capitulo 19

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Capítulo 19.  

-Disculpa, llego tarde. – harry entró corriendo en mi despacho y su piel blanca tenía en ella los mofletes totalmente colorados. Detrás de todo ese frío helador que envolvía la ciudad de Londres, a la gente que corría, el calor les acompañaba.

-No te preocupes. Yo no hace mucho que he llegado. – Le dije dejándole respirar, estaba realmente asfixiado.

-Hoy necesito que vengas conmigo, necesito encuadrar unas fotos en una página de periódico y no sé cómo… Te recompensaré si lo haces. – Me dijo. Parecía que solo le faltaba arrollidarse para pedirme ese gran favor, que yo haría encantada.

-Claro, yo te ayudo. – Le dije con una sonrisa. 

harry me sonrió y acto seguido me llevó a su despacho que estaba en la otra punta del pasillo. Desde él se veían todas las vistas de Londres, pues el piso donde estábamos estaba muy alto.

-Espero que no te sientas presionada. Sé que tú tienes talento para esto y para más y me parece que sería una buena idea que tú me ayudases a hacer esto. Como ya te dije, te recompensaré. – Dijo sentándose en su silla del despacho y mirando a la pantalla del ordenador, en busca de la página que yo debería de modificar.

-No, no te preocupes de verdad. Es mi trabajo al fin y al cabo.

  harry me sonrió y me explicó de que se trataba yo le miraba atenta mientras comprendía perfectamente lo que debía hacer. Y así lo hice. Le ayudé  y no es por presumir, pero hice el trabajo realmente bien. harry quedó satisfecho y yo aún más. Me dio unas fotocopias de la hoja del periódico, pues dijo que era el mejor trabajo que había visto hacer en toda su vida, que quería que los recordase.

Acababa mi jornada de trabajo y ya volvía a casa. De nuevo esquivaba a toda esa gente que salía de trabajar a la misma hora que yo, a las 4 de la tarde. Me monté en el tren y agotada resbalé mi cuerpo hasta que aterrizó en el asiento. Entrecerraba los ojos del cansancio, era demasiado estrés para lo acostumbrada que estaba a no hacer nada. Pero algo me hizo incorporarme y abrir los ojos como platos. Un chico de unos 175 centímetros estaba dado la vuelta a unos 5 metros de mí. Con una chaqueta de cuero y con el pelo rubio. Con un  cuerpo perfecto. Algo me llamó y levanté todo mi cuerpo dirigiéndome hacia ese chico. Algo me decía que era él, que era niall. Iba directa a tocarle la espalda, pero justo alguien se me interpuso en mi camino.

-Disculpe señorita, ¿sabe cuánto se tarda más o menos en llegar a esta estación? – Dijo señalando a una línea de tren que yo desconocía por completo. - No soy de aquí y estoy totalmente perdida. – Una mujer de unos cincuenta años me estaba sujetando del hombro, como si pensase que me iba a escapar. La escuchaba mientras seguía mirando esa espalda de aquel chico.

-Lo siento señora pero no puedo ayudarla. Tampoco conozco Londres mucho… - Dije casi cayéndome. El tren acababa de parar en una parada y ese mogollón de gente empezaba a salir. Miraba la espalda de ese chico. Parecía dirigirse a la salida, parecía bajarse en esa estación.

-Pero, ¿no sabrás más o menos decirme, querida? De verdad lo necesito. – La mujer seguía en sus trece. Yo permanecía mirando a ese chico, pero entre la multitud que salía por esa puerta, desaparecía. Le había perdido.

-Disculpe señora, pero me tengo que ir. – Agarré mi bolso apretando el taco de hojas que me había dado harry antes de salir del trabajo y salí corriendo. Por los pelos, pues las puertas del tren se estaban cerrando ya.

Bajé de aquel vagón y miraba en todas direcciones. Había muchísima gente. Demasiada diría yo. Mi mirada iba de un lado para otro sin parar de buscarle, pero parecía no servir de nada. Estaba perdido. El tren arrancaba y una ventisca que había creado ese ferrocarril, había volado mis hojas. Iba detrás de ella tratando de no perderlas cuando me choqué con alguien. Una chica de unos quince años.

Appeared (Niall y tu )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora