Capítulo 39

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18 de Octubre de 1816

Para ese entonces, la familia Rumsfeld se encontraba en Norfolk, ya habían regresado a Londres junto con Los Armstrong-Jones, quienes decidieron volver, con el pequeño Connor.

Georgiana estaba cada día cuidando que la habitación de su bebé estuviese en orden para su llegada.

El médico cada vez que iba se veía confundido, y cuando preguntaban, él sólo decía, ya nos daremos cuenta.

El vientre de Georgiana era muy grande, tanto que le costaba pararse de su lugar cada vez que se levantaba, Christopher debía de ayudarla a pararse, era muy difícil para ella.

Estaba tejiendo junto con Mary los últimos detalles de los trajecitos, ya tenían muchos.

- Buenos días. - Entró Christopher. - Buenos días Georgie, buenos días madre. - Se acercó a su madre y le dio un beso en la mejilla, después se acercó a Georgiana y la besó en los labios, para después bajar a su gran vientre. - Buenos días bebé. - Besó con ternura sobre el vestido su vientre.
- ¿Ya han decidido los nombres?
- Aún no, pero ya debemos de empezar. - Dijo Georgiana.

Estiró sus brazos hacia Christopher, quien se rió mientras la ayudaba a pararse.

- No te burles.
- No me burlo.
- Ya vuelvo.
- Ve con cuidado.

Salió del salón, empezaba a sentir pequeños dolores en la parte baja de su vientre, desde que se había levantado los había sentido, pero no le había dicho a nadie, ahora empezaban a ser más incómodos, con forme pasaba el tiempo, se hacían más fuertes e incómodos.

Pensó que era normal, así que no avisó, hasta que sintió un fuerte dolor que la hizo caer de rodillas.

- ¡Christopher! - Gritó a sentir líquido entre sus piernas, pensaba que era sangre. - ¡Christopher! - Volvió a gritar para después verlo correr hacia ella con Mary detrás de él.
- ¡Georgiana! ¿qué pasó? - Preguntó ayudándole a pararse, pues intentó cargarle pero ella se lo impidió.
- Me duele desde la mañana el vientre, y ahora se han hecho más fuertes e incómodos. - Dijo con los ojos cerrados aguantando un fuerte dolor que entraba.
- ¡Esas son contracciones! - Gritó emocionada Mary mientras llamaba a la Sra. Lawrence a que buscara al Dr. Gibson.

Christopher sin pensarlo, la cargó y subió con cuidado las escaleras para dejarla con cuidado en su habitación.

- No te vayas. - Le suplicó, pues sabía que lo sacarían al llegar el doctor.
- No me quiero ir, no pienso hacerlo.
- No dejes que te saquen.

Ante la petición de su mujer, el sólo se rió un poco.

Georgiana estaba llena de temor, pues cuando su madre tuvo a Anne, gritaba de dolor, hasta que dentro de la habitación sólo se escuchó el llanto de la bebé y ningún sonido de su madre, quien poco a poco estaba muriendo.

- ¿Georgiana? Georgiana. - Escuchaba a lo lejos la voz de su esposo, pero los recuerdos y el temor la hacían alejarse de todo. - ¿Georgina? ¿qué pasa?
- ¿Eh?
- ¿Qué pasa? Sé que algo te preocupa.
- No es nada... - Susurró.
- ¿Tienes miedo?

Ella volteó hacia él mirándolo asombrada, pero en su mirada le decía que sí, que estaba llena de temor de dejarlo solo. Tenía miedo de que su bebé muriera o ella muriera, pero aún más que ambos murieran.

- Sí, tengo miedo. - Dijo en un hilo de voz.
- Ven aquí. - La abrazó contra él. - Nada pasará, no pienses en eso.

Ella apretó sus ojos y guardó silencio ante otro dolor que llegó en ese momento, sabía que Christopher también tenía miedo, podía sentirlo en su forma de hablar y en su mirada, él también tenía miedo de perderla.

Always Yours (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora