No te enamores de Gael Green © [S.U.D.C #2] ❌

Epílogo.

El epílogo estuvo listo, antes del tiempo previsto ;) cuando tenga los resultados, subiré el final alternativo. Por lo pronto; ¡Disfruten!

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Epílogo

Me tomé el puente de la nariz, e hice una mueca mientras presionaba el teléfono en mi oído.

—¡Han pasado cinco jodidos meses! ¿Y aun así eres capaz de decirme que sigues pensando si es una buena idea entrar o no a Harvard? ¿Acaso has perdido la cabeza? —le grité a Gael con furia.

Savannah, mi compañera de cuarto y de carrera universitaria, me vio sobre su hombro mientras buscaba un vestido frente a su armario y se echó a reír.

—¡Jo! Bájale a tus revoluciones, preciosa —habló él con un poco de diversión en su tono de voz.

Ya había perdido la cuenta de la cantidad de veces que habíamos discutido por el mismo tema. Aun no terminaba por aceptar el hecho de que Gael me haya mentido, diciéndome que se iría a Cambridge, cuando era en lo último que pensaba.

Iba a terminar por enloquecer; no soportaba la idea de que él estuviera en el sitio con el cual yo soñaba cada noche. Odiaba la idea de que él seguía en Tennessee, mientras que yo me encontraba encerrada en otro jodido continente, anhelando cada mañana correr hacia el aeropuerto y abordar un puto avión que me llevara hasta sus brazos.

—No entiendo por qué tuviste que mentirme, Gael. Se suponía que nos teníamos confianza —suspiré, viendo a mi amiga otra vez.

—¿Negro o blanco? —me preguntó Savannah, sosteniendo dos vestidos frente a mí. Entrecerré los ojos, viendo los detalles de cada uno.

Le señalé el blanco que dejaba descubierto su hombro izquierdo, ella asintió sonriendo, mientras levantaba su pulgar.

—Si no lo hacía, tú ibas a quedarte —arguyó, en voz baja—. Siempre te dije que tenía otros planes, Frankie.

—¿Qué tipo de planes pueden ser para que sean más importantes que definir tu futuro?

Guardó silencio.

Al fondo pude escuchar el llanto de un niño, seguido de los gritos de Sky para que alguien fuese a verlo. Mordí mi labio, bajando los hombros en una pesada respiración; yo quería ser ese alguien.

—Estás con Cloud —afirmé.

—Lo estoy. Tengo que irme, Frankie.

—¿Gael? ¿Qué tipo de planes son los que siempre has tenido?

—No puedo decírtelos ahora, bebé. Saluda a la chica fresita de mi parte, ¿Vale?

Sonreí mientras Savannah ponía los ojos en blanco. Le había puesto ese sobrenombre desde la primera vez que la vio por Skype, gracias a su cabello teñido de rosa.

—¡Puedo oírte, idiota! ¡Y sigo odiándote aun sin conocerte! —le gritó ella, ganándose una carcajada por parte de Gael.

—Deberías de dejar de poner las llamadas en altavoz, preciosa. ¿Qué tal si estoy a punto de pedirte que hagamos cosas sucias por teléfono?

Me eché a reír junto con Savannah, definitivamente Gael no iba a cambiar ni en un millón de años luz.

—Te echo tanto de menos, mi bobo renacuajo.

—Cuídate mucho, bonita —sonrió, antes de lanzarme un beso—. Savannah, has estado haciendo un buen trabajo al pasarme las fotografías de los imbéciles que han tratado de ligar con mi novia, así sabré a quien debo de asesinar.