—¿Porque hay tantos gritos? Me duele la cabeza— Calum apareció tras de nosotros con los ojos cerrados y una mano en su cabeza, cuando abrió los ojos nos miró confundidos a Luke y a mi. El me miró y me escaneo completamente y frunció el ceño.

—¿Quieres explicarme esto? Porque estás vestida así y que hace Luke en la regadera de nuestra casa, ¿Acaso estas con el?— Ay no, no no no. ¿es enserio que dijo eso?. Me quedé paralizada en mi lugar al escuchar eso. —¡Carajo Angela! ¡Contesta!.

—¡Hey no le grites— Intervino Luke —tranquilo hermano, no estoy desnudo— abrió la cortina dejándonos ver a un Luke mojado con unos jeans negros —No tengo idea de que hago aquí en tu casa, aquí amanecí, Angela me tiró café caliente y es tu chica, nunca te la quitaré. Regla de hermanos— Luke río.

Calum dejó de apretar la mandíbula al escuchar a Luke decir eso, me miró avergonzado —Perdón.

Lo vi y lo ignoré, me di media vuelta para regresar a el cuarto. ¿Como es posible que pensara eso? ¿Acaso no me tiene confianza? No era mi culpa que la otra vieja lo hubiera engañado, yo no era ella. Aparte el dolor de cabeza no me ayudaba en nada.

Cerré la puerta de un portazo, le puse seguro y me cambié de atuendo, quería ir a dar una vuelta sola.

Tomé mi bolso y salí del cuarto, vi a Calum y a Luke con una bolsa recogiendo los vasos del suelo.

—¿A dónde vas?— Preguntó y lo ignoré. —Hey, ¡Perdón! Creí que...

—¿Creíste que? ¿Que te engañe como tu ex novia? Yo no soy ella y lo sabes, no es mi culpa que seas un maldito inseguro— grité —Supérala ya— no contestó nada, lo supuse.

Bufé y salí de la casa.

Busque un taxi para ir a la florería, tenia ganas de ir y ver que onda.

Llegue a la florería y un sentimiento de tristeza llego a mi, estaba todo cerrado y las ventanas estaban tapadas para no ver lo que estaba dentro de ella.

Al momento de abrir la florería un olor de flores muertas llegó a mis fosas nasales, quería llorar.

Todas las flores estaban marchitas.

Me di cuenta que estaba llorando cuando vi que una lagrima corrió por mi mejilla, me sentía tan impotente.

Ella murió y yo no estaba presente, no pude despedirme de ella, no pude agradecerle todo lo que hizo por mi, no voy a poderle enseñarle las fotos que le prometí que le enseñaría después del viaje. ¿Ahora quien me ayudará? ¿Ahora quien me dirá que todo esta bien? La necesitaba.

Me senté en el suelo con la cabeza entre mis rodillas, solté grandes sollozos.

No se cuanto tiempo pasó, pero paré de llorar gracias al sonido de mi celular, por un momento pensé que era Calum, pero no.

—¿Hola?—Contesté con la voz entre cortada.

—¿Mexico?— Era Ashton. —¿Estas en la florería? Esque ahorita la vi abierta...¿Estas llorando?— Preguntó preocupado.

—Estoy bien— no lo estaba.

—Voy para allá— Ashton colgó, me pasé las mangas de mi sweater limpiando mi cara, escuché como alguien tocaba la puerta, probablemente era Ashton.

Con pereza me levante y abrí la puerta de la florería. Un Ashton barista me vio y me envolvió en sus brazos.

—No se ni porque lloras y no te voy a preguntar porque no me incumbe pero soy tu amigo y te ayudaré.

(...)

Después de que había llegado Ashton y yo me hubiera calmado le conté todo, también le conté lo que había pasado con Calum. 

—¿No te regañaran en tu trabajo?.

—Pediré horas extras después, tu no te preocupes— suspiró y vio toda la florería. —Esto se ve muy triste, las florerías son felices.

—Creo que no me la quedaré — Me senté en el mostrador.

— ¿Estas loca?— Rio, cuando vio que no reí con el se puso serio —Estoy seguro que ella te la dio a ti por una razón, si se entera que se la diste a alguien mas se revolcara en su tumba.

(...)

Ashton ya se había ido, me metí al almacén y vi que había más flores y estaban bien. Tiré todas las flores marchitas y las puse en una bolsa negra.

Esta florería necesita un retoque.

Fui a la ferretería que estaba en la esquina, compre un bote de pintura negra , también compre otro color rosa pastel.

Quité todos los periódicos de las paredes, saque la escoba y me puse a barrer todo los pétalos que habían quedado.

Puse los periódicos en el suelo para no mancharlo, me hice una cola de caballo y empece a limpiar.

No había tenido ningún rastro de Calum, la verdad si estaba triste, si se quisiera disculpar ya me hubiera hablado ¿no?.

Tomé la pintura negra y empece a dibujar sobre la pared, me subí al banco para seguir pintando.

No sé cuantas horas pasaron, pero ya no había sol.  Miré mi celular y eran como las ocho de la noche.

Terminé dibujando una mandala del tamaño de la pared.

Finalmente escribi el nombre de la señora Patrice en una pared y un -Descanse en paz- encima, dibuje unas flores al rededor de su nombre. Para recordarla siempre.

(...)

Me regresé a casa de Calum, cuando abrí la puerta estaba todo obscuro, me asomé en el cuarto y Calum estaba dormido con chewy. Bufé.

Me puse la pijama y me acosté a su lado dandole completamente la espalda.

Me sentía diferente ya que ahorita Calum no me abrazaba. Intenté dormir pero podía.

Me abrace a mi misma intentando darme calor.

Sentí como Calum se removio en la cama, cerré los ojos para hacerme la dormida.

—Bebé ¿estás bien?— Sentí como se acercó a mi. —Se que no estas dormida.

Lo ignoré pero me arrepentí. —Tengo frío— contesté.

Sentí como sus brazos se envolvieron por toda mi cintura, me acercó a el y me dio un beso en mi sien.

—Estaba muy preocupado, mañana arreglamos nuestras diferencias, por ahora hay que dormir.

Flower shop «CthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora