24. Confesiones de un Malfoy

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Los días pasaron, terminaron las vacaciones de Navidad y el contacto entre ambos era evitado después de la penosa discusión que Hermione y Draco habían tenido en el jardín bajo la nieve. La Gryffindor se sentía vacía, como si su pequeño corazón se hubiese roto en miles de pedazos, y la poca esperanza que tenía de ser feliz junto al joven que verdaderamente quería se había esfumado. Hasta sus amigos habían notado su dolor y tristeza en el transcurso de las semanas, pero ella no había abierto la boca salvo a Ginny, a la cual le contó todo lo sucedido.

Pocas cosas recaudaban su interés, se sentía perdida en sí misma, como si estuviese flotando en una nube de tristeza. Después de que Malfoy le hubiese dicho que siempre estaría por encima de ella, Hermione apenas lo volvió a ver cuatro días después, en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Ella lo miró, el joven estaba rodeado por sus amigos pero completamente desanimado y cabizbajo; Draco notó que ella había entrado al aula pero no la miró a los ojos, tal vez aún no se sentía capaz.

Cuando terminó la clase, la castaña se levantó al último y sin querer tropezó con él. Malfoy hizo que se le cayeran tres libros al suelo; aunque nadie se dio cuenta ya que casi todos habían salido.

—Lo siento—Le dijo el rubio; aunque sus disculpas parecían ir mucho más allá que la caída de unos libritos.

Hermione esta vez no lo miró y alzó sus cosas rápidamente, aunque Malfoy fue más hábil y le tendió un último y grueso libro.

—Gracias—Dijo toscamente la castaña y salió disparada hacia el exterior del aula, no soportaba estar cerca de él.

Cuando la Gryffindor llegó a su Sala Común, decidió hacer la tarea que les había encomendado Snape y sacó su grueso tomo de DCAO, el cual Malfoy le había tendido unas horas antes. Sin poder evitarlo y casi inconscientemente, la castaña acarició el lomo del libro como si se tratase de un Monstruoso libro de los Monstruos... sintiendo el tacto en el mismo lugar donde Draco lo había agarrado con sus manos.

Se despejó inmediatamente de sus pensamientos y notó algo extraño; un sobre de papel sobresalía entre las páginas del medio. Hermione lo sacó para darse cuenta de que era un sobre con un pergamino sin remitente, entonces, comenzó a leerlo cuidadosamente:

Te pido perdón, necesito que me disculpes, no es fácil hablar contigo y por eso te escribo. No te insulté porque me cayeras mal, ni tampoco porque te considere una sangre sucia, sino por motivos personales... Entiéndeme, Hermione, no te mentí cuando te respondí que yo también te quería, bueno, en todo caso, que te amaba.

Nunca había conocido a alguien como tú y esto es nuevo para mí, creo que debería explicarme porque no es justo que te sientas mal solo por una estupidez mía.

La tarde en que nos besamos, yo me convertí en el mago más feliz del mundo, sentí que de verdad podía sentir algo bueno después de tanto tiempo escondido en penumbras, pero al fin te encontré y pude amar, te pude amar a ti. Pero todo acabó ese mismo día, cuando mi padre vino al colegio a buscarme. ¿Recuerdas al tonto Slytherin que nos había visto tomados de la mano? Bueno, él también es hijo de mortífagos, aunque me odia, y al verme contigo decidió informarle a mi padre. Lucius vino un momento después, y me reclamó. Me gritó, me golpeó y me humilló mientras me decía que si no me alejaba de ti me iba a desheredar y no iba a tener piedad si el Señor Tenebroso se las agarraba conmigo, por lo que me sentí verdaderamente asustado. Mi padre quiere que me convierta en mortífago y eso no es nada fácil para mí; no quiero hacerlo... no quiero, Hermione, pero estoy obligado y amenazado.

Tampoco quiero que te hagan daño a ti, por eso me alejé y decidí dejar todos mis sentimientos atrás, nada más quería protegerte. Pero una vez que te tuve entre mis brazos me fue muy difícil dejarte ir. No sabes cuánto me costó gritarte e insultarte, ya no es tan fácil como antes. Me sentí vacío y completamente solo, sin mencionar el dolor que ahora guardaba en mi pecho por no estar a tu lado a causa de algo que verdaderamente no quiero.

Te amo, ya no pude aguantar más y decidí escribirte esto. Espero que sirva de algo y que al menos me perdones... Entiende que lo nuestro es imposible y que tarde o temprano me convertiré en tu verdadero enemigo.

Atte. Draco Malfoy.

Respiró. ¿Lo que acababa de leer había sido verdad? Se tomó el tiempo de reflexionar mientras la carta de papel temblaba en sus manos. Draco la amaba, sí, él la amaba como ella lo amaba a él. Hermione sintió el impulso de salir corriendo de allí mismo y abalanzarse sobre el rubio y no dejarlo ir jamás, aunque los viese todo el colegio. Entendía que lo suyo era imposible, que Draco estaba encaminado hacia el lado oscuro, pero al menos el corazón de la castaña había vuelto a latir como antes.


♥Traición Mestiza♥ #DramioneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora