CAPITULO 55

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Pude notar como Adriel se controlaba para no abalanzarse sobre mí. No comprendía el porqué de su comportamiento, qué lo hacía actuar así.

-¿Qué te pasa Adriel? ¿Qué sabes, que yo no? Dime. –Le exigí, encarándolo.

Sus facciones se suavizaron, bajó la cabeza, pude ver un atisbo de tristeza en sus ojos.

-Adriel, ilumíname, te lo imploro.

-Perdona mi comportamiento de hace unos instantes, es que.... –Sus manos se vuelven a cerrar formando un puño.

-Adriel, soy yo, puedes decirme lo que sea.

-Iré al grano, ellos no quieren que lo sepas, pero pienso que te convierte en un arma de doble filo si lo desconoces, al menos, podrás discernir.

-Por favor, cuéntame. –Le ruego.

-Aunque Owen y Erwen tengan éxito en eliminar las llaves, la puerta siempre puede ser abierta.

-¿Qué? –Me quedo atónita. -¿Qué estás diciendo? Escúchate, no tiene sentido.

-Jade, tú eres la verdadera llave, tú puedes abrir los siete candados.

Me quedé congelada, ¿A qué se refería? No entendía nada.

-Explícate. –Le pido.

-Tu eres luz y Owen tinieblas, la oscuridad habita en él, aunque es también mitad ángel. Ustedes son como el yin-yang, se complementan, son como polos opuestos que se atraen. El uno no puede subsistir sin el otro.

-Aún sigo sin comprender. –Esto es demasiado confuso.

-Jade te acuerdas de tu visión.

-Sí ¿Qué tiene que ver con todo esto?

-Ahí está tu respuesta. Búscala y la encontrarás.

-Suenas como a Yoda, hablas sin sentido. Parece un maldito trabalenguas. –Espeto molesta.

-Jade, las llaves una vez que están unidas, forman una sola, los siete candados es solo una representación de las siete llaves, en realidad es solo un candado, y la persona que puede abrirlo, eres tú, y solo tú. Y aunque destruyan la llave, tú tienes el poder de hacerlo, eres más poderosa de lo que crees.

El aire me faltó, me sentí mareada, tanto que la habitación daba vueltas, es como si todo girara a mi alrededor. Me desvanecí, pero antes que tocara el suelo, unos brazos me recibieron y un cálido pecho me resguardó. Pude sentir la respiración de Adriel sobre mi rostro, sus palabras se escuchaban lejanas, intentaba coordinar qué me decía, creo que me llamaba.

Desperté en mi cama, abrí los ojos despacio, respiré pausado varias veces, sentí que era observada y al ver a mi lado, sentado en un sofá se encontraba Adriel, con los codos colocados en su regazo y las manos bajo su mentón. Su mirada estaba cargada de angustia y pesar, presentí que algo malo había ocurrido.

-¿Qué sucede? –Indago temiendo escuchar la respuesta.

Sentí una segunda presencia, me percaté que Anael también se encontraba con nosotros, presentí lo peor.

-¿Dónde están mis padres? –La voz me salió entrecortada, de repente la garganta quemada, la tenía seca, tragué saliva intentando quitarme esa sensación.

-Lo intentamos. –Comenzó a hablar Anael. –Pero llegamos muy tarde.
–Su mirada bajó y una parte de mi corazón se partió.

-¿A qué te refieres? –Me atreví a preguntar previendo la respuesta.

-Asmodeo, él...... solo encontramos sus cuerpos sin vida.

-Mis padres, están muertos.
–Afirmé haciendo acoplo de todo mi valor para terminar la frase.

Anael guardó silencio, no tuvo que decirme nada para saberlo.

-No llegaron a tiempo, los dejaron morir. –Empecé a gritar como desquiciada. Me levanté de la cama con una punzada de dolor y rabia que recorría cada parte de mi ser.

-Jade, ellos sabían que iríamos, no sé cómo, pero, siempre están un paso delante de nosotros.

-Ustedes son ángeles, guerreros del Señor, y no pudieron hacer nada para salvarlos. –Las lágrimas se desbordaban sin control mojando mis mejillas.

-Jade, no te dejes nublar por el dolor que ahora sientes, eso es lo que él quiere.

-Te refieres a Luzbel. –Mis manos se hicieron puños.

-No caigas en su juego, piensa en Agatha y Reivel, lo que ellos querrían.

-Están muertos. –Grité y la casa retumbó, todo la casa en realidad, parecía como si estuviera temblando, me tomó unos segundos comprender que era yo, la que lo causaba. –Tú los dejaste morir. –Señalo a Anael. –Confiaba en ti, y ahora ellos no están. –Con cada palabra, objetos caían al suelo, el cielo del Limbo se oscureció, un viento comenzó a golpear las ventanas, al parecer estaba conectada de algún modo a aquel lugar y mis emociones se trasmitían a éste.

-Jade. –Adriel dio un paso hacia mí. –Tan solo lo miré y su cuerpo fue lanzado hacia una esquina, sin tocarlo, con solo desearlo, lo levanté, arrastrándolo por la pared y sujetándolo sin que se pueda mover.

-Jade. –Me llamó Anael.
–Contrólate, piensa en lo que haces.

No lo escuché, la ira que llevaba por dentro se mezclaba con la pérdida de mis padres, mi hermano y yo éramos huérfanos porque los ángeles no pudieron salvarlos. Anael se suspendió por los aires, y supe que era yo quién lo hacía, ejercía presión sobre él, lo lancé al otro lado de la recámara, una extraña energía emanaba de mí, con solo mirarlos ambos perdieron el conocimiento.

Sin tener control de mis actos, comencé a dirigirme a la puerta resguardada por el arcángel, que llevaba al inframundo. El cielo relampagueaba, pronto copiosa lluvia se precipitó con fuerza, lastimando la tierra, vi como la hierba a mis pies se quemaba al ser pisada por mí, ahora entendía las palabras de Adriel, involuntariamente Owen me cedió de su energía negativa porque estábamos conectados, éramos uno como el yin-yang.

-Apártate. –Le ordené al ser celestial al llegar a mi destino. Mi voz no era la mía, sonaba ronca e hizo eco a nuestro alrededor.

-Tengo un mensaje del Supremo. Me pidió que te dijera que las cosas están tomando el rumbo que deben, pero que de ti depende el destino de la humanidad. Él te da la oportunidad de recapacitar, él cree en ti.

Reí como una loca, si él fuera tan poderoso, mis papás estuvieran con vida, él había roto mi confianza, me arrebató lo que más amaba y no se lo perdonaría.

Dicho esto, el arcángel se hizo a un lado, la puerta se abrió, la crucé ignorando los quejidos que de adentro salían, no tenía miedo, quería respuestas, y solo había alguien que podía dármelas, y su nombre era Luzbel.

*************

Hola, perdón por el abandono, pero les tengo buenas noticias, al fin se terminó mi pesadilla de exámenes, como esta semana no actulicé aquí les dejo un capítulo y trataré de actulizar la otra.

¿Cómo que las cosas se complican? Jade está fuera de control cegada por el dolor ¿Qué pasará ahora?

Un abrazo.

Luz y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora