo omega, al menos que obtuviera algo bueno de ello.

Tres días después de cumplir los veintiuno, una pancarta de vendido ya se había colocado frente a él, junto a otros omegas hombres y mujeres en una sola camioneta llevados hasta ese gran lugar, que juraba, podría comparar con un castillo.

"Tomlinson!!" Grito su jefe, beta gracias a los cielos. Aunque debe admitir que si algo bueno tenía esa noche de trabajar de bantender, era los caros y de alta calidad de supresores que le eran otorgados. "Deja de jugar con esos vasos y vete a servir a las mesas privadas." Se estremeció.

"P-pero si esas les tocan a Niall..." Murmuró bajito. Niall Horan, su mejor (único) amigo. Un beta que llevaba años trabajando para las Styles, y que debido a sus posición, jamás había vivido lo que el.

"El está ocupado en otro asunto con el jefe. Ve de inmediato." Suspiro resignado asintiendo. Se limpió las manos y salió de la barra dirigiéndose como iman hasta aquella gran cortina roja donde sabía, se hallaban las mesas privadas.

Un grito desesperado lo recibió.

Seguro era una de las nuevas, pensó.

Esas mesas servían nada más para meter mano a las (os) omegas, por los tacaños de esos estupidos alfas adinerados que iban a divertiste sin pagar una habitación.

"Se le ofrece algo se..." Pero se congeló apenas y abrió la cortina que daba paso a la mesa donde habían exigido sus servicios.

Una omega, nueva en definitiva, que no pasaba los quince años.

Trago saliva.

"Hey!!, omega estupido, hazme caso!!" Regreso a la realidad al escuchar aquella asquerosa voz de alfa invadir sus tímpanos. Tembló breve y agradeció de nuevo a los supresores que le ayudaban a tener mejor control de su cuerpo ante los alfas.

"Si?" Dijo en un hilo de voz, pero con sus ojos demasiado fijos aún en aquella chica que le miraba suplicante.

Trago saliva.

"Tráeme una botella de vodka. De la más cara, se la regalare a esta puta por su hermoso servicio, que te parece?" Y para colmo estaba más que borracho. Esta pobre chica acabaría muerta..."y voy a rentar una habitación." Parpadeó relamiendo sus labios asintiendo.

Vendido. "Larry"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora