Capítulo 1

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Alfonso conducía su Audi sedán por las calles de Manhattan con tranquilidad, había logrado escaparse antes de la empresa de publicidad en el que era socio mayoritario y lo que en ese momento necesitaba un era respiro de tanto ajetreo en la oficina. Buscaría a su hija en su clase de baile, irían por una pizza enorme y se sentarían juntos en el sofá a ver sus series favoritas.

Sonrió al pensar en su hija, Ana Paula, de 11 años. Cada día que crecía era más hermosa y era una niña muy feliz, él se había encargado de eso cuando su madre, Paulina, había muerto por dificultades en el corazón luego de dar a luz a Ana Paula. Para aquel entonces solo estaba con Paulina por la bebé, habían tenido una breve pero intensa relación que se había acabado y luego retomado cuando le dio la noticia de que estaba embazada.

Durante ocho largos años trató de buscar la madre perfecta para su hija y una buena mujer para él, pero Ana Pau no congeniaba con ninguna que cruzaba por la puerta que eran su mayoría modelos, a todas las odiaba, así que desistió. Sus relaciones se habían convertido en solo revolcones de noche con una que otra mujer, pero, aunque no lo admitiera, ya a sus 33 años deseaba sentar cabeza con una y ¿por que no? Casarse.

Llegó al edificio donde su hija veía clases, entró por las puertas de vidrio y caminó hasta lo que era la recepción.

-¿Nombre de la niña...?

-Ana Paula Herrera.

-Oh, si. Es con la Miss Anahí. Aún no terminan pero puede esperar, el salón es subiendo las escaleras a mano derecha, la tercera puerta -sonrió la mujer de cuarentaitantos batiendo mas pestañas con exageración emy evidente coqueteo. Ese parecía ser su mal con las recepcionistas, tuvieran la edad que tuvieran.

-Gracias.

Fue hasta donde le había indicado y desde el pasillo podía oír la musica y los pasos de los deportivos en el suelo de madera. Llegó hasta la tercera puerta y la abrió un poco para espiar dentro, habían solo tres personas del lado derecho de la habitación, frente al espejo. Abrió un poco más y se sorprendió al ver algo que no se imaginó:

El trasero más sexy y firme que había visto en su vida debajo de una apretada licra deportiva. Estaba de espalda frente al espejo y pudo verla sólo por detrás, traía una sudadera suave, sus licras llegaban hasta la mitad de la pantorrilla y sus tenis eran fucsias. Aparte de todo aquello, caía por su espalda su pelo castaño amarrado en una cola de caballo, desde atrás era un buen espectáculo.

Luego de ello, divisó a su hija del lado derecho y a otra niña del lado izquierdo, tratando de seguirle los pasos. La mujer aplaudía y las animaba.

-Eso es Ana Pau, debes poner tu pie de esta forma y de allí tomas el impulso para dar la vuelta.

Dieron la vuelta y la mujer hizo dos movimientos más que hacían que su esbelto trasero se contorneara de un lado a otro. Alfonso se quedó estático al verla y, aun sin verle la cara siquiera, una corriente de excitación fue a dar hasta su miembro.

-y 1, y 2, y 3 y 4.

Movió los brazos y las caderas al ritmo de la musica pop y suavemente para que las niñas siguieran el paso, Alfonso trató de apartar la vista de su trasero pero era jodidamente bueno.

-Bueno niñas, eso es todo por hoy -Anahí se giró y se sorprendió de ver a un extraño parado en la puerta viendo hacia ellas. Era realmente guapo, con una cara firme, un cuerpo grande y fibroso, barba incipiente, hombros anchos y cintura estrecha. Llevaba traje, por lo que dedujo que sería un representante. Lo confirmó cuando Ana Paula fue corriendo a el.

-Papiiii -lo abrazó emocionada- ¿Me viste bailar?

-Hija..sisi -contestó, sabiendo que lo último que había visto era a su hija. De hecho, pese a que la saludó y la abrazó, su vista no se despegaba de la castaña que los veía con las manos en la espalda y una sonrisa avergonzada- Mucho gusto, Alfonso Herrera, padre de Ana Paula -se acercó y le extendió la mano.

-Anahí Puente.

Bien, aunque sabía cual era su nombre ya podía ver su rostro, el cual lo dejó sin aliento. Poseía los ojos azules más grandes y hermosos que había visto m, además de los de su hija. Pecas cubrían su pequeña y perfilada nariz y sus labios eran de un jugosos rosado, muy provocativos. Era preciosa.

Recorrió rápida y disimuladamente su cuerpo, sus pechos se destacaba bajo la sudadera e imaginó los firmes y redondos que podrían ser y se preguntó si cabrían en sus grandes manos.

-Any es una excelente profe de baile, papá. Me gusta muchísimo.

Ya lo imaginaba. ¿Se movería así de bien en la cama? Carraspeo apartando esa imagen de la mente.

-Me alegro, mi amor -se giró hacia su hija y luego volvió hacia Anahí- A sido un.. placer conocerle, señorita Any... -arrastró las palabras y extendió su mano.

Anahí se extremeció por el tono ronco de su voz y por como pronunció su nombre, sabía que le estaba coqueteando, y por Dios, quería coquetearle también. Pero cuando llegó a la academia, hacia ya dos semana, le habían advertido primeramente que por cuestiones de ética e incidentes en el pasado: «queda terminantemente prohibido tener amoríos con alumnos, y mucho menos los padres de sus alumnas» Algo había escuchado sobre una ex profesora, un representante y alguna denuncia de varios millones dolares.. Pero solo era un saludo. Debía ser educada e ignorar el tono sexual de su voz, por mucho que le costara.

-Encantada -tomó la mano que le ofrecía y la sintió caliente y muy fuerte- Ana Paula es excelente bailarina.

Alfonso de sonrió una vez más.

-Nos vemos la próxima semana, entonces.

Tomó la mano de su hija y salió por la puerta de donde entró.

Esperaría con muchas ansias...

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Nueva historia, será cortita. Espero apoyen. 🙏

La Profe de Baile (terminada) Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz