14. ¡Ayuda!

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Podría decirse que ya estoy bien integrada en el instituto. Los chicos siguen intentando encontrar cualquier excusa para hablarme, pero ya no soy el centro de todas las miradas como si fuese una extraña. En los recreos siempre estamos juntas Valentina, Evelin y yo. A veces Bea se viene con nosotras, y también otra chica llamada Mani. Pero las que nunca fallamos somos nosotras tres. Ayuda bastante el hecho de que estemos en la misma clase.

Mientras vamos hablando con ánimo, me fijo en una chica sentada en un banco. Tiene la mirada perdida, parece que tiene ganas de llorar. Se la ve abstraída, mirando al infinito y su campo bioeléctrico me indica que ocurre algo grave.

—Chicas, esperad un momento —les digo a mis dos amigas, acelerando el paso y aproximándome al banco en el que la chica está sentada.

Me agacho delante de ella, para que mi postura de pie no sea tan incómoda para hablarme.

—¿Estás bien?, ¿puedo ayudarte? —Al decirle eso, la chica cambia su gesto como si el tener que hablar de ello le provocase más llanto. Hace un esfuerzo por no romper a llorar.

—Mi amiga Alexandria ha desaparecido —solloza entre lágrimas.

—¿Cómo?, ¿qué quieres decir con desaparecido? —En este momento, mis amigas se agachan también a mi lado, una de cada lado.

—Sí..., no sé dónde está. Ni contesta al móvil, ni sus padres saben dónde podría estar.

—¿Cómo es posible eso?, ¿cuándo fue la última vez que la viste? —le pregunto. Mis amigas se agolpan conmigo, pero me dejan llevar la iniciativa de la conversación. Aun así, las noto ansiosas por echarle una mano.

—No lo sé. ¡No lo sé! —contesta llorando.

—Tranquila... —Valentina trata de calmarla poniéndole una mano sobre el hombro. Evelin también la toca y comienza a acariciarle una mano.

—Vamos más despacio. ¿Cómo te llamas? Yo soy Ina —le digo sonriendo.

La chica parece que se calma un poco. Se seca las lágrimas y me mira con sus ojos llorosos. Tiene una mirada preciosa, parece una chica encantadora. A pesar de las lágrimas, se ve una mirada muy pura y sensible.

—Anna —contesta con brevedad.

La chica es una monada, muy alta y delgada. Muy sutil y suave tanto de carácter como de rasgos.

—¿Qué ha pasado exactamente? —pregunto.

—Pues nada en especial. Un día dejó de venir a clase. Le escribí, le llame..., y nada. Su teléfono está apagado. No me contesta. Cuando llevaba unas horas desaparecida, la madre me llamó preguntando si yo sabía algo. Yo estaba pensando en llamarla a ella y se me adelantó. Ni sus padres ni yo sabemos nada.

—¡Qué fuerte! —exclama Valentina.

—¿Cuándo la viste por última vez? —Intento encontrar un modo de ayudarla.

—La semana pasada. Estuvimos juntas en mi casa. Estábamos haciendo galletas. Después de eso, se fue a su casa y ya no supe más de ella.

—¿Notaste algo raro en ella?, ¿la viste nerviosa o preocupada?, ¿algo que no fuese normal?

—No, no... —niega con las manos también—, estaba como siempre. Muy alegre. Por eso sé que le ha pasado algo. Pero no sabemos qué.

Es extraño... La chica parece muy inteligente y sensible como para saber si le pasaba algo a su amiga. Además, por su campo bioeléctrico sé que dice la verdad. No ha habido ninguna variación en el momento en el que me respondía. Y su lenguaje corporal se ve también sincero. Es probable que sí que le haya pasado algo.

—¿Y la policía sabe algo? —Continúo con las preguntas.

—Nada. Les avisaron pocas horas después de que saliese de mi casa, pero no tienen nada. No saben dónde puede estar.

Me acerco un poco más a ella, buscando más intimidad y empatía. Busco calmarla y que sienta más confianza por mí. La acaricio un brazo y le hablo en un tono todavía más suave.

—Escucha. —Hago una pausa hasta que me mira a los ojos—. Quiero ayudarte.

—Sí, vamos a ayudarte —afirman mis amigas desde detrás de mi espalda. Yo no era consciente de que estaban detrás de mí, estoy demasiado concentrada. Pero su ofrecimiento no me sorprende lo más mínimo.

—Aunque es posible que seamos de poca ayuda, nos gustaría echarte una mano en lo que podamos. ¿Te importaría enseñarnos una foto de tu amiga? ¿Llevas alguna en el móvil?

—Sí, claro. —La chica se apura a coger su teléfono de su bolsillo. Después de desbloquearlo y entrar en la galería de imágenes, llega hasta una foto de su amiga. Gira el teléfono y me lo da en la mano. A continuación se derrumba y empieza a llorar muy fuerte. Se tapa la cara con las manos y se pone a hablar desde detrás de ellas, entre sollozos—. ¡Tenéis que encontrarla! Por favor. —Su voz suena de una manera que quiebra, desesperada y muy triste. Tenemos que encontrar a esta chica a toda costa. Espero que no le haya pasado nada.

Mis amigas se acercan y la abrazan; ella se encoge todavía más. Parece que el efecto del abrazo le resulta calmante. Yo, sin haber mirado todavía el móvil, me uno al abrazo. En ese momento, veo por el rabillo del ojo pasar a una de las chicas populares que nos mira con asombro en un gesto desagradable, incluso despectivo.

Nos quedamos un rato más abrazadas, hasta que notamos que la pobre Anna se queda tranquila. Cuando cesa de llorar y su respiración se calma, nos soltamos todas. Me retiro hacia atrás, para poder mover con libertad el brazo donde tengo su teléfono. Lo giro, todavía está desbloqueado. Lo acerco para mirar la foto. No puede ser...

¡Es la chica de mi planeta!, ¡con la que me he cruzadomás de una vez! ¿Ha desaparecido alguien de mi especie? Esto va a ser peor delo que yo esperaba...

¡Es la chica de mi planeta!, ¡con la que me he cruzadomás de una vez! ¿Ha desaparecido alguien de mi especie? Esto va a ser peor delo que yo esperaba

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¡Hola a todos! A modo de curiosidad: Anna y Alexandria son personajes de otra de mis novelas: "Un día normal". Una novela un tanto experimental con la que empecé mis andares en Wattpad (junto con Sándwich de Dragón). Si bien a día de hoy no la he continuado al ritmo del resto, me gustaron tanto sus protagonistas que he decidido traérmelas aquí. Si os gusta el personaje, podéis echarle un vistazo a esa novela, ahí podéis descubrir más cómo es su amistad y cómo son ellas.

La Extraterrestre - Infiltrada en el InstitutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora