Capitulo 5

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“No necesito que me des explicaciones, ni siquiera que te disculpes. No tiene caso. Solo espero que hayas llegado bien. Hay pasta y hot cakes en el refrigerador. Avril xx”

Leo la nota que me ha dejado en la barra de la cocina y no puedo evitar que el corazón se me rompa en pedacitos. Le he fallado otra vez, volví a quedar mal con ella. Me siento la persona más egoísta y más mala del mundo. Me odio y mucho. Tomo la nota en mi mano y la hago puño, me recargo en la barra con los codos y cubro mi cara con las manos.

Veo el reloj que está en el estante de la sala. Son las doce de la tarde, he superado mi record.  Lo más tarde que había llegado era a las diez de la mañana. Me doy la vuelta y abro el refrigerador para comprobar que ahí si hay pasta y hot cakes. No tengo hambre, tengo el estomago revuelto. Decido darme una ducha antes que nada. Me duele el cuerpo y también la cabeza.

Cuando ya estoy fuera de la ducha, bañado, cambiado y perfumado, voy a la cocina y me entra el hambre. Tomo un poco de pasta en un plato y empiezo a devorarla. Escucho que la puerta principal se abre. Avril ya ha llegado.

-Hey – dice al verme, en voz baja en tono desanimado.

-Hola – digo mientras me limpio la boca con una servilleta.

-Me tenías preocupada, sabía que ya no volverías para la cena pero esta vez no llegaste ni a desayunar – sonaba como una acusación, hasta cuando ella dijo en un tono aliviado – Que bueno que estas bien.

Agacho la mirada y veo como ella mueve sus pies, rodea la cocina y termina yendo hacia el sillón de la televisión. No parece enfadada, más bien esta triste. Seguro que está cansada, ya no sabe qué hacer conmigo.

-Puedo explicarlo…

-No quiero que lo hagas -  me interrumpe – No es necesario, es muy obvio. ¿Cuando Harry Styles le dice no a una fiesta? – me lanza una sonrisa amarga, sus palabras me duelen pero son verdad.

-Estaba esperándote cuando me llegó un mensaje de Nate… uno de mis compañeros de fiestas –digo ignorando lo que había dicho antes sobre lo de que no quería explicaciones – Pensé que me desocuparía temprano…

-Pero no lo hiciste – termina ella y mira hacia otro lado- Es muy predecible, Harry. Por eso no quería que me lo explicaras.

Me levanto de la silla y camino a paso rápido hasta llegar frente a ella. Ella se ve obligada a mirarme. Decepción es lo que veo en sus ojos, se está rindiendo conmigo, eso debió de haberlo hecho ya bastante tiempo atrás.

-Louis vino y fue el que me acompañó en la cena – dice  y agacha la mirada, creo que me mira los pies.

-Si le dijiste lo que ocurría, harás que me odie más de lo que ya lo hace.

- No te odia, solo se preocupa por mí… – parece que esta recordando una plática que tuvo con él. Quien sabe que tantas cosas le habrá dicho, tal vez la convenció de dejarme a mi suerte.

-Deberías hacer caso a los consejos que te da – le digo metiendo las manos en los bolsillos delanteros de mi pantalón.

Ella suspira y niega con la cabeza.

-¿Sabes? No me molesta que  te vayas de fiesta y hagas un desmadre contigo… creo que eso ya lo puedo tolerar. Lo que me preocupa ahora, es que te pase algo, tal vez algo que no provoques tu. Un accidente, una droga, que te infectes de alguna enfermedad… - se muerde el labio y hace una mueca de asco –Me preocupa eso. Ayer mientras te esperaba en la noche fue imposible no pensar en esas cosas y me di cuenta que… no quiero perderte – suelta un sollozo y se cubre la cara con sus manos.

-Avril... – me acerco a ella, la tomo de las manos y hago que se levante del sillón. No me da la cara pero me deja abrazarla. La rodeo con mis brazos y le acaricio la espalda y la cabeza – Se cuidarme pequeña, no te preocupes por mí.

-Necesito un momento – dice apartándose, se sorbe la nariz y empieza a darse media vuelta – Quiero estar sola.

No entendía porque quería estar sola. ¿Qué cosas le habría dicho Louis para que quisiera ponerse a reflexionar?

-Avril, no te preocupes por mí, enserio – le digo mientras me da la espalda por completo – eres la única persona que tiene miedo de perderme y eso… es muy lindo de tu parte.

-Es porque te quiero – me dice sin mirarme y noto que se ha llevado la mano al rostro – solo por eso.

Yo asiento a pesar de que ella no puede verme. Se aleja y después de unos segundos escucho que la puerta  de su habitación se cierra. Me duele lastimarla, me duele que se preocupe tanto por mí, que quiera ayudarme, que intente sacarme de este infierno, pero simplemente no puedo… me sigo odiando a mí mismo. Yo podría cambiar, pero lo peor de todo es que… no quiero. Y estoy mal, lo sé.

-Yo también te quiero, Avril - susurro.

Estoy de nuevo en una de aquellas fiestas salvajes, borracho de nuevo y con la música retumbándome en los oídos. Estaba en una habitación con una chica, pero el sexo no me hizo sentir mejor. Tal vez si probara con otra… no, ya es suficiente por esa noche.

Las personas se mueven como locos por todas partes, ni siquiera siguen el ritmo de la música. Me gritan en el odio y yo me aparto. Veo que se forma una rueda a unos metros de donde estoy, seguro alguien se pelea.

Alguien me roza el hombro y cuando volteo veo a una chica sonriendo. Es bonita, castaña y de ojos azulados. Pero ya he dicho que es suficiente por esa noche. Nate, mi amigo de fiestas, se acerca hasta mí sonriente y me pasa otra botella de cerveza, las hacemos chocar y damos un trago. ¡Puag! Me sabe repugnante, me dan ganas de vomitar.

-Ya me voy de aquí – digo apartando a Nate.

-¡Dude! Pero si es temprano – me grita ya que la música no deja que nos escuchemos.

-Me siento bastante mal – le digo sacudiendo mi cabeza y pasándome una mano por el cabello.

-¡Como quieras! – me da la espalda, toma a la castaña bonita de los hombros y se aleja con ella.

Suelto un bufido y camino en dirección contraria directo a la salida. La cabeza ya ha comenzado a dolerme y las ganas de vomitar son mayores. Camino por el pequeño pasillo que me lleva a la salida del lugar, es una puerta negra que da a la calle.

Al salir arrugo la nariz y entrecierro los ojos, a pesar de que es muy poca luz la que hay pero me molesta como si el sol estuviera hasta arriba. De nuevo esa sensación de malestar. Pongo una mano en la pared, tratando de sostenerme, entonces abro la boca y vomito. Estoy mal, siento escalofríos y podría jurar que estoy pálido. Si llego a casa así Avril se enojará de nuevo conmigo, ya no quiero hacerle daño, ya no quiero que se enfade, le impido ser feliz.

Intento caminar pero un fuerte dolor en el estomago me lo impide. Vuelvo a pegarme a la pared y antes de que pueda gritar por ayuda vuelvo a vomitar. Entonces me doy cuenta que es inútil que pida ayuda, ninguno de los que están ahí dentro es amigo mío, ni siquiera Nate. Tal vez soy el alma de las fiestas, pero hasta ahí. Por eso me buscan, porque saben que no diré no a una parranda, solo me buscan cuando quieren diversión y saben que yo no los dejaré abajo cuando quieren divertirse.

No puedo ir a casa así, no quiero que Avril me vea así, no otra vez, ya no puedo hacerle esto otra vez.

Empiezo a caminar, tambaleante. Sé que no estoy lejos del departamento pero necesito otro lugar para quedarme. ¿A dónde podría ir? No pasan ni diez minutos cuando me adentro en un callejón, en medio de dos altos edificios.  Me agarro a la pared, sigo sintiéndome de lo peor. Me dejo caer en ese lugar, me tumbo en el suelo, huele extraño pero no tengo fuerzas para levantarme. Suelto una risotada.

-¡Estoy borracho! – grito mientras me rio amargamente - ¡Soy… soy un borrachou! Mal pedo. Soy un fracaso, no soy nada.

Miro el cielo sobre mí y una gota de agua cae en mi mejilla. Estoy boca arriba y entonces escucho la voz de Avril en mi mente. “Si alguna vez te quedas tirado en medio de la calle y estas ebrio por lo menos trata de acostarte hacia un lado, así no te ahogarás con tu propio vomito” Le hago caso a mis recuerdos y me pongo de lado, en cuanto lo hago el vomito se deja venir de nuevo. Estuve muy cerca. Luego siento que más gotas caen sobre mí, estoy cansado así que dejo que mis ojos se cierren. 

Errores [Harry Styles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora