Capítulo 33 : "Débiles".

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||Narra ______||

Deanna había organizado una fiesta esta noche para "Presentarnos" la verdad no se, no pienso ir, ¿A quién se le ocurre hacer una fiesta en un apocalipsis? Pues, a esta gente.

— Siquiera se que ponerme. — le dije a Carol mientras yo jugaba con una manzana.

— La manzana se come. — me regaño. — Y ¿Por que no le pides a Jessie que te preste algo?.

— Nah, siquiera quiero ir. — le di un mordisco a la manzana. — ¿A quién se le ocurre hacer una fiesta en el apocalipsis?. —, seguro Carol no me entendió nada ya que tenía comida en la boca.

— Primero; traga antes de hablar. Segundo; no se, a ¿Deanna? Quizá. — se giró y sonrió burlona.

— No me cae esa señora. Es una vieja pesada. — escupí con asco. De verdad no tolero a Deanna.

— ______. — me regaño. — ¿Por que no te cae?.

— Sólo no la tolero.

— Pues, que pena, ella es la líder.

— Si. Bien, voy a casa de Jessie. — me levate de la silla en donde estaba sentada y salí de la casa. Camine hacia la casa de Jessie y golpeé la puerta, me atendió Ron con una sonrisa.

— Hola. — sonrió.

— Hola, Ron. — sonrei forzadamente. — ¿Esta Jessie?.

— Si. Pasa. — se hizo a un lado y entre. — Esta en su habitación, sígueme. — seguí a Ron hacia la habitación de su madre, Jessie estaba arreglando la ropa. — Mamá, _______ esta aquí. — Jessie giro y nos sonrió.

— Hola, cariño. — se acercó y beso mi mejilla, luego me abrazo brevemente. — ¿Cómo estas?. — ¡Estupendo! Vendré una fiesta en el medio de un apocalipsis.

— Bien, gracias. ¿Tú, Jessie?. — sonreí forzadamente.

— Estupendo. — gire mi cabeza hacia mi izquierda para ver a Ron, pero este no estaba. — ¿Necesitas algo, cariño?.

— Si. Carol me obligó a ir a esa estúpida fiesta, y no tengo que ponerme. No si tu...

— ¡¿Quieres que te preste algo de ropa!?. — me interrumpió emocionada. Asentí. — ¡Cariño! Tengo unos hermosos vestidos que te quedarán genial, tu tienes un cuero de modelo.

— ¿Que dices, Jessie?. — hablé entre risas.

— Es verdad, cariño, sólo mírate. — me señaló. Saco un vestido de su armario, color... ¿Turquesa? La verdad que no se me da bien descifrar los colores.

— No. Definitivamente ese no. — mire con horror el vestido, no me gustaba para nada.

— Bien... — guardo ese vestido nuevamente y saco otro color salmón, la verdad que no estaba nada mal. — ¿Que te parece este? Se te verá de maravilla. — coloco el vestido sobre mi cuerpo y se quedo mirándome.

 — coloco el vestido sobre mi cuerpo y se quedo mirándome

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— Mmm... — la verdad es que no se, si me gusta pero no estoy decidida en ir. — Esta bien.

— Pruebatelo. — me tiró el vestido y me guió hacia el baño de su habitación. Cuando salí, Jessie me miro asombrada.

— ¿Tan mal me veo?. — fruncí el sueño y me encamine hacia el espejo que estaba a un lado de la cama. Y debo decir que... Wow... Me encanta. — ¿Quién es esta?. — señalé al espejo y luego mire a Jessie.

— Te queda... Hermoso, _______.

(...)

— ¿Iras a la fiesta?. — le pregunté a Carl, que estaba recostado en la cama jugando con una pelotita.

— No lo se, ¿Tú?.

— Carol me obligó a ir. — me encogí de hombros. — ¿Puedes creer que usaré un vestido?. — lo mire fingiendo sorpresa. Se sentó y me miro fijamente con el ceño fruncido.

— ¿Que usarás que?.

— Un vestido. — le repetí. — ¿Iras o no?. — enarque una ceja.

— Si. Debo asegurarme de que ningún chico se te acerque. — me agarró de la cintura y me sentó arriba de sus piernas.

— ¿Que dices?. — reí. — Oye, ¿Has visto a Daryl?.

— Salió con Aaron a buscar a mas sobrevivientes. — se encogió de hombros. — ¿Por qué?.

— Nada, es sólo que no lo veo desde... ¿Ayer a la mañana?. — suspire. Nos quedamos en un silencio, para nada incómodo. Se me vino una idea a la cabeza y lo mire pícara.

— ¿Qué?. — me miro de la misma manera.

— Vamos. — me levanté y le agarre de la mano. Salimos de la casa y nos dirigimos hacia unos de los muros.

— ¿Que haces, ______?. — pregunto preocupado, ya que vio que estaba trepando el muro.

— Vamos. Sígueme. — seguí subiendo y luego salí del muro, segundos después, Carl ya estaba a mi lado. Lo tome de la mano y corrimos un poco lejos de Alexandria. Nos detuvimos por que ya estábamos cansados. Nos sentamos en el suelo y yo apoye mi espalda en un tronco que estaba atrás nuestro.

— ¿Que hacemos aquí?. — pregunto después de unos minutos en silenció.

— ¿Que? ¿No podemos estar solos unas horas?. — lo mire, el me miraba fijamente pero luego la comisura de su labio se curvo hacia arriba, formando una pequeña sonrisa. — Es que... No me gusta estar encerrada allí adentro como un animal. — mire mis botas negras, que jamás cambiare. — Necesito estar afuera, necesito matar caminantes.

— Te entiendo. — asintió con la cabeza. — Ven. — me agarró de la mano y me estiro hacia el. Abrazándome por los hombros, yo tenía mi cabeza metida en el hueco de su cuello. — Extrañaba estar así contigo. — suspiro. — Desde que llegamos a Alexandria... Ya no estamos muy juntos.

— Si. ¿Sabes?... Creo que llegar aquí no ha sido una buena idea.

— ¿Por qué lo dices?.

Me encogí de hombros.

— Es que... La gente de aquí, son débiles... — me separé de el y lo mire fijamente. — ¿Y si nos volvemos débiles?. — lo mire con preocupación.

— Claro que no. Pero es verdad, la gente de Alexandria no se sabe defender. — suspiro y miro para otro lado. — Papá dijo que hablaría con Deanna, que de alguna forma papá se haría el líder de aquí. Quiere enseñar a defender a la comunidad.

— ¿Crees que... Deanna acepte?. Sinceramente Deanna no me agrada... Su hijo Aiden tampoco me cae bien.

— ¿Por que?. — le estaba por contestar, pero unos gruñidos me interrumpieron. — Debemos volver. — nos levantamos y nuevamente corrimos hacia el muro y trepamos. Somos estúpidos al salir sin nada que defendenos, sólo un estúpido cuchillo. Caminamos normalmente en las calles de Alexandria, hasta que vimos a un Rick vestido de sheriff con las manos en su cadera y mirándonos seriamente.

— ¿Donde estaban?. — hablo al fin, firmemente... Y serio. — Los eh estado buscando hace tiempo.

— Pues... Aquí estamos. — camine hacia el, seguido por Carl. — ¿Que ocurre?.

— Carol te busca. Y tú. — apunto a Carl. — Ven conmigo. — dicho eso, siguio de largo. Mire a Carl con el ceño fruncido. Me encogí de hombros y me acerque a él y planté un casto pero suave beso en sus labios y me encamine hacia la casa donde... Supongo que Carol estaria.

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5cometarios.


×Ori De Riggs×


No Me Dejes © - Carl Grimes [TERMINADA].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora