Capítulo 4. [Editado]

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Pareció como si todo quedara en silencio unos segundos y, después, como si una bomba estallara. 

   ―¡¿Qué?! ―gritaron Mal y Brian al unísono. 

    George y Ringo parecían intentar camuflarse con la decoración, mientras que John había parado de sollozar para mirarme fijamente. Éste se puso de pie de nuevo, como si nada de lo que estuviera gritando Eppy importara, y volvió a caminar hacia donde me encontraba. 

    ― Paul... ―susurró, acariciando suavemente mi mejilla―. Suéltame ―le pedí en un susurro, intentando disimular los temblores que me recorrían todo el cuerpo. No quería que supiera que estaba aterrorizado―. ¿Me vas a perdonar?― me preguntó éste, inclinándose hacia adelante para quedar un poco más cerca de mi rostro. 

    Ambos nos miramos a los ojos unos segundos en los que pude ver el arrepentimiento en ellos, pero no podía ceder tan fácilmente. Sería una locura.

    ―¡Les estoy hablando! ―gritó Brian, tomando a John del hombro y alejándolo de mí. 

   No me había dado cuenta de que había dejado de respirar hasta que lo volví a hacer, cuando Brian sentó a John de golpe en el sillón de la suite.

    ―Explíquense ―pidió Brian, cruzándose de brazos, adoptando su posición de padre furioso.

    ―John solo esta teniendo un mal viaje, Brian ―expliqué rápidamente, haciendo reír a John. 

   ―¿De verdad me estas encubriendo, Paulie? ―preguntó entre risas. 

   ―Está delirando, Eppy ―volví a asegurar, intentando hacer sonar mi voz sobre las carcajadas de John, pero lejos de lograrlo, esto solo sirvió para que fuera perfectamente audible el titubeo en mi voz.

    ―¿Ah, sí? Comprobémoslo ―dijo con una sonrisa de superioridad― Camina. 

    Estúpido Judío.  

    Intenté dar unos pasos hacia Eppy sin tambalear o caminar como pingüino, pero evidentemente no resultó, porque de inmediato Brian tomó a John bruscamente de la camisa. 

   ―¿Por qué lo hiciste, Lennon? ―le preguntó a John. Sabía que quería golpearlo, lo podía notar... pero también sabía que Brian nunca sería capaz de hacerlo. 

   ―No tengo idea, cerdo ―contestó John, recuperando su sonrisa burlona. 

   Mal me miró con la misma lástima que Ringo al haberme encontrado en el piso del baño, haciéndome sentir peor. 

   ―Saldré de la banda ―dije de pronto, desviando la vista de Mal, que lo único que hacía era hacerme sentir peor.

    La sonrisa de los labios de John rápidamente fue borrada, y éste me miró como si hubiera dicho la peor atrocidad del mundo. 

   ―¡No puedes hacer eso! ―bramó John.

   ―No quiero estar cerca de ti, Lennon ―repuse, cruzándome de brazos. 

  ―No vas a hacer una estupidez así, Paul. No puedes solo decir que te irás y hacerlo ―me replicó Brian, que centellaba ira de todo su cuerpo. Pocas veces lo vi tan furioso.

   ―¡¿Quieres que me quede con ese estúpido cerca de mi?! ―grité―. ¡Si no me puedo ir yo, se irá él!

    Brian comenzó a masajear sus cienes, claramente pensando en alguna solución.

    ―No puedes hacerlo, Paul. Ninguno de los dos puede ―reafirmó este. 

   ―¡No me quedaré con él! ―grité, alejándome un poco más de John. ¿Por qué mierda Brian no estaba tomando la importancia de este asunto como lo que era?

The little Beatle. [McLennon] [MPREG]Where stories live. Discover now