Capítulo 6: María

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Dallas

La observo pegar la frente al cristal de la ventana. Ha estado así durante todo el viaje. Sin hablar, sin mirarme, sin siquiera hacer un gesto, como si no estuviese ahí. Nuestros viajes solían ser más divertidos antes. Hablando estupideces de niños, jugando a cualquier tontería que la mantuviera risueña. Antes las cosas eran diferentes.

-Lo hará de todas formas, ¿no?- dice sin despegarse de la ventana.

Me cuesta un par de segundos reaccionar a su voz y anexar lo que ha dicho con lo que está dentro de mi comprensión.

-A mi abuelo- me mira solo un segundos y luego vuelve su vista hacia la carretera -Él lo matará de todas formas, ¿no?-

Efectivamente Mike lo hará. No querrá dejar vivo a nadie que pueda significar un riesgo, incluso si eso significa asesinar a la mitad de la organización, incluyendo a Rainie y a mí. Ya lo he visto antes. Pero ahora está peor que nunca. Estamos en guerra y con Violet como consejera esto no tendrá un final feliz. 

-No, no lo hará- le miento -Te dio su palabra-

Rainie suelta una risa cansada -Su palabra no vale nada.

Tiene razón, pero este no es el momento para sentir desconfianza. Mike solo necesita que ella haga bien este trabajo, que consiga los tratos, que reciba el dinero y adiós, no tiene que morir si hace las cosas bien. Pero no hará las cosas bien si sabe que uno de los suyos está muriendo en este momento a kilómetros de distancia en el pequeño Spring Diamond.

-Él estará bien. Mike lo necesita- le digo, pero es una total mentira. Lawrence fue un buen socio y aleado para mi padre, para el padre de Mike, pero eso fue hace años. Ahora solo es un hombre viejo, demacrado y perdido. El dinero se le ha escapado entre los dedos y ha dado tantos pasos en falso que de no ser Mike, cualquier otro lo asesinará en cualquier momento.

Rainie no responde a lo que he dicho. Apoya su cabeza contra el respaldo de su asiento.Suspira pesado. -¿Tú lo sabías, verdad? ¿Lo de Terrence?-

Siento un gusto amargo en la boca. Fui yo quien lo aconsejó de esta decisión. Dejar a alguien a cargo de todo cuando las cosas comenzaron a teñirse de rojo para todos. Primero fue lo de Tara, luego vino Lisa y cuando nos dimos cuenta todos estábamos en la cuerda floja. Pasó tan rápido que nunca consideramos los riesgos, queríamos una solución.

-No, no lo sabía- vuelvo a mentir.

Asiente, la veo por el rabillo de mi ojo. Y suspira. -¿Lo de Lisa?- pregunta.

Se me eriza la piel. El amargor que había tomado lugar en mi boca se intensifica. Lisa no es un buen tema de conversación. No para hablar en un automóvil en una viaje de tres horas, y mucho menos con Rainie sentada a mi lado. Suena a traición.

-No voy a hablar de...-

-¿Tú lo hiciste?- me interrumpe. Y de pronto ya no la siento frágil, ni perdida. La veo segura, decidida y llena de rabia. 

Aparto la mirada de la carretera para observar sus ojos azules, que están duros sobre mí. -¿Crees que lo hubiese hecho?- le pregunto. 

Ni siquiera pestañea antes de responder -De ti esperaría cualquier cosa-

-Entonces no importa mucho la respuesta-

El resto del viaje se vuelve aún más pesado, marcado por el silencio y la sombra de nuestra incómoda conversación. Ella sabe de lo que soy capaz, sabe lo que he hecho, y lo que puedo llegar a hacer. Eso la ha vuelto desconfiada, hosca y distante estos últimos años, y más ahora estos últimos meses.

Llegamos a nuestro destino después de tres horas y media. La carretera estaba colapsada y correr solo levanta sospechas, por lo que seguimos la lenta marcha del resto de los veraneantes y fingimos ser otros turistas más.

La bodega de María es una enorme casona a las afueras de la ciudad. Dos enormes balcones adornan el frente y los costados están rodeados de enormes árboles y flores. El color pastel de las paredes y la seda en las ventanas da una sensación de hogar y delicadeza; por dentro todo cambia. El primer piso da las veces de recibidor, con varios hombres enormes de raza latina armados hasta los dientes, bloqueando el paso a las escaleras, las cuales conducen al piso superior. En él, hay cuatro habitaciones enormes, arcas llenas de dinero y drogas. Mujeres se pasean desnudas de un cuarto a otro contando el dinero y juntando la mercancía para luego entregarla a los mensajeros.

María nos recibe en la antesala de su enorme templo, en el jardín principal. A simple vista ella luce como cualquier otra mujer latina, vestida delicada, con el cabello tomado en un moño alto. Pero debajo de su disfraz de mujer común, hay una diosa del tráfico. Desde los doce años trabajando día tras día, pasando de un clan a otro. Traicionando, peleando, matando, creciendo, robando, y finalmente amando a un padre de la coca. Se casó a los veintitrés años y enviudó temprano a los veinticuatro. Se creó a ella misma en el mundo de los negocios. Para cuando cumplió treinta ya tenía todo un imperio. Mike se adueñó de la mitad de él unos meses después. 

-No esperaba visitas- señala apenas le somos visibles.

Rainie no se ve siquiera inmutada por nada, ni por los hombres armados a nuestro alrededor, ni por la mirada en la dama frente a nosotros. 

-Mike nos envió- le digo. María solo sonríe sin ganas.

-¿Hay acaso alguna razón en especifico?- cuestiona.

Miro a mi lado. Mi mirada cae varios centímetros hasta los ojos azules de la pequeña criatura rubia a mi lado. -Ella..- digo sin dejar de mirarla, contemplando su serenidad cambiar a incertidumbre -Su nombre es Rainie Lawrence-

Cuando observo a María un segundo después, sus ojos se han teñido de rabia pura. -La hermana de Terrence Lawrence- murmulla entre dientes. Al instante la horda de hombres a nuestro alrededor levanta las armas directo a la cabeza la pequeña rubia.

-Van a matarnos- susurra Rainie tras un leve jadeo.

-No- le aseguro. -A mí no me odian-

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Holaaa; 

No había actualizado en un tiempo bastante largo y es que estaba un poquito ocupada, pero prometo volver a retomar la historia. Este capítulo es algo aburrido, pero no estaba tan inspirada, pronto vendrán mejores. Gracias por leer y los votos, son increíbles <3 

Besoss <3 

SEÑORITA PERFECTA [EN PROCESO]Where stories live. Discover now