JUNIO

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-"Creo que hay algo que debo decirte para que tengas una idea más clara"- Dijo Kisame. Se sentó frente a la mesa de Sakura, con su nuevo de hitai-ate brillando en su frente. Llevaba algo parecido a cuando estaba con los Siete Espadachines: una camisa gris sin mangas, pantalones negros, pantorrillas grises y un protector de cintura. Sakura se inclinó hacia delante con curiosidad.

-"¿Oh?"-

-"Todo este asunto de un Akatsuki al mes, como cualquier otro miembro, no tengo absolutamente ninguna idea del porque Pein-sama está haciendo esto. Pero sé una cosa. Ninguno de nosotros buscó la organización. Nos reclutaron después de salir de nuestras aldeas, algunos de nosotros nos vimos forzados después de perder una batalla, así que no me sorprendería si pudieras traer a todo el mundo"-

La puerta se abrió repentinamente, Tobi entró corriendo con varios papeles. Exclamó varias disculpas antes de colocar una pequeña pila de papeles en el escritorio de Sakura y salir corriendo. Kisame levantó una ceja.

-"La graduación de la Academia será muy pronto" -informó, haciéndole señas para que continuara-. "¿Qué estabas diciendo?"-

-"Bueno, la mayoría, si no todos, se trasladarían aquí. La verdadera pregunta no es si dejarían Akatsuki, sino que si prefieren seguir a Pein o seguirte, Tobi y yo fuimos vendidos muy rápido, Otros... posiblemente podrías tardar un poco más en convencerlos".


Día 2

Él la recordaba. Vívidamente, si pudiera añadir. Haruno Sakura fue la que mató a su compañero hace unos tres años con solo su fuerza y ​​poseía el conocimiento suficiente para inventar un antídoto contra el veneno de Sasori. Era inteligente, fuerte y capaz, pero era muy joven. Dieciocho, ¿verdad? No podía ser tan grande como todos dijeron que era. ¿Qué podría ella saber sobre dirigir una aldea o sobre el control de una gran cantidad de shinobi a su temprana edad?

Deidara vagó por el pueblo, mirando las formas de los edificios y los colores. Se asombró ante los diseños estéticamente agradables de la aldea. El lugar reflejaba un ambiente tranquilo y relajante que no le importaría mezclarse, de repente alguien se estrelló contra él.

-"¡Mira a dónde vas, idiota!"-

-"Lo siento, es que tengo prisa y tengo todos estos papeles para..."-

Alguien levantó su ojo y parpadeó.

-"¡Ah!, Deidara-senpai, ¿Te toca este mes? -preguntó con una amplia sonrisa. Deidara entrecerró los ojos. La voz le sonaba molestamente familiar, pero no sabía a quién pertenecía.

-"¿Nos conocemos?" -preguntó lentamente. La persona puso una mirada de puro horror.

-"¡Senpai, sólo he estado fuera dos meses! Kisame-senpai sabía quién era yo cuando me vio, pero... pero pensé que éramos amigos, no me reconoces, ¡Wah!, ¡¡¡Deidara-senpai!!!"-

Algo hizo clic.

-"¿Tobi?"-

Los ojos de Tobi brillaban.

-"¡Oh, gracias a Dios, pensé que te habías olvidado de mí!"- él suspiró. La mandíbula de Deidara cayó al estrechar los ojos aún más. Dos años pasó preguntándose qué había debajo de esa máscara, y nunca se le había pasado por la cabeza que sería parecido a Itachi de todas las personas. Tobi bajó la mirada hacia sus brazos, la expresión de horror volvió a su rostro.

-"¡Las hojas! ¡Lo siento, senpai, tengo que hacer esto para que nos veamos más tarde!"- el exclamó. Se despidió antes de escabullirse por el camino. Unos cuantos chicos del otro lado de la calle lo miraban fijamente.

OTOKAGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora