— Esta es nuestra diosa y si quieren una noche con ella ya saben su precio.

Todos empezaron a enseñar su dinero. Hago una mueca, mientras me aparto de Arturo. Salgo del escenario y me voy directamente a mi cuarto. Cierto con llave, mientras dejó que mis lágrimas salgan sin parar.

«Quisiera terminar con todo y no despertar más. odio lo que me he convertido ¡lo odio!»

Me acuesto y cierro mis ojos mientras dejó que el sueño me tome.

Al día siguiente Arturo nos informa que no va abrir el burdel ya que tiene que salir. Cosa que a las chicas y a mí nos da alegría ya que nos da la oportunidad de ir a la fiesta que Clara nos dijo. En todo el día tuvimos que limpiar el local ya que eso es algo que nos toca hacer siempre, pero esta ves solo lo vamos a limpiar, pero no vamos a trabajar en la noche. 

Cuando llegó la tarde las demás chicas se pusieron a ver películas, pero yo decido irme a mi cuarto y buscar que me voy a poner. Me siento en mi cama y como de mi emparedado. Arturo nos ha prohibido usar celulares o compu. Lo único que tenemos es un televisor, bueno no todas, solo las que le damos más ganancia y entre ellas estoy yo.

Por fin llega la hora y termino de arreglarme.

— ¿Ya estás lista? — Veo a Clara y asiento. — vamos entonces, ahorita los guardias están con algunas chicas, ya sabes las que le dan momentos felices para que las cuiden.

Las que piden eso son las que no son las consentidas de Arturo y les toca acostarse con los guardias para que las cuiden de los clientes locos.

— Entonces vamos. — digo tomando mi bolso.

Cuando salimos nos reunimos con: Sabrina, Isabel, Elena y Verónica. Las otras chicas no vinien por miedo a Arturo, pero a mi no me interesa si se enoja o no. Logramos escapar y subimos a un taxi que encontramos más adelante del local. La que conoce la dirección es Clara así que yo solo miro maravillada afuera, porque casi no tenemos la oportunidad de salir, bueno algunas sí, pero yo soy la única a la que Arturo no deja salir a ningún lado. Llegamos a una residencial. Los recuerdos de mi antigua vida viene a mí cuando veo las grandes casa.

El taxi para y nos deja frente a una hermosa casa, llena de flores.  Lo único que se escucha es la música a todo volumen y las personas que están afuera bebiendo y fumando. Clara le paga al taxista y salimos del auto.

Entramos a la casa y vaya que esta bueno el ambiente un muchacho se nos acercó.

— Por fin están las chicas bellas aquí.

— Calla, Carlos. deja de ser adulador. — dice Clara divertida.

— Digo la verdad. bienvenidas a mi casa y esta humilde fiesta.

— Humilde no tiene nada — dije y él ríe.

— ¿Quién es esta hermosa chica?

— Ella es Lali, la chica que siempre te e estado hablado.

— Oh. Encantado en conocerte Lali. Bueno chicas vayan a divertirse. Hay bebidas, condones y ya saben lo tercero. — rio. En eso estaba pensando. — esta es su casa y pueden hacer lo que quieran.

— ¿Cuántos años tienes? — le pregunto.

— Veintidós— me dice y lo miro sorprendida.

— Y.., ¿Todavía vives con tus padres?

— No. Tengo mi apartamento pero mis padres salieron y esta casa es grande para la fiesta y mi hermano que la cuida vuelve hasta mañana y ni se enterará.

No dije nada ya que no me interesa. Me alejo de ellos y empecé a caminar por la multitud. Tomo una lata de cerveza y la abro. Me la llevo a la boca miré las pastillas de la felicidad  y vaya que me hicieron feliz de verlas. Tomo unas cuantas.  Me llevo una a la boca y bebo un gran trago de cerveza.

Cuando me hace efecto; empiezo a bailar, uno chico se me acercó y empezamos a bailar juntos. Él me empezó a tocar por toda parte y me dejo ya que estoy ida por la adrenalina que siente mi cuerpo. De pronto él se acerca a mi oído y me dice:

— ¿Quieres ir a unos de los cuartos?

Me alejo de él y lo miro entre cerrando los ojos.

— No nene, no quiero. Ve a buscar a otra para follar porque yo no estoy disponible.

Empujó a ese imbécil y tomé unas cuantas latas de cerveza y voy a las escaleras. subo arribo. Comienzo a buscar algún cuarto para estar sola, pero algunos estaban ocupados. Entro a uno que está hasta el final del pasillo y lo bueno que no hay nadie.

Me senté en el suelo a beber las latas que me traje ya me empezaba a sentir los efecto del alcohol y las pastillas que me tomé y todo me empieza a dar vuelta.

Peter.

Voy rumbo a la casa de mis padres ya que logré terminar  todo antes. Cuando llego miro a mucha gente en la casa, detuve mi auto y salí y empecé a caminar hacía la entrada. Al entrar veo que la casa está llena de humo y con la música muy alta. Me acerqué al equipo de sonido y lo apagué.

— ¡QUIERO A TODOS FUERA DE MI CASA! ¡YA! — grité furioso.

— ¿Quién mierda apagó la música? Peter.........

— Quiero ahora a todos fuera de la casa. tú y yo hablaríamos mañana ¡FUERA DE LA CASA!

Todos salieron rápido y miré mal a mi hermano. Toda la casa a apesta y al ver la mesa del comedor hago una mueca al ver que hay droga y mucho alcohol. Mi hermano intenta hablar conmigo, pero lo ignoro, mientras subo las escaleras y miré en los cuarto y tuve que sacar algunos de allí. Lo peor de todos que estaban practicando sexo, y no solo entre parejas si no entre varios. Por fin la casa está sin esas personas. Llegó a mi cuarto y entro. Soltando un  suspiro; me quito el chaleco y empiezo a desenredar la corbata. Prendo la luz y a Levantar la vista, paro en seco ya que hay una chica tirada en el suelo con varias latas de cervezas.

— Esto no es posible — me acerqué a ella y la miré. Es muy hermosa no puedo evitar pensarlo. — Señorita despierte — la moví y ella abrió los ojos.

— Oh mí ángel — arrastraba las palabras.

— Señorita tiene que irse a su casa ahora mismo.

— ¿Señorita? — empezó a reír — yo..de..señorita...no....tengo.........nada.

— Vamos, levantase tiene que irse. — digo ya que no voy a decir nada a alguien que está borracha.

— Que lindo eres mi ángel, ¿por qué apareces hasta ahora?

— Señorita, mire vaya a su casa. Si quiere le llamo un taxi y.....

— Oye... Eres lindo. tus ojos, tu lunares y eso labios tan hermosos. Tengo al ángel más lindo, ¿pero si hago algo crees no se enojen contigo? — la miro sin comprender.

— Qué quiere ha......

No me dejó terminar ya que sus labios se pegó a los míos y me quedé inmóvil sintiendo como ella me besaba y no pude evitar seguir así y comencé a devolverle el beso. Estoy besando a una completa desconocida y no solo a una chica que está borracha. Estoy loco muy loco por devolver el beso.

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