One

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A los 16 años, Erik aún caminaba para regresar a casa de la escuela. Ya que todos sus compañeros de clase conducían, ese factor lo hacía mantenerse firmemente en la categoría de los raros. Erik lo prefería así. No había nadie en la escuela entera que le agradase, excepto, por ocasiones, Emma Frost. Muy ocasionalmente.

Esperaba en una intersección a unas cuadras de su casa, pensando en lo que podría conseguir de la cocina como snack esa tarde, cuando un convertible rojo se detuvo en una señal junto a él. El golpeteó de la música era tan alto que apenas competía con la fuerte, ruidosa conversación que mantenían las personas dentro. Erik no pudo evitar mirar para juzgar la vista y la música.

Raven Darkholme iba en el asiento del conductor, su cabello rubio brillando bajo el sol y sus lentes oscuros en forma de corazón destellaron cuando ella se giró para mirar a su medio hermano, Charles Xavier, quien iba apretado contra la parte trasera del asiento de ella. Moira MacTaggert iba junto a ella, jugando con su cabello y luciendo aburrida. Alex Summers y Sean Cassidy estaban apretados junto a Charles y eran la fuente de la fuerte conversación; argumentando elaboradamente sobre si la correcta decisión era elegir papas a la francesa rizadas o regulares, ambos recibiendo intermitentes miradas desinteresadas de Moira.

Charles se logró sentar, riendo, cuando encontró miradas con Erik.

"¡Hey, Erik!" dijo, sonriendo estúpidamente y haciendo señas con la mano. "¿Necesitas un aventón?"

"No." Respondió Erik.

"No tenemos espacio para él, Charles." Dijo Raven en un tono de voz de exasperación.

"Podemos intentar hacer espacio," respondió Charles. "Puedes sentarte en mi regazo o yo en el tuyo."

"Jódete," gruñe Erik, sintiendo el color llegando a su rostro.

Charles pareció sorprenderse.

"Eres tan zorra, Charles." Habló Raven.

"No me refería a..." inició Charles, con un ligero sonrojo en sus mejillas también.

La luz cambió y Raven presionó el pedal con fuerza, causando que todos los pasajeros dieran un brinco al avanzar, desapareciendo en una nube de humo, música y voces.

El sonrojo no abandonó a Erik cuando caminó enojado por la calle. Su mal humor creció cuando su traidora mente imaginó con gran detalle el suave, redondo trasero de Charles sentado en su regazo, meciéndose lentamente contra él, moliéndose hacia abajo.

Empujó la puerta de entrada tan fuerte que ésta golpeó contra la pared. Acababa de decidir que se saltaría el snack e iría a su habitación para masturbarse, cuando escuchó voces desde la sala de estar.

Un sentimiento de alarma lo recorrió. Abrazó su mochila para usarla de escudo y/o arma y cuando estaba por avanzar, escuchó la voz de su padre. Llenándolo de alivio.

El alivio pasó casi instantáneamente y la preocupación apareció. Sus padres tenían trabajo de 9 a 5 y nunca llegaban a casa antes que él. Tiró su mochila y se encaminó a la sala.

"¿Papá?" llamó.

Su padre estaba sentado en su flácido sofá, sus hombros estaban encorvados y lucía más derrotado de lo que alguna vez Erik lo hubiese visto. Su madre apareció frente a él, abrazándose a sí misma por los hombros. Sus hombros también estaban curvados en forma de protección.

"¿Mamá?" preguntó con voz pequeña. El pánico llenó su garganta. ¿Uno de ellos estaba enfermo? ¿Su padre había engañado a su madre? No pudo llevar su mente a ninguno de los dos escenarios: ninguno había existido en su mundo antes. Parecían tan probables como ver a una horda de trolls estallar.

Four Nights  //  CherikWhere stories live. Discover now