26. Lágrimas

7.1K 568 144
                                    

Valentina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Valentina

Esta es la casa de Ina. ¡Qué triste se me hace venir sabiendo que ella no está dentro! Espero poder encontrar algo que nos pueda servir, lo que sea. Miro alrededor para ver cuanta gente hay en la calle. Por suerte Ina no vive en una zona demasiado transitada, pero tengo que asegurarme antes de entrar. Hay algunas personas caminando, no se fijan en mí, pero no debo entrar por este lado de la casa. La puerta, por supuesto, está cerrada. Es lo primero que comprobé al llegar, aunque me esperaba este resultado. Tampoco hay una llave debajo del felpudo, Ina es demasiado lista como para eso.

Rodeo la casa por el jardín. En uno de los laterales encuentro una ventana que podría servirme para pasar a su interior, pero está cerrada. Miro hacia la calle principal y no veo a nadie que se esté fijando en mí. Intento forzar la ventana pero nada. No consigo moverla. Me muevo a la siguiente ventana y tampoco hay suerte. Por mucha fuerza que haga no consigo abrirla. Me dirijo pues, a la parte de atrás.

Aquí hay ventanas del mismo tipo. Voy a probar con la primera de ellas. La empujo con mucha fuerza y, por fin, noto cómo cede bajo mis manos. ¡No me lo puedo creer! La ventana se desliza hasta que consigo abrirla por completo. Miro alrededor antes de pasar al interior de la casa. No parece haber nadie mirando desde las casas de los laterales, así que me agarro al alféizar y me cuelo a toda velocidad a su interior. Llego a una habitación que nunca he visto. Aquí nunca nos ha traído Ina. Parece una habitación a la que nunca le da uso. Tiene una cama en el medio y mesillas de noche. Me acerco a ellas y abro sus cajones. Nada, están vacíos. De todos modos, Ina es muy lista. Por si acaso, desmonto el cajón del todo y los miro por debajo. Incluso aparto las mesillas de la pared para ver si hay algo detrás. Quiero examinar todo bien, quiero recuperar a mi amiga. Voy al armario y lo abro de par en par. Está hueco, no hay nada dentro. También lo examino con mucho detenimiento y nada. Parece que no hay nada.

Investigo en la cama y levanto el colchón. No hay nada debajo de él, tampoco debajo de la cama. Decido que haré un análisis más profundo después. Primero haré un recorrido completo por toda la casa hasta que agote lo más sensato, después me dedicaré a cosas como deshacer camas y mirar dentro de los colchones, detrás de los grifos y cosas así. Voy a desmontar si hace falta esta casa. Así que prosigo la ruta y doy esta habitación por examinada en la primera ronda.

Salgo de la habitación y llego a la sala donde solíamos quedar, es la principal de la casa. Ahí está el sofá donde nos sentábamos siempre las tres. Todavía la puedo ver riéndose con ese sonido y su cara inocente, al lado de nosotras dos. En ese sofá hemos pasado tantas cosas. No nos hacía falta nada más. Me acerco al sofá para seguir buscando. De repente he perdido todas las ganas de examinar la casa. Me siento muy cansada, muy, muy cansada, derrotada y triste. Toco el tejido con suavidad, como si acariciase la cabeza de Ina. Miro alrededor, como esperando que vuelva a aparecer hasta que toda mi fortaleza se desmorona como un castillo de naipes. Mis ojos empiezan a estar llorosos, mucho. Intento sorber los mocos, pero al hacerlo noto que mi vista se nubla más todavía por las lágrimas. Aprieto los labios para no llorar. Con ese gesto noto que me tiemblan y me hace ser consciente de que me estoy rompiendo por dentro. No puedo más...

La Extraterrestre - Infiltrada en el InstitutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora