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Estába sumida en un sueño muy lindo hasta que un espantoso ruido sonó por toda la habitación. Abrí mis ojos cuidadosamente y note que mi celular estaba sonando. ¿Quien molesta a las tres de la mañana?

Tome mi celular de la mesa de noche, el brillo de este lastimó rápidamente mis ojos, no alcancé a ver quien era, solamente contesté.

¿Hola?— Dije con voz adormilada.

Al fin contestas pendeja— reconocí rápidamente la voz de mi mejor amiga. —¿Donde chingados andas? Tu mamá anda histérica.

¿Recuerdas cuando te dije que me iría? bueno me fui, son las tres de la mañana y estoy escuchando tus gritos— contesté.

Por un momento pensé que la llamada había terminado pero después de 5 minutos escuché la estruendosa risa de Ana.

Te llamo en un momento.

Espera, ¿mis papas si están enojados?— Pregunté. En realidad deseaba que no lo estuvieran.

No, ellos te entienden— Contestó. —Pero te llamo más tarde— y sin dejarme contestar, colgó.

Las palabras de mi amiga se repetían en mi cabeza una y otra vez, no podía volver a dormir. Ugh. Según mi horario hoy  entro a las doce pero son las tres de la maldita mañana.

Tenía demasiada hambre.

Un gruñido sale de mi boca al recordar que aún no voy a comprar el mandado, en pocas palabras no tengo nada con que alimentarme y no creo que algo este abierto a esta hora.

Decidí prender el televisor de mi  habitación. Estaba Drake & Josh ¡si!, que estuviera en ingles no era un impedimento para mi, yo solo me reía cuando en la grabación salian risas. 

(...)

La alarma volvió a sonar,  tengo sueño déjenme en paz. Miré el reloj deseando con todas mis ganas que aún falte y me pueda dormir un rato más ya que era la mejor sensacion del mundo despertar y ver que aún te queda más tiempo para dormir y soñar con Dylan O'Brien. 

Pero ese no era mi caso.

Perezosamente me levanté de mi cama y me estiré un poco, escuche algunos huesos de mi cuerpo tronar.

Me di una ducha rápida, me puse unos jeans claros y los doble del final ya que me quedaban largos. Una de mas tantas desventajas de ser chaparra.

Me puse unos tenis blancos y una blusa de tirantes rosa pastel; amaba esa blusa, era mi favorita. Mi cabello traía una diadema dorada que mi madre me había regalado en mi cumpleaños. 

Me coloqué poco maquillaje, una sombra clara con un poco de rímel y un labial rosa claro, no quería ir tan maquillada.

Tomé mi celular y mire la hora, aún faltaba una hora para entrar a trabajar, quizá ir a caminar sea buena idea.

Fui al Starbucks que está en frente de la florería, amaba que no me quedara tan lejos de mi casa así como de mi trabajo, podía ir a la hora que quisiera, ojalá pudiera quedarme a dormir ahí, ¡sería lo mejor!

Mejico — Escuché la voz del chico ruloso. Bueno, ya no los tenía, se había cortado el cabello.

—Hola— contesté con una sonrisa.

Pedí mi frapuccino con crema y un pay de moras, claramente pedí dos porque tenia hambre.

—¿Como te va? —Preguntó.

—Bien, dentro de lo que cabe Y ¿a ti, eh...? —Recordé que el chico con risa exagerada no me había dado su nombre.

—Ashton —Dijo el —Pero puedes decirme Ash.

¿Ash? ¿Quiere que le diga ceniza? Vaya que raro.

—Ash —dije con una sonrisa.

El rió —Vi que somos vecinos, trabajas con la señora Patrice.

—Si, hoy es mi segundo día— reí —El lugar es lindo.

—Bueno aquí esta tu frapuccino Angela —le entregue el dinero que debía pagar y salí de ahí no sin antes despedirme de Antonio.

Tomé las llaves para abrir el local. Que raro que Patrice no esté, quizá este con el doctor como de costumbre.

Prendí el aire acondicionado y me coloqué mi delantal, cambie el anuncio de "close" a  "open" y tomé asiento en el mostrador para comer mi pay y esperar que alguien llegara.

Hoy será un gran día.

(...)

Hoy fue el peor día.

Fue un trabajo duro, en serio creo que hace falta un ayudante.

Una señora se molestó porque no le había puesto el listón del color que quería, le puse un rosa dos tonos mas claros que el qué había pedido y terminó aventándome las flores, genial.

Me encontraba barriendo los pétalos que estaban en el suelo, las flores no tenían que ser desperdiciadas.

¿En dónde se había metido la señora Patrice? No me molestaba que se fuera, es una señora mayor, pero no puedo sola.

La campanilla sonó —Bienvenido a  floraqueen—dije sin ganas ya que la señora desperdicia flores hizo que mi humor decayera.

Mi mirada se dirigió a la puerta y noté que era el chico de ayer.

—Tu amigo te pidió más flores?— pregunté con burla de por medio.

—Ja ja, muy graciosa en realidad vine a saber tu nombre —Mantuve mi mirada en él y sonreí un poco. Sabía que mentía.

—¿En serio? Mi nombre está escrito en el delantal, no creo que no lo hayas visto ayer —Metí los pétalos a la bolsa negra que tenía en mi mano.

—Me atrapaste —sonrió, miro todo el desastre que había en el suelo —¿Qué pasó? ¿Te atacaron las flores?— Dijo el.

—Una señora las aventó porque no hice bien el trabajo —bufé —Ahora estoy limpiando las consecuencias.

—Ven te ayudo—tomó la bolsa entre sus manos mientras yo me encargaba de meter los pétalos y tallos.

(...)

El chico me había ayudado a trapear un poco el local, a veces se ensuciaba mucho.

¿Quién era él? ¿Que no tenía otras cosas que hacer?

Me dirigí al inventario para sacar unas cajas con varias decoraciones para el local, si que estaban pesadas ¿qué había aqui? ¿Piedras?

Tomé dos cajas entre mis brazos, estas tapaban completamente mi vista. Ok, tú puedes Angela, eres fuerte.

Salí de nuevo al local casi a ciegas ya que no veía nada.

—Ten cuidado, aún está mojado— Escuché su voz desde la otra esquina de local.

—Lo sé— contesté.

El peso de las cajas me estaba ganando, oh por Dios ¿por qué me pasa esto a mi? Estaba perdiendo el equilibrio

—¡Cuidado! — lo escuché gritar, seguido de un golpe, y todas las cajascayeron. Verga.

Cerré los ojos esperando tocar el suelo, pero nunca llegó.

—Te dije que con cuidado —abrí los ojos y lo vi a él tirado en el suelo,con su playera mojada y yo en su pecho.

No sé por qué razón pero los dos empezamos a reír. Mire a mi alrededor; había un desastre.

Su mirada se poso en mis ojos, las risas cesaron y el sonrío.

—Soy Calum.. Calum Hood.

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