t r e n t a i t r é s

2.1K 113 18
                                    

Capítulo 33

Llegué a mi casa entre lágrimas, por poco no me caigo subiendo las escaleras. Cerré la puerta y me tiré en el sofá boca abajo.

Me incorporé un poco para poder respirar y calmarme, pero simplemente no podía quitarme sus palabras de mi cabeza. Yo fui a buscarle para hablar, en parte yo quería esto... pero entonces ¿por qué me siento como una mierda?

Había echado a perder años de amistad, una amistad complicada a los ojos de los demás por la diferencia de edad. Sólo eran 4 años pero lo suficiente para que sea un inconveniente. ¿Alguna vez fue una amistad buena? Para mí sí lo fue, yo era feliz siendo su mejor amiga. Todo empeoró cuando mis sentimientos cambiaron y se volvió amor.

En parte me culpo por ello, pero no podía remediarlo. Uno no elige de quién se enamora, lo que conlleva que esa persona no se enamore de ti. Cosa que pasó entre nosotros, él nunca me quiso más que una amistad o una simple y mera atracción física.

Nunca fui nada para él en la edad adulta, cuando ya no eramos unos adolescentes sin las ideas claras. Sólo me quiso para hacer eso, no quiero recordarlo, no quiero hacerme daño. No quiero que él me haga daño, pero es inevitable.

Fue mi mejor amigo, mi apoyo en la adolescencia, el hombro en el que apoyarme cuando estaba hundida... Siempre estuvo ahí para mí. Eso jamás lo podré olvidar aunque quiera, eran tan buenos recuerdos...

Ahora sé que él le pertenece a Pilar, la eligió a ella en su momento y lo volvió a hacer. Ahora me culpo por lo idiota que fui y por lo mal que traté a Dani.
Él me lo advirtió y yo no le quise creer, estaba cegada por el amor.

Aún así, nunca podré ser nada más que amiga de Dani... No lo amo, no puedo simplemente.
Después de Sergio, él ha sido mi mejor amigo y lo sigue siendo. No quiero que nada cambie, ya lo hablamos y me alegro de ello.

Me levanté del sillón secando mis lágrimas con la manga de la sudadera y subí las escaleras hacia mi cuarto.

Me cambié a mi pijama y me tumbe en la cama. Me dormí rápido por el llanto y el dolor de cabeza que este provocaba.

Al día siguente

No quería levantarme de la cama, ¿para qué? Sería un día nefasto. Miré la hora en el reloj que marcaba las 11.09 de la mañana.

Volví a apoyar mi cabeza contra la almohada con la esperanza de seguir durmiendo pero el móvil sonó haciendo que me asustara.
Vi quién era.

— Hola, Ale. — mi voz estaba ronca por lo recién que había despertado.

— ¿Te he despertado? Lo siento. — se disculpó.

— No importa, ¿pasa algo? — pregunté.

— Sólo quería saber si vendrás a la fiesta que ha organizado Cristiano. — habló dejándome algo confundida.

— ¿Fiesta? ¿Qué fiesta? — pregunté incorporándome en la cama.

— Es una fiesta sólo para futbolistas, pero nosotras estamos invitadas. — explicó. — Pensé en llamarte para que nos arreglaremos juntas y todo eso.

— No sé si voy a ir, Ale... — respondí con voz baja, no tenía el ánimo para ir a una fiesta.

— ¿Qué? ¿Por qué? — preguntó triste. — ¿Te pasa algo, Sof?

— Te mentiría si dijese que estoy bien

— Vale, ahora mismo voy a tu casa a hablar — no me dio tiempo ni a contestar porque Ale ya había colgado el teléfono

Tenía por lo menos 30 minutos, así que me cambié a unos shorts vaqueros, una camiseta de adidas y unas air max. Dejé mi pelo suelto y bajé a desayunar mientras esperaba a Ale.

Escuché el timbre y abrí la puerta.

— Hola — saludé sin ánimos

— ¿A quien hay que matar? — saludó con gracia al ver mi cara

Nos sentamos las dos en el sillón.

— ¿Qué ha pasado? — preguntó

— Es Sergio... — bajé mi cabeza

— Ay, no — sabía que era algo muy malo

Le conté la conversación de ayer que tuve con Ramos, según la iba contando todo mis lágrimas salían. Ale cambiaba su expresión con cada frase.

— Es para matarle, yo... yo lo mato — Ale estaba echando humo de la ira

— No, Ale... esto se ha terminado, ya... — suspiré — Ya no hay nada que hacer, él no me quiere, le pertenece a Pilar y... y yo... — sollocé — ... yo solo soy una pequeña aventura, nuestra amistad se ha acabado y nunca más vamos a volver a tener una relación de ninguna clase

— Ay, Sof — me abrazó sin saber qué decir — No llores más por él, por favor, no se merece tus lágrimas, cariño — me secó las lágrimas

— Gracias, Ale — la sonreí, gesto que ella devolvió

— Mira, vamos a hacer una cosa — me sonrió con diversión — Vamos a pedir unas pizzas, vamos a jugar a la play y a divertirnos juntas. Después, vamos a irnos de compras y vamos a comprarnos algo que deje a todos boquiabiertos — me reí — ¿Te parece un buen plan?

— No sé, Ale, no tengo muchos ánimos para ir a una fiesta en la que posiblemente esté él — dije refiriéndome a Sergio

— ¡No vas a dejar de pasarlo bien con tus amigos por un idiota que no sabe valorarte! ¿Queda claro? — me miró con los ojos abiertos y señalándome con el dedo índice

— Vale vale, iré... — sonreí a lo que ella dio un salto y me abrazó

— Ya verás, lo vamos a pasar de miedo — me reí con ella — Venga, enciende la play, mientras yo voy al baño

Ale tenía razón, no podía dejar que lo de Sergio me impidiese pasármelo bien. Esta noche pienso darle en las narices, no voy a dejar que me vea destrozada por su culpa.



Mejores Amigos. Sergio RamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora