Capítulo 2 | Punto máximo

4K 425 252
                                    


CAPÍTULO DEDICADO A Alphabet-Bear 

Por cierto, el vídeo que está en multimedia recomiendo verlo cuando veáis este signo + (pero no es esencial) 


ZAYN

Al día siguiente

Mis dedos se deslizan con facilidad sobre las cuerdas haciéndome sentir un cosquilleo justo en la yema de los mismos. Puedo oír los sonidos que estoy haciendo pero, después de tanto tiempo, me cuesta sentirlos. No me siento apegado a ellos como se supone que debo sentirme. Algo me hace pensar que estoy desconectado de la música, de la guitarra a la que de alguna forma me estoy aferrando, del lugar en el que me encuentro. No siento esa conexión que antes sentía, que parecía ser esa rama que impedía que la corriente me lleve lo más lejos posible de lo que la gente llama «salud mental».

Supongo que la he perdido.

Los acordes de alguna canción que no puedo sacar parecen flotar a mí alrededor como si quisiesen decirme que estoy hundido, hasta el fondo. Se supone que la música es un arte y que el arte te ayuda a desahogarte así que, ¿qué explica que me sienta así?

¿Por qué sólo puedo sentir que estoy perdiendo algo o... a alguien?

Mandando al cuerno cualquier tipo de explicación artística que me hayan dado a lo largo de mi corta vida, dejo a un lado la guitarra. Supongo que me frustra no poder concentrarme como antes lo hacía.

»—Estás perdiendo tu toque—había dicho mi hermano al oírme tocar tres semanas atrás.

»—Púdrete—había contestado.

Pero aquel día no había dejado de tocar. Hoy sí.

Mi cabeza choca contra la mesa de madera que tengo a mi lado mientras me permito gruñir. En el fondo sé que me estoy rindiendo justo ahora por más que no quiera admitirlo. Dejarla de lado significa ya está, lo haré más tarde, y eso sólo puedo tomarlo como un no habrá más tarde. No cuando vuelvan mis padres, no cuando Eric termine sus actividades. No mientras ellos estén rodeándome.

Alzo ligeramente la barbilla al oír una suave respiración cerca de mí. En el marco de la puerta de la cocina, puedo verla. Sus ojos de color castaño analizan la situación. Supongo que alcanzó a oír mis intentos de componer algo nuevo, aunque no tengo idea de cuánto tiempo lleva ahí. La chica rubia que llegó a casa con mi hermano no sonríe, permanece en silencio, pero sus dedos marcan un ritmo bastante acelerado cuando los tamborilea sobre la madera. Con el paso del tiempo, se vuelve lento.

Finalmente, se dispone a decir algo.

—Sonaba bastante bien. De hecho, sonaba muy bien. Pero parece que no te gusta hacerlo.

Observo la forma en la que, de repente, su mirada cambia. Recuerdo cómo retrocedió en cuanto me vio. Recuerdo cómo pareció asustarse al tener esa primera impresión tan cercana de mí.

—Digamos que lo tengo algo prohibido—acepto, haciendo una mueca.

Ella deja de mirarme para observar el suelo, sin saber qué decir.

—¿Puedo preguntar por qué?—inquiere, con apenas un hilo de voz.

Alcanzo a oírle, pero no sé cómo responder.

—Eh...—comienzo a decir, sin poder observarla directamente a los ojos—. Es una especie de castigo.

—¿Castigo?—pregunta, incrédula. Está frunciendo el ceño—. ¿Qué clase de castigo es no poder expresarte?

Check yes Juliet © (MN #2.5)Место, где живут истории. Откройте их для себя