Check yes Juliet © (MN #2.5)

Capítulo 4 | Perdiendo el color

CAPÍTULO DEDICADO A Bletstorre ♥  

Canción sad en multimedia para yorar con el capítulo :'v

ZAYN
Al día siguiente

—Apestas a malas vivencias y recuerdos tristes.

A través de las palabras de Eric viene a mi mente la forma en la que se las dije hace sólo unas horas a Maia, pero no me hace sentir mal. No como lo de «señorita yo sí recuerdo todo». Quise cachetearme en el exacto momento en el que las solté, pero soy tan inútil que sólo pude intentar arreglarlo hasta que ella escondió su cara para evitar llorar. No quise volver a hablar, no quise volver a arriesgarme a cagarla más, pero pude cantarle.

Me habría gustado tener mi guitarra conmigo en ese momento.

Me habría gustado poder hablar con ella sin meter la pata de esa forma.

Maldita sea, soy un completo imbécil.

—Y tú apestas a una larga noche que te costará tu vida entera—decido burlarme de él, justo cuando se deja caer a mi lado en el sofá. Miro el techo. Ni siquiera quiero ver su aspecto—. Mamá y papá van a destrozarte en cuanto vean el lío que es esta casa.

Se pasa una mano por la cara para ocultar su sonrisa. Cierro los ojos, a la espera de que suelte lo que ya sé que me dirá.

—No van a hacerlo si no alcanzan a verlo—hace de tripas de corazón y decide incorporarse. Se gira y extiende una de sus manos en mí dirección—. Venga, tienes que ayudarme a limpiar.

Abro la boca para renegar, pero él chista, impidiéndome hacerlo.

—Lo harás si no quieres que publique tu foto en bikini.

Sigue extendiendo su mano. Intento estirar la mía para coger la suya pero termino por enseñarle el dedo corazón. Eric me dedica una última sonrisa burlona antes de alejarse a grandes zancadas cuando su móvil comienza a pitar. El tono de llamada que tiene para mamá es inconfundible, así que mientras estoy tirando de mí con fuerzas que no sé de dónde saco, escucho que él atiende. Está en una habitación diferente a la mía, pero habla casi a gritos.

—¿Mamá?—pregunta. Permanece en silencio—. ¿Qué?

Entro a la cocina y lo veo justo cuando se deja caer en una de las sillas. Tiene el rostro desencajado, como si acabara de escuchar la peor noticia de todas. Intento no ponerme demasiado nervioso, porque puede que sólo se trate de otro de los tantos exámenes universitarios reprobados de mi gran hermano, pero es inevitable para mí oír los murmullos que le hablan a mi hermano.

Y esa no es la voz de mamá.

Permanezco con el hombro recostado en el marco de la puerta mientras veo cómo Eric pierde poco a poco el color. No me observa. No me dice qué es lo que está ocurriendo.

Justo entonces, el timbre de la casa comienza a sonar. Por primera vez, Eric se gira para indicarme que me toca abrir a mí.

En silencio, camino hasta la puerta y, cuando la abro, me llevo una gran sorpresa al descubrir que tengo a la ex novia de mi hermano frente a mis narices.

No está sonriendo, tiene lágrimas en los ojos. Annie Thompson nunca llora.

—Necesito hablar con él—anuncia, como si no fuese demasiado obvio que no es a mí a quien busca—. Necesito...

Intenta poner un pie dentro de la casa pero soy más rápido y consigo detenerla, cerrándole el paso con mi cuerpo. Annie retrocede.

—No creo que sea buen momento para...—intento excusarme, a sabiendas de cómo reaccionaría Eric ahora mismo, pero no consigo terminar con la frase.