Parte 38

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Sus ojos se abrieron de par en par por la pregunta, seguramente le parecía un psicópata, lo estaba. Me estaba metiendo en un tema que no debía y me lo hizo saber.

-No veo en que te puede importar a ti si lo estoy o no. -apartó mi mano de su cara y la giró- Además, estamos hablando de Dulce y Christopher.

-Tú dijiste que...

-Sé lo que dije, pero no quiero hablar de mi.

-Bien.

-Bien. No te preocupes por Dulce.

-No estoy preocupada por ella.

No, no era ella la que me importaba en ese momento. Era Anahí, que aún seguía enamorada del idiota de Kuno, o eso imaginaba. No la entendía, no entendía a las mujeres -o al menos a Anahí- con Claudia nunca tuve ese problema. Era fría y solo le importaba una cosa: su placer. Era fácil complacerla o entender sus necesidades que, al ser tan independiente, eran básicas.

Pero Anahí era todo un lío. Era sensual, pero era una sensualidad envuelta en dulzura, era una niña inocente dentro de una mujer aparentemente fuerte. Se hacía de una coraza que muchas veces solo caía y dejaba ver que tenía sentimientos profundos.. miedos que se reflejaban tan claramente en sus enormes ojos azules y la hacían tan frágil que sólo me hacía querer cuidarla y protegerla. ¿Cuidarla de quién? De Kuno, tal vez.

O de mi.

Estaba completamente jodido.

Yo no era nada para ella, seguía siendo un cabrón en el fondo. Estaba perdiendo su tiempo conmigo pudiendo estar con alguien que de verdad la quisiera.

Porque aunque cuando comenzamos dejamos claros que solo quería sexo, veía que Anahí deseaba a alguien que la quiera y la cuidara, como cuando se abrazó a mi en el sofá buscando no solo calor, sino protección, o cuando entrelazaba su suave mano con la mía para sentir conexión. Yo le correspondía aún sabiendo que cada vez querría más, y yo no podría darle.

Pero solo pensar en tener que cortar aquello y no poder acercarme más a ella... Sacudí la cabeza y salí de su habitación.

Era jueves, mañana sería por fin mi acto de graduación y sería el fin de un buen comienzo. Los días había un total estrés entre el ensayo, los preparativos de la fiesta, los papeles de egreso, compra del traje, la toga y el birrete y más. Casi no había visto a Anahí hasta esa mañana que la había dejado en la facultad, de ahí iría a las tiendas con Dulce y Maite a comprarse un vestido para el acto de graduación.

A la tarde ya todo estaba listo, solo quedaba en la lista invitar a Anahí a la fiesta que se haría después y pedirle, nuevamente, que actuara como mi novia ya que todos aún creían que era mi novia, incluída Claudia.

Algo me decía que sería más fácil para ella pero algo incómodo para mi.

El timbre sonó y como estaba solo en casa, fui a abrir. Pero nunca me esperé ver a Claudia del otro lado de la puerta, sonriendo.

—Hola, mi amor.

—Claudia ¿que haces aquí?

—¡Vine a verte! Te extrañé tanto —quiso lanzarse a mis brazos pero la detuve.

—No Claudia ¿que coño te pasa?

—¿Que tiene? ¿Acaso está tu noviesita acá? O debo decir.. Tu hermanita.

Yo abrí los ojos sorprendido por como se refirió a Anahí ¿como....?

—Ya lo sé todo, querido.

—¿Que es para ti «todo»? —inquirí.

—Pues, que tu y Anahí son hermanastros.

—¿Y que tiene que ver? —la enfrenté, aun sabiendo que si tenía que ver.

—Mi vida, ya se que tu y Anahí fingieron en Cancún ¡y supongo que quieres saber como lo se! Pues fíjate que pequeño es el mundo que, justo ayer en un pub, conocí a un muchacho muy guapo llamado Kuno. No te niego que comenzamos ligando pero entre hablar y hablar, terminamos descubriendo que tenías mucho en común —sonrió victoriosa— aunque he de decirte se estaba furioso, no tenía idea de ese viaje a Cancún, él hacia a su novia en su casa... estudiando.

Cerré los ojos con frustración, estábamos descubiertos, y por las personas que menos debían enterarse.

—Claudia, Anahí y yo tenemos algo. —fue lo que pude decir.

—¿Verdad? ¿Y sus papás lo saben? —a eso no tuve respuesta, y ella aprovechó— Ya veo que no ¿estaría mal que se enterase? ¿no sabe la señora mamá que Anahí que te follas a su princesita en su propia casa? ¿que pensaría tu papá?

—Estás enferma. ¿Crees que le va a creer a una desconocida que llegue diciendo esas cosas? —reí irónico.

—Oh, no lo sé ¿probamos? También tienes a Kuno, que....

—¿Que quieres a cambio?

Sonrió triunfante ante mi cara de enojo.

—Te quiero a ti devuelta, termina con ella y ve a la fiesta conmigo.

Suspiré. Detestaba la idea pero de todos modos debía cortar todo con Anahí. Era por su bien, ella no necesitaba a alguien tan vacío como yo, pero yo si merecía a alguien tan vacía como Claudia.

—De acuerdo.

Claudia sonrió emocionada y me empujo hacia la casa por el recibidor hasta el sillón de la sala de estar.

—¡Esto hay que celebrarlo! —dijo con melosa sentándose sobre mi para besarme, me mordía el labio con fuerza y metía su lengua. Era un beso tosco, para nada delicado, para nada iguales y los suaves y sensuales de Anahí.

Debía sacarme a Anahí de la cabeza antes de que fuera muy tarde. Claudia era muy diferente a ella y me valía madre hacerle daño, no me importaba solo usar su cuerpo ya que ella también utilizaba el mío. Nunca  era un sexo con pasión, solo era sexo puro y salvaje, destinado solo a satisfacer las necesidades básicas que era lo único que yo poseía.

Tome a Claudia de la cintura para corresponderle el beso pero dos o tres segundos después, oí unas llaves caer al suelo. Me aparté y giré la vista.

Anahí...

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Cortito, pero va otro de recompensa! Disculpen el abandono :(

Mi Hermanastro (terminada) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora