—Espero que sí... No quiero tener que soportar a mamá siendo sobreprotectora, ¿sabes? —Solté una risa moviendo la pajita del batido, dándole un ligero sorbo. —Mmh, está muy bueno.

—Sí... Aunque mamá la maneja bien. —Ambas sonreímos, pero Lucy no dejaba de estar triste. Miraba el plato que le pusieron delante, y luego me miró a mí. —Cuando eras pequeña eras muy pesada, ¿sabes? No me dejabas en paz. —Lucy esbozó una débil sonrisa, agachando la cabeza. —Si yo iba a la cocina, tú venías detrás de mí gateando. Cuando aprendiste a andar, si salía al jardín, tú venías conmigo. Cuando tenías cinco años, te sentabas conmigo mientras yo hacía los deberes, hasta ahora.

—Lo siento, pero tener una hermana mayor es muy chulo. —Me dijo encogiéndose de hombros. Yo no tenía esa suerte, por desgracia. Me gustaría haber tenido una hermana que me apoyase, que me guiase en ciertos momentos, que fuese mi amiga y a la vez mi hermana. Justo como yo lo era para Lucy. —¿Tú nunca te has preguntado quién es tu padre? —Solté una risa mirando a Lucy.

—Lauren. —Respondí yo, haciendo que las dos riésemos ante mi respuesta. —¿Y el tuyo cuál es?

—Lauren. —Repitió Lucy, cogiendo una patata del plato para llevársela a la boca.

—Si te refieres al tipo que dejó embarazada a mamá, sí que sé quién es. Está en la cárcel. —Alcé las cejas bebiendo del batido con la pajita entre los labios.

—Dios, de ahí tienes esa agresividad, ¿no? —Empecé a reírme al escucharla y negué, cogiendo otra patata.

—No, la agresividad es de mamá. ¿Lo ves? —Nos quedamos en silencio, y miré a Lucy mientras le daba el primer bocado a su hamburguesa. —Mira, Lucy, necesito contarte algo. Nunca he hablado de esto con nadie. —Ella levantó la mirada del plato, y me mordisqueé el labio. —¿Crees que debería dedicarle el discurso de graduación a mamá? —Lucy sonrió, y asintió levemente.

—Sí, creo que deberías hacerlo.

—Oye, Lucy... ¿Qué te parece si matamos a mamá de un infarto?

*

Camila's POV

—Mamá, esta noche voy a casa de Nick.

—¿Qué tú qué? —Lauren cerró los ojos, quedándose paralizada y negando.

—Ya empezamos... —Susurré yo, terminando de colocar en la estantería de la cocina un paquete de arroz.

—Ah no, ah no. ¿Cómo que a casa de Nick? ¿Y quién más va? —Lauren se puso las manos en la cintura. Me decía que era la táctica que usaban para los osos, hacerse grande para que el oso se asustase, pero ella lo hacía con su propia hija. Maia había sacado también parte del carácter de Lauren, lo cual me parecía perfecto, además de que era una copia exacta a mí, pero rubia y de ojos azules.

—Nick, Summer, y Josh. —Maia se cruzó de brazos y ladeó la cabeza para mirar a su madre.

—O sea, que encima es una cita por parejas. No, tú no vas. —Maia suspiró, y me miró a mi echando la cabeza a un lado.

—Mamá, ¿puedo ir? —Me encantaba torturar así a Lauren, y sabía que a Maia también. Así que me encogí de hombros.

—Intenta convencer a tu madre, a ver qué dice.

—No. —Respondió ella negando. —No, no, y no.

—Mami, por favor... —Maia hizo un puchero, y Lauren se fue al salón intentando deshacerse de ella.

—No me mires así, no. —Maia la abrazó por la cintura, apoyando la cabeza en su pecho. Lauren tenía el corazón muy frágil con sus hijas, y en cuanto le suplicaban un poco con cara de pena, cedía.

a coat in the winter; camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora