Decisiones Intrincadas (YoonMin)

Capítulo 2.

El mesero dejó el café frente a él y le mostró la encantadora sonrisa que Yoongi conocía de memoria. Su mente recordó en un fugaz flashback todo lo ocurrido hace años y un extraño sentimiento de alivio lo invadió al asimilar la presencia del menor.

-¿Suga, estás bien?- el pelinegro se tomó la libertad de sentarse frente a él, algo a lo que el rubio no se negó.

-Eh... si... yo- no sabía que decir, no sabía cómo empezar una conversación luego de tanto tiempo sin ver al menor.

-Deberías beber tu café- le recomendó Hoseok, entendía la reacción de Suga con su presencia. El mayor tomó la taza y se la llevo a la boca, degustando el líquido que contenía y percatándose que estaba perfectamente hecho como le gustaba.

-¿Cuándo volviste?- por fin preguntó el rubio.

-Hace un par de meses- el pelinegro le regaló una sonrisa, después de todo, el mayor nunca iba con rodeos.

-Ah- solo atinó a responder con un monosílabo, no sabía de qué hablarle. Yoongi evitaba mirar al pelinegro a los ojos, no quería encontrarse con esa mirada penetrante, la que sentía sobre él, escrutándolo, esperando cualquier reacción.

-¿Vienes aquí a menudo?- el menor tomó la iniciativa en la conversación al ver que Suga parecía no poder articular una palabra.

-No... de hecho esta es la primera vez que veo esta cafetería, la verdad es que llegue por pura casualidad- el mayor fue sincero, no sacaba nada con inventar que conocía perfectamente donde estaba. El menor parecía estar listo para iniciar una conversación con él, pero notaron una presencia parada junto a ellos.

-J-Hope, necesito que me ayudes con algunas cosas- le regañó el chico castaño con cara de pocos amigos.

-¡Ah! Si claro, Tae- respondió el pelinegro levantándose como un resorte de la mesa. El menor se retiró al ver que su compañero lo ayudaría.

-Si quieres me puedes esperar y podemos seguir hablando, no falta mucho para que termine mi turno- le dijo, informando al mayor. Suga solo asistió, soltando una leve sonrisa, por un momento, había olvidado toda la discusión que había tenido con Jimin.

-No estoy para cubrir tus coqueteos- le encaró, arrojándole un paño en la cara.

-¡Hey!- exclamó el pelinegro confundido, su compañero no solía reaccionar así. –Es un viejo conocido que no veía en años-

-Entonces contáctalo cuando no estés en horario laboral, quiero terminar e irme a casa pronto- TaeHyung comenzó a ordenar algunas tazas. Hoseok no se sorprendía de la actitud que había tomado el menor, era sumamente responsable con su trabajo y discreto con su vida personal, solía ignorarlo casi siempre, sobre todo cuando el mayor hacia estupideces, pero más de una vez había visto una tímida sonrisa en sus labios. En ciertas ocasiones caminaban juntos a casa y hablaban sobre temas triviales, sin inmiscuirse en la vida del otro.

Terminaron de ordenar mientras SeokJin, el encargado de la tienda, cuadraba la caja. YoonGi esperaba afuera, el pelinegro fue rápido a cambiarse y tomar sus cosas para no hacer esperar más al rubio, pasó por el lado de sus compañeros despidiéndose con apuro de todos ellos, pero fue detenido antes de salir por la entrada.

-Espera un momento- TaeHyung lo agarró por el brazo. –Creo que se te olvida algo-

-¿Qué? ¡Ah! Si, ten- dijo el mayor poniendo algunos billetes en su mano. –Lamento no poder acompañarte esta vez, V-

-Me da igual- respondió el menor, ignorándolo, haciendo como si no le importara.

TaeHyung solo observó como el mayor salía rápidamente del lugar, encontrándose con el chico rubio y comenzando a caminar. Del tiempo que llevaba trabajando ahí, solía ignorar a Hoseok la mayoría de las veces, la personalidad del mayor lo cohibía y le exasperaba la coquetería con la que trataba a la mayoría de las personas, era un encanto natural del pelinegro, uno que había tratado de usar con él desde el principio, pero no resulto. Aunque esta vez le pareció extraña la reacción del mayor, nunca había visto que se fuera con uno de los clientes y algo dentro de él se removió de una manera molesta.