Capítulo 12. [Editado]

3K 341 310
                                    

—No lo sé ¿No creen que donarlo a la ciencia suena demasiado cruel? —pregunté, después de un par de minutos analizando la situación. 

   Freda se sentó a un lado mío y pasó un brazo por mis hombros, haciéndome sonreír. Al menos no estaba completamente solo en esto. 

   —Creo que deberías de hablar esto con John —propuso sutilmente. Rápidamente olvidé toda la gratitud que había sentido hacia ella. 

   —¿Con John? ¿Y que debo de decirle? Oh, Johnny ¿Recuerdas que me violaste? Bueno, no sabía que podía embarazarme y ahora vamos a tener un bebé ¡Hay que decirle a Julian! 
 pregunté rodando los ojos, por si es que el sarcasmo extremo no había funcionado para darle a entender que esa no era una opción.

    —Si lo dices de esa forma suena muy tonto —corroboró Johan, rascándose la nuca. 

   —No lo sé, deberías de empezar por hacer las pases con él —volvió a intervenir Freda. 

   —¡Ah, eso es aún mejor! La historia de como terminé casándome con mi violador —ironicé de nuevo—. No, John no debe de enterarse de esto.

    —¡¿Y como pretendes ocultarlo?! —me gritó Freda, poniéndose de pie— ¡El embarazo se va a notar tarde o temprano! 

   —¡Brian ya me ha dado permiso para salir de la banda! Me quedaré aquí en Liverpool y John no se enterará de esto —exclamé, poniéndome de pie, al igual que la chica.  

   —Arg ¡Eres imposible! ¡John también debe de saberlo! —me gritó, intentando hacerme entrar en razón—. ¡Claro! ¡Vamos a decírselo a John! ¡Así podré convertirme en una copia barata de Cynthia, con un hijo no deseado que no recuerda ni quién demonios es su padre!

    —¿Entonces te lo quedarás? —preguntó Johan. 

   —No lo sé —contesté. En ese momento la puerta fue abierta, seguido de las risas de Ringo y George, y algunos gritos de fans, que fueron rápidamente amortiguados con el cerrar de la puerta. 

   —Están locas —le susurró George a Ringo con una sonrisa, al parecer sin notarnos. 

    Carraspee ligeramente para que se dieran cuenta de que estábamos ahí, haciendo que éstos se avergonzaran un poco al vernos.

   —¡Hola!¡No los vimos! —saludó animado George, con una sonrisa.

   —¿Quién es él? —preguntó Ringo, señalando a Johan. No sé como no había pensado en que ambos estarían interesados por su presencia—. ¡Ah... él es un...! —comencé a explicar, en cuanto George soltó un pequeño gritito ahogado. Estaba sujetando los análisis. 

   —¡Freda! ¡Estás embarazada! —gritó George, cubriéndose la boca con las manos y mirando los análisis como si fueran lo más sorprendente que había visto en su vida. 

   —¡¿Y tú eres el papá?! —preguntó Ringo, señalando a Johan, que parecía que quería que la tierra se lo tragara en ese mismo instante, al igual que a mí, francamente. 

   —¡No! ¡El bebé no es mío! —se apresuró a decir Johan—. ¡Yo sólo soy el médico! 

   De inmediato todas las miradas se clavaron en Freda, que estaba completamente roja, no sabía si de vergüenza o de ira. 

   —¿De quién es el bebé, Freda? —preguntó George con curiosidad. 

   La chica me miró completamente asustada, sin saber que decir, intenté suplicarle con la mirada que mintiera, pero pareció pensarlo un poco mejor—. Es de Paul —susurró. 

   George dejó caer los análisis al suelo y Ringo se llevó las manos a la boca. Fulminé a Freda con la mirada, y esta solo se encogió de hombros, articulando un Algún día lo iban a saber

   —¡¿Embarazaste a Freda?! —preguntó Ringo. 

   —¡No, idiota! —se quejó Freda, dándole un gran zape a Ringo—. Yo no estoy embarazada.

   —¿Qué? ¿Entonces quién está embarazada? —preguntó el ojiazul, sobando el lugar donde Freda le había dado el golpe— ¡Pues Paul, idiota!- gritó la chica, exasperada, como si esa fuera la opción más obvia. 

   George y Ringo intercambiaron miradas y se echaron a reír fuertemente. Ambos rieron tanto tiempo que terminaron sujetándose al sillón para no caer, y no pararon hasta que pareció que les dolió el estómago, lo que solo me hizo sentir aún más ridículo. Era claro que nadie en el mundo esperaba que yo tuviera alguna anormalidad. 

   —¡Seguro! ¡Y yo ayer embaracé a Ringo! —se burló George, limpiando unas pequeñas lágrimas que le habían salido, producto de la risa. 

   —Vamos, ya díganos quién es el papá de tu bebé, Freda —insistió de nuevo Ringo.

   —En realidad... están diciendo la verdad —comenzó a explicar Johan tranquilamente, consiguiendo que todos se callaran—. El señor McCartney tiene un raro caso de intersexualidad, y al haber sostenido relaciones sexuales con el señor Lennon, ahora está embarazado —las caras de George y Ringo fueron tan graciosas que no pude evitar soltar una pequeña risa. A ambos parecía que se les caería la mandíbula. 

   —¿Entonces no es broma? —preguntó George, señalandome. 

   —¡Claro que no, idiota! —repliqué. Rápidamente mis amigos se abalanzaron a mi vientre y pegaron la oreja, haciéndome sentir completamente extraño—. ¿Escuchas algo, Geo? —preguntó Ringo, acercándose más a mi vientre. 

    —Creo que sí —contestó George, poniéndose de pie de nuevo—. ¿Entonces tienes un bebé ahí?

    —Al parecer... sí —contesté. 

   —¿Y es de John? —preguntó Ringo.

   —¡¿Pues de quién más?! —contesté sonrojándome ligeramente. 

   George se llevó la mano al cabello y lo alborotó un momento, como si no pudiera procesar tanta información. 

   —Entonces ¿Vas a tener un Beatle bebé? —preguntó Ringo, recuperando la sonrisa. Asentí ligeramente y estos comenzaron a reír un poco más discretamente—. ¡Eso es genial! Bueno, mientras no tenga la nariz de John —se burló Ringo, y de pronto todo el momento de tensión se disolvió, creando una extraña atmósfera de paz. 

   Quizá Ringo y George tenían razón, si lo veíamos con optimismo, tener un bebé no podía ser tan malo. 

The little Beatle. [McLennon] [MPREG]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora