R U sure?|Michael Clifford [semi hot]

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N/a: antes que nada, el imagina está narrado desde el punto de vista de Michael :) este será un poco hot, no tanto como el anterior de Michael (mortal love) pero esta vez no es tan explícito.
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Estaba aburrido, sería otra noche solo en mi apartamento. Suspiré y me quedé ahí por unos segundos hasta que decido salir al balcón. La hermosa luna adorna la noche bañando en una blanquecina luz toda la ciudad.

Volteo a mi derecha y el balcón hacia la habitación de _____ noto que el ventanal está abierto.

Silenciosamente me paso  y cuando estoy en su balcón, lentamente abro el ventanal y entro tratando de ser lo más silencioso posible.

Vi a mi alrededor y solo la lampara de la mesita de noche se encontraba encendida. Vi a la izquierda a ____ plácidamente dormida cubierta por una sábana.

Me quedé un rato viéndola hasta que escuche su voz.

–¿hace cuánto que estás ahí?

–¿desde hace cuando que estás despierta?– le respondí con otra pregunta, sonriendo nerviosamente. Ella me miró con una ceja alzada incrédula esperando respuesta a su pregunta.

–está bien–me rendí– no sé con exactitud pero creo que fueron unos largos cinco minutos

Ella rió y negó con la cabeza. Se levanto y se sentó en el borde de la cama, palmeó un lugar a su lado incitándome a sentarme a su lado. Y lo hice, no sin antes cerrar el ventanal. Me senté a su lado y la mire a los ojos.

–tienes unos ojos muy bonitos–comenté con una pequeña sonrisa sin dejar de mirarla.

–gracias–respondió ella sonrojándose.

Reí suavemente y comencé a repartir besos desde su cara hasta que pare en su cuello y lo miré unos segundos. Besé esa zona y rápidamente escuche un gemido ahogado de su parte junto a una risita. Al tener mi objetivo seguí besándola hasta que me detuve y acerque mi rostro al suyo.

–¿qué pasa si te beso ahora– le susurré sintiendo como una ligera capa de calor me envolvía.

–no lo sé, dímelo tú–me respondió ella, juguetona. Sonreí sabiendo a que estaba jugando y ella igual.

Lentamente comencé a acercarme hasta que presione mis labios con los suyos. Primero fue un beso inocente hasta que comenzó a subir de tono. El beso se tornó más salvaje y apasionado.

Nos separamos un poco y aproveché para empujarla suavemente hasta que su espalda tocara el colchón de la cama. Me situé entre sus piernas y puse un brazo a cada lado de su cuerpo para no aplastarla.

Pero no iría tan rápido.

Lentamente me agaché hasta volver a juntar nuestras bocas.

Luego volví a su cuello donde dejaba pequeñas mordidas, ella enredo sus brazos en mi cuello siendo esclava de mis caricias y besos. En cuanto volví a morder ella enredó sus dedos entre los cabellos de mi nuca.

Volví a su rostro y presioné sus labios hasta que ella decidió tomar el control de la situación. Ahora me encontraba bajo ella.

Pasó ambas piernas a mis costados y se agachó para besarme. Se separó y bajó sus manos hasta el final de mi camiseta y comenzó a levantarla, pero estaba teniendo problemas para ello así que me levante y me la quité.

Ambos parecíamos dos adolescentes enamorados en su primera vez sin saber mucho del tema. Pero lo único que queríamos era sentirnos el uno al otro, piel con piel, sintiendo el calor y aroma que emanabamos. 

Ya que me volví a recostar, de nuevo se puso arriba de mi y comenzó a acariciar mi piel recién expuesta. Bajo sus labios en donde me comenzó a torturarme un poco. Besó suavemente cada parte de mi cuello y después mordía ligeramente haciendo que gimiera. Sonrió contra mi piel y bajó hasta mis clavículas y después se detuvo en mi pecho y volvió a mis labios.

De nuevo, cambiamos de posición, y ahora tenía el control.

Lentamente y sin ninguna prisa nos fuimos desprendiendo de nuestras prendas hasta estar completamente desnudos.

–¿estás segura?–le pregunte mientras me ponía un condón. Ella asintió con la respiración pesada y suspiró.

Lentamente fui entrando y terminamos nuestra unión con un último beso.

Ambos terminamos agotados y sudoroso. Nos acomodamos en la cama y pase una sábana por sobre nuestros cuerpos desnudos.

Por primera vez había tenido un encuentro íntimo, y ha sido de lo más maravilloso que pudo haber pasado.

–descansa–le susurré suavemente presionando con delicadeza mis labios en su frente

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