Capítulo 4

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5 de Enero de 1816

Caminó una y otra vez por el jardín de invierno, no sabía que más hacer, estaba aburrida de estar sola en Norfolk sin la compañía de nadie, más que la de la servidumbre que no le prestaba atención, si le prestaban pero no para ser sociables con ella, lo que hacía que se sintiera sola.

- ¿Le preparo un baño Sra. Rumsfeld?
- Por favor Lissa.

Cuando salió de la habitación, reanudó su lectura para que después de unos momentos le llamara para ir hacia la tina.

- Lissa, ¿No ha llegado la correspondencia?
- No Sra. Rumsfeld, no ha llegado.
- Que extraño.

En eso se escucharon cascos de caballos.

- ¡De seguro Christopher ya llego!- Trató de salir de la tina.
- ¡Sra. Rumsfeld! ¡Espere!

Tuvo que volver a recostarse en la tina para que Lissa terminara de lavar su cabello.

Cuando ya estuvo lista, que se pusiera un vestido, bajó corriendo por las escaleras para buscar con la mirada a Christopher, a quien no vio.

- Está en su estudio, Sra. Rumsfeld.
- Gracias Sr. Lawrence.

Caminó hacia el estudio donde vio la puerta entreabierta, tocó un par de veces para escuchar la voz de su esposo invitarla a pasar.

- Adelante.- Pasó y lo vio sentado frente a su escritorio leyendo cartas.- Georgiana.
- Hola Christopher.
- Lo siento antes que nada, y más por dejarte en tu cumpleaños.
- Si, me lo dijiste en tu carta.
- Bueno, entonces sabrás que en verdad lo siento.
- Si...
- ¿Pasa algo?- Se levantó de su asiento para caminar frente a ella.
- Nada, me aburrí mucho aquí.
- ¿Enserio? Pero Norfolk tiene muchos lugares que visitar.
- No me has enseñado del todo la propiedad, me perdería.
- Entonces, me propongo a enseñarte la propiedad.
- Oh que bueno, los escondites yo los encontraré.
- No creo que te puedas esconder de mi, se cada uno de ellos.
- Ya, claro.
- He vivido aquí la mayor parte de mi vida.
- Si... ¿26 años?
- Si, casi 27 años.
- Uh, eso es mucho.- Le dijo en forma de burla sonrojandose inmediatamente.
- ¿Mucho? Yo considero que no es mucho.
- Bueno, tal vez para ti no lo sea, pero para mi si.

Ambos se rieron, y después de unos momentos mas de conversación, Georgiana de fue dejando trabajar a Christopher en sus deberes como duque y ella fue a la cocina junto con la Sra. Lawrence para empezar con sus deberes como la señora de la casa.

Caminaba estrujandose las manos, estaba nerviosa de dirigir junto con Christopher una propiedad tan grande como lo era Norfolk.

Always Yours (2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora