5. Aprendiendo a ser Ina

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Mi casa es preciosa, está amueblada con buen gusto y tiene dos pisos. Es mucho espacio para mí, quizás demasiado para vivir sola. El Consejo se ha portado muy bien y se ha preocupado de buscarme una casa que fuese bonita, no sólo un lugar donde estar. Tengo el alquiler firmado para tres años y ya está todo pagado por adelantado. Me han contado que mi arrendatario es un humano que no sabe nada acerca de nosotros, cree que le ha alquilado el hogar a una familia humana. Tengo que acordarme de eso para no meter la pata si hablo con él.

Aquí en la Tierra tenemos ciertos cómplices. Algunos dirigentes políticos de este planeta han colaborado en secreto con algunos de los nuestros, facilitándonos la entrada. Gracias a eso, se ha formado El Consejo, que consiste en un grupo de miembros de mi civilización que viven en la Tierra y se encargan de ayudar a que los nuevos que venimos podamos integrarnos con discreción.

En las zonas más desarrolladas es más difícil instalarse pues hay un montón de barreras que saltar. Hace falta una partida de nacimiento registrada, una familia, documentos e incluso registros locales y nacionales de todo tipo. No es suficiente con tener una tarjeta de identificación porque pueden comprobar que no existes en sus bases de datos. Por eso, para venir aquí, necesité que todo se preparara de forma que pudiera estar con normalidad. El Consejo se encarga de facilitarnos las coartadas y consigue que constemos de manera oficial en el país al que lleguemos.

Mi cobertura es muy buena, el Consejo se ha encargado de todo. Oficialmente, tengo padre y madre, consto como que he nacido en la Tierra en un país que todavía no he estudiado, mi padre tiene un trabajo, mi madre también, cuentas bancarias, historial de facturas, todo. Estoy bien cubierta, así que mi vida aquí está bajo la más estricta legalidad aunque son tantos datos, que apenas he tenido tiempo de aprenderlo todos. ¡Casi me pillan en el instituto! He perdido tanto tiempo en aprender a ser humana que no pude estudiar los datos de mi propia vida. Tengo que estar más atenta, pero son tantas cosas que tengo que atender. Aprender el idioma y la escritura de este país me ha llevado mucho tiempo. Con las costumbres de los humanos, he consumido otro montón de tiempo, ¡Son tan raros los humanos!

Para que mi estancia sea creíble, tengo que saberme bien cómo es mi supuesta vida de humana. No puede haber ningún cabo suelto. El Consejo me ha dejado todos mis datos documentados, para que pueda estudiarlos. Tengo que aprenderme una vida que nunca he tenido, no es fácil. Pero es el precio que debo pagar para estar a salvo en la Tierra.

La documentación que tengo que saberme, está escrita de manera que nadie pueda sospechar, incluso aunque vean el libro. Para conseguirlo, el Consejo ha diseñado un idioma basándose en partituras musicales. Así, si alguien la viese por accidente, no podría sospechar nada. Tengo toda mi vida y datos de interés escritos en un libro musical.

Es muy buena idea tener así los datos. Si estuviesen en este idioma humano y alguien leyese el libro, aunque sea por accidente, me habrían pillado al instante. Si tuviese la documentación en mi idioma, nadie sabría qué es, pero se podría deducir que es una gramática de fuera de la Tierra, o una inventada —éste sería el mejor de los casos para mí—. En cualquier caso, sería sospechoso.

Subo las escaleras y voy hacia la habitación. Toda la casa está en absoluto silencio y muy ordenada. Me encanta. Me acerco hasta la cama y cojo el libro de la mesilla de noche. En mi trayecto hacia la mesilla de noche, paso entre la cama y la pared, que tiene una ventana. Desde ella veo la calle, hace un sol estupendo y el cielo está despejado. Creo que me voy a llevar el libro para leerlo fuera, me apetece.

Bajo las escaleras con el libro en las manos. Salgo de casa y cierro con llave. Me voy hacia el parque que hay a unos cientos de metros. Es un sitio precioso. Veo que apenas hay chicos de mi edad, ¡qué curioso! Mejor, es perfecto, así no tendré que evitarles.

Camino a lo largo del parque con sofoco. ¿Cuándo se acabará esto? Tengo ganas de adaptarme ya, se me hace muy pesado moverme. Lo que más miedo me da es desmayarme. Temo el diagnóstico que me puedan dar, aunque en el Consejo ya me han dado unas pautas por si los humanos me preguntan para que crean que son molestias sin gravedad.

Abro el libro y empiezo a estudiar a Ina. Esta última temporada no he parado de estudiar. El idioma de las partituras también me ha costado mucho aprenderlo, en especial por la cantidad de excepciones que tiene. Para que parezca creíble, se han acoplado a las normas musicales para que en mayor o menor medida parezca una canción y no un conjunto de notas desordenadas. Si se interpretase, a nivel musical, tendría cierta melodía.

La Extraterrestre - Infiltrada en el InstitutoWhere stories live. Discover now