CAPITULO 21

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Me preparaba para nuestro viaje a Perú cuando tocaron a la puerta. Me devolví y ahí frente a mí, estaba Owen con las manos metidas en las bolsas de sus jeans y el aro decorando su muñeca izquierda. De esta forma, le impediría transportarse y anulaba completamente sus poderes.

Corrí hacía él y lo abracé, él me correspondió, aspiré su aroma, me encantaba. No era como que oliera a algo en específico, era solo su olor corporal, dulce y agradable. Nuestros labios se encontraron sin dificultad, no me hes posible explicar lo que ciento cuando Owen me besa o el solo contacto de su abrazo.

-Lo siento tanto. -Le señalo el aro.

-No es tan malo. -El aro brilla sobre su muñeca.

-Hablé con El Supremo.

-¿Enserio? -Frunze el ceño.

-Sí ¿Por qué?

-No creí que él hablara como decirlo, con los subalternos.

-Heyyy. -Lo golpeo en el hombro.

-¿Qué? Es la verdad.

-"Él" como lo llamas, no es como te lo imaginas. Murió por la humanidad que quieres llevar a la destrucción.

-Eso era antes, ahora pienso diferente. -Pone los ojos en blanco.

-¿Qué te hizo cambiar de parecer?

-¿Qué no es obvio? -Me vuelve a ver.

Me sonrojo de inmediato, Adriel aparece, vuelve a ver a Owen con desaprobación y se dirige solo a mí.

-Es hora.

Asentí y tomada de la mano de Owen salimos, topándonos de frente con Sebastián y Mara. Ella quitó la mirada e ingresó de inmediato a la recámara, él sonrió por cortesía y la acompañó, solo Aarón se quiso acercar pero su madre lo llamó por lo que el niño se reunió con sus padres.

-Veo que mi presencia no es grata aquí.-Murmura Owen.

-No es solo eso, luego te contaré.

Seguimos el recorrido hasta llegar abajo donde papá y Adriel nos esperaban, mamá con ellos.

-Señora. -La saluda mi demonio con educación.

-Sólo Agatha, señora es muy formal sabes.

-Lo tendré en mente. -Le sonrío mostrando sus adorables camanances.

Nos tomamos de las manos y aparecimos en el lugar de nuestro sueño, ya sabíamos que hacer, así que movimos las rocas y la entrada se abrió. Formé las bolas de energía que se distribuyeron por toda la estancia, me fui detrás de Owen, recordando las asquerosas telas de araña, las odiaba y más a sus habitantes.

Así proseguimos hasta encontrarnos con la segunda pared, procedimos de igual manera que en el sueño y la llave levitó, tomándola yo al momento, dándosela a Adriel, quién al tocarla se desvanece, de seguro enviándola a un lugar seguro.

-Escuchan eso. -Mencionó papá, por lo que pusimos atención, se escuchaba como un zigzagueo, era extraño. De repente Owen se vio suspendido en una clase de hilos de seda que lo llevaron a gran velocidad el techo, dirigí las bolas de energía y vimos al menos cinco arañas gigantes, sentí como el terror me invadía, les tenía fobia.

Una de ellas sacó un filoso punzón de su trasero, chorreando lo que creo era veneno, con la intención de inyectarselo a Owen, quería ayudarlo pero me pegué contra la pared sin que el cuerpo reaccionara.

-Tranquila, nos encargaremos. _Dijo papá.

Adriel y él atacaron a la araña que tenía sujeto a Owen, lo envolvió en una clase de capullo, y cuando el fuego celestial la hirió, mi demonio cayó precipitándose al suelo, una sustancia verde se esparció por todos lados.

Grité cuando una de ellas rodeó mi mano con su tela, pronto me jaló y en cuestión de segundos, me encontraba cubierta de una textura pegajosa y acedada. No podía respirar, comencé a hiperventilar, el corazón me latía tan aprisa que creí me daría un infarto, me dolía el pecho, estaba aterrada.

-Jade. -Oí a mi padre gritar. No supe que sucedió, sólo que me abrazó el vacío y unos brazos me recibieron. -Resiste hija. -Me hablaba mi padre, ya no podía respirar del todo.

Una abertura fue hecha y el aire penetró oxigenando mis pulmones.

-¿Owen? -Pregunté con preocupación.

-Está bien. -Me respondió papá terminando de quitar la tela de mi cuerpo.

Estaban cubiertos de una masa viscosa y verde que olía terrible, los cuerpos de los arácnidos, yacían inertes. Owen se encontraba recostado sobre la pared, algo golpeado pero a parte de eso, nada irregular.

-¿Sería bueno que nos hubieran advertido? -Reclamó molesto Adriel.

-No lo sabíamos. -Contestó Owen. _Ayer no se nos reveló nada de esto.

-Muy conveniente. -Bufó quitándose la sustancia pegada a sus manos. -Esto es asqueroso, creo que vomitaré.

Papá y yo nos miramos soltando una carcajada, excepto Owen, lucía enfadado, luego hablaría con él. Regresamos a casa, lo primero que hice fue tomar una ducha, bajé a la biblioteca donde papá le leía un libro a mamá, ella tenía la cabeza recostada sobre su pecho, mientras que él la rodeaba con su brazo, no había nadie más.

-¿Dónde está Owen? -Quise saber.

-Lo volvieron a llevar a su prisión. -Me informó papá.

-¿Por qué? -Expresé levantando la voz.

-Lo siento hija, son órdenes.

-¿Del Supremo?

-No, de Adriel, él está a cargo ¿Recuerdas? En ausencia de Anael.

-No es justo. -Repliqué con las lágrimas a punto de estallar.

Salí de ahí buscándolo pero no lo pude ubicar, me recosté en una pared y me dejé caer, hasta quedar sentada sobre el frío mosaico.

-Jade. -Se me erizó la piel al escuchar esa voz. Levanté mi vista aún incrédula y me congelé cuando lo reconocí.

-Cely. -Pronuncié su nombre aun dudando si realmente era él.

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Hola, merezco k me maten por tardar tanto en actualizar. Perdónnnnnn, espero les gusten los capis. Trataré de hacerlos más largos, besos.

Luz y TinieblasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora