How deep is your love|Calum Hood

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Sagitario, Aries, Géminis

–anda, vamos ____. Será divertido

–no estoy segura, además prometí quedarme en casa toda la noche viendo netflix, y realmente quiero cumplirlo

–ugh, ____, eres tan terca. Tienes toda la noche para disfrutar. ¿Que prefieres, quedarte toda la noche desparramada aburriéndote viendo películas clichés, ó ir a una fiesta súper alocada conmigo?

Fingí pensármelo poniendo mi mano en mi barbilla y sonreí

–nope–le respondí y ella rodó los ojos–pues con más razón, prefiero quedarme aquí

Realmente, no quiero salir a ningún lado, pues no tenía muchas ganas. Además, ya he tenido una experiencia en una fiesta muy mala y no quiero que se vuelva a repetir.

–pues no me iré sin ti, si tú no vas, yo tampoco–ella frunció sus labios y se cruzó de brazos mirándome con el ceño fruncido. Que infantil.

–¡pues no me importa! De todos modos ni quería ir–me encogí de hombros mientras me tiraba en el sofá con intenciones de encender el televisor.

(...)

–dime ¿por qué acepte venir?- le pregunté haciendo un mueca con mis labios al mismo tiempo que arrugaba mi cara como una pasa.

Ella me sonrió–no puedes resistirte a mis encantos–se señaló a sí misma con egocentrismo

Reí entre dientes mientras acomodaba los tirantes de mi vestido. Resoplé y seguí a Miranda por entre la gente que se bailaba al ritmo de una canción que desconocía.

La idea de haber venido aquí, primeramente fue de Miranda, pues hace unos días estaba tan emocionada. Y yo, como no quería venir, y ser parte de todo esto, decidí que sería lo mejor quedarme en casa viendo películas. Pero, ella insistía en que tenía que venir, y no veía la necesidad de hacerlo. Además, ya había tenido una experiencia antes en una fiesta cómo está, y no quería que se repitiera. Sin embargo, no sé que fue lo que hizo Miranda, que logró convencerme, y aquí estoy.

Ugh, tendré que lidiar con adolescente hormonales toda la noche.

Llegamos hasta la cocina de la casa en donde se encontraba un pequeño bar montado. Un chico estaba detrás de la barra sirviendo bebidas y cervezas.

Miranda se sentó en el taburete y sonrió hacia el chico, yo solo la imité, pero omití la sonrisa. No estaba de buen humor.

–linda, ¿que vas a pedir?–le preguntó el chico a Miranda mirándola con una ceja alzada esperando su respuesta.

Ella sonrió ampliamente y pidió un vaso con soda y cerveza. Yo solamente pedí una Coca-Cola, realmente no quería tomar nada de alcohol.

Unos segundos después el chico trajo lo que pedimos y lo puso frente a nosotras. Tomé la lata y la abrí dándole un trago.

Después de al parecer 1 hora Miranda ya estaba tambaleándose mientras decía estupideces. La mire con algo de cansancio y la tomé de los hombros.

–vamos, Miranda. Tenemos que irnos–le dije, pero ella se revolvió y se separó de mi, mirándome con algo de diversión y confusión.

–¿pero que dices? ¡Vamos a divertirnos!–gritó y luego comenzó a caminar entre la gente no sin antes llevarse su vaso con cerveza. Estaba por gritarle pero ya era tarde, ella se había mezclado entre la gente.

Gruñí frustrada y terminé mi tercera lata de refresco. Mire a todos lados intentar buscar alguna forma de encontrarla, pero solo había adolescentes por aquí y por allá. Me di por vencida y decidí caminar un rato aver a donde paraba. Pasé por una puerta y al salir ya me encontraba en el jardín, había una piscina abarrotada de más adolescentes algo ebrios, música hasta reventarte los tímpanos, luces led, envases de cerveza tirados por doquier o y alguna que otra pareja besándose como si su vida dependiese de eso.

Hasta que mi mirada recayó en un chico moreno, de cabellos ondulados y de ojos cafés de pie hablando con sus amigos y riendo, al mismo tiempo que tomaba tragos a su vaso que sostenía en su mano derecha, con dudoso contenido.

Mi respiración se cortó por un segundo y sentí como mi estómago daba vueltas, era Calum.

Traté de encontrar con algo que distraerme, así que tomé un vaso de la bandeja de un chico que pasó a mi lado y le di un trago haciendo una mueca de desagrado al comprobar que era cerveza con un poco de soda.

Saque mi teléfono y revisé la hora; 10:43.

Me metí en Facebook, Twitter, Instagram para distraerme y que no se diera cuenta de mi presencia, pero a veces el karma está en contra.

A los minutos siento como alguien me llama y todo mi cuerpo se tensa en solamente unos segundos.

Volteo en dirección a su voz y veo cómo se va acercando mientras me mira con una sonrisa.

– Hey _____, creí que no vendrías– fue lo primero que salió de su boca cuando estuvo frente a mí.

–ni yo, pero aquí estoy–le respondí encogiéndome de hombros ligeramente mientras fruncía un poco mi ceño.

El rió y tomó un trago del vaso.

–así que, ¿que haces aquí sola?

Bufé y le respondí– al parecer Miranda se ha emborrachado y ahora está en alguna parte de la casa, y la verdad no tengo ganas de buscarla.

–aww, la pequeña _____ se ha quedado sola– se burló el haciendo un estúpido puchero con sus labios. Rodé los ojos y tomé un trago de mi vaso, evitando hacer otra mueca de desagrado.

–cállate

El comenzó a reír, y no se la razón pero yo también me uní a sus risas.

–está bien, ¿quieres bailar?–me preguntó, en el momento que daba otro trago a mi bebida. Casi me atraganto cuando termina de pronunciar aquella pregunta. Lo miré con una ceja alzada y reí suavemente.

Al parecer el alcohol está haciendo efecto en mi.

Pero finalmente asentí, además, bailar no le haría daño a nadie ¿o si?

El sonrió y tiro el vaso en el césped. Di un último trago a la bebida e hice lo mismo que él. Tomó mi muñeca y me dirigió dentro de la casa. Y justamente estaba comenzando una canción muy peculiar.

Las chicas y los chicos bailaban súper pegados y por un momento me sentí cohibida al imaginarme que en unos segundos estaría así con Calum.

El comenzó a bailar al ritmo de la música moviendo sus caderas y yo traté de seguirle el ritmo, lentamente se fue acercando a mi hasta pasar su brazo por mi cintura sin dejar de bailar.
Yo sonreí arqueando una ceja y pase mis brazos por sobre su cuello. Tal vez mañana me arrepienta de haber hecho esto, pero ¿que más da? ¡Es una fiesta!

Calum al ver que estábamos tan cerca sonrió y pegó sus labios en mi oído cantando el verso de la canción, al mismo tiempo que sentía su aliento chocar contra mi cuello;

¿que tan profundo es tu amor?

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