No te enamores de Gael Green © [S.U.D.C #2] ❌

Capítulo 51: "-Yo de ti no me movería"

Capítulo 51

"-Yo de ti no me movería"

¿Quién dijo que superar una ruptura iba a ser fácil?

No dejé de llorar durante toda la noche, me di por enferma el siguiente día y no salí de mi habitación. Le dije a mi madre que me dolía el estómago, por lo que no tenía fuerzas para ir al colegio; 30 minutos después había llegado con una prueba de embarazo, pese a mis protestas de que no estaba embarazada, y de que le expliqué en varias ocasiones que la menstruación me había pasado hacía dos días atrás; su insistencia había sido a tal punto, que tuve que realizarme la jodida prueba para que pudiera irse al trabajo tranquila, cuando vio que dio negativa.

Arrastré nuevamente mis pies hasta mi habitación, después de haber ido hasta el baño para sacar otra caja de pañuelos del botiquín. Me hundí entre las cobijas, limpiando mis ojos nuevamente.

Tomé el teléfono de mi mesa, e intenté marcar el número de Gael otra vez. Le había enviado 37 mensajes en el transcurso del día, y le había marcado 18 veces, pero la respuesta siempre era la misma. Nada.

No se dignaba en contestarme los mensajes, ni tomar las llamadas. Grité de frustración, lanzando el teléfono contra la puerta, observé como la tapa y la batería rebotaban contra la alfombra, ante la mirada quisquillosa que me dedicaba Adam, quien acaba de entrar sosteniendo una bandeja en sus manos.

—¿Destruir tu teléfono te hace sentir mejor? —preguntó, mientras avanzaba hacia mí.

—Al menos no tendré la tentación de llamarlo a cada minuto —contesté, limpiándome la nariz.

Él se sentó a mi lado y colocó la bandeja en mis piernas. Una ensalada de frutas más un yogurt estaba en ella.

—Come, son casi las ocho de la noche y no has comido nada —arguyó, moviendo las frutas con el tenedor.

—No tengo hambre.

—¡No seas idiota, Fanny! —abrí mis ojos como platos al escucharlo hablarme de esa manera. Nunca lo había hecho—. ¿Vas a echarte a morir otra vez? ¿Quieres que te traiga la navaja? Tal vez sería menos doloroso, que dejarte morir de hambre.

Su ceño estaba fruncido, y sus mejillas habían adquirido un tono rojo, del aparente estado de cólera que tenía en ese momento. Se me secó la garganta, analizando las palabras que acababan de salir de su boca.

—Tú no entiendes...

—Claro que entiendo —me interrumpió, levantándose de la cama—. Tu vida no tiene sentido si ese idiota no está contigo, ¿Es eso lo que me tratas de decir? —Hizo una pausa, pasando ambas manos por su rostro—. ¿Entonces? ¿Dónde queda tu madre? ¿Has pensado en Cloud Thomas? ¡Sé que amas a ese niño, maldita sea! ¿Quieres echarte a morir sin pensar en los que te amamos? ¿Dónde quedo yo, Fanny? ¡También te necesito, joder!

No pude decir una sola palabra; nunca había visto a mi primo tan enfadado. Y lamentablemente sabía que tenía razón. Me estaba comportando como una niñata, no estaba pensando en nada más que no fuese el dolor que me albergaba, no había pensado en las cosas buenas que aún me quedaban por las cuales levantarme y tratar de volver a ser feliz.

Había pasado solo un día, de mi ruptura con Gael, dolería, estaba segura de eso, pero también sabía que esas personitas que Adam había mencionado, me ayudarían a salir adelante.

Tomé el tenedor entre mis temblorosos dedos, y llevé un trozo de sandía a mi boca, ante la mirada atenta de mi primo. Él sonrió, acercándose nuevamente a mi cama, pasó su brazo por mis hombros y besó mi frente.