~22~

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No podía dejar de mirarle como si fuese el milagro que había estado esperando toda mi vida. Jerome me había querido y cuidado mucho más que cualquier otra persona que hubiese conocido. Y en aquel momento, con la mirada perdida en la suya, todo se paró. Era uno de aquellos extraños momentos en los que sabes que todo va a acabar y nada podrá hacer que vuelvas a ser así de feliz. Aunque nada malo pase, aquel sería el momento más feliz de mi vida, pero me temía lo peor.

Y se cumplió.

-¡Por aquí agente!-. Dijo una voz que reconocí como la de Cherry.

Me giré y vi como varios policías pasaban por delante de la puerta, seguramente guiándose por la voz de Cherry para encontrarla.
Nervios invadieron todo mi ser, si encontraban a Jerome lo encerrarían de nuevo en Arkham. Y posiblemente a mí también.
Mi corazón latía a una velocidad incalculable y mis peores temores se volvieron reales cuando un policía traspasó el umbral de la puerta con su arma apuntando directamente hacia mí.

¿Por qué me apuntaba a mí y no a Jerome?

Me giré buscando respuestas y las  encontré, pero no de la manera que yo hubiese preferido.

Jerome no estaba.

No quedaba ni rastro de él, ni de su traje, ni su arma...nada.

Sólo una llave plateada en el suelo. Una diminuta llave del tamaño quizás de un alfiler rodaba por el suelo, como si la hubiese tirado mientras escapaba a toda velocidad, que a mi vista era lo que había hecho.
Me giré de nuevo al guardia, que fijaba su vista en mí y en mis diferentes heridas que me había hecho al caer al suelo.
Sin que se diese cuenta, giré mi brazo y cogí la llave para guardarla en mi bolsillo.

-¡Finn, la encontramos!-. Dijo el policía y vi a Finn correr desde el umbral de la puerta hasta rodearme con sus brazos.

Le apreté contra mi pecho y el suspiró de alivio. Yo también lo hice internamente. De todos los policías que podrían haber venido, él era el más indicado. Le explicaría mi situación (quizás no toda) y él lo entendería perfectamente.

-¿Estás bien?¿No te hicieron nada?-. Dijo, buscando el más mínimo rasguño en mí, pero solo encontró algún que otro moratón pequeño y frunció el ceño.

-No es nada-. Dije bajo su severa mirada.-Fue al caerme.

Él me ayudó a levantarme y mandó a los demás policías traer a Cherry y Selena.

-¿Estás segura de que Jerome no te hizo nada?-. Dijo y me miró directo a los ojos.

No me lo podía creer. Pensaban que todo aquello había sido culpa de Jerome, pero no era así. Él solo me había salvado, y mucho antes de que ellos llegasen. Si no fuese por Jerome sabe Dios donde estaría.

-Él no fue quien me secuestró Finn-. Dije mirándole seriamente a los ojos, pero él no pareció concordar.- Apareció hace unos minutos para ayudarme, nada más.

-Te equivocas Kelsey-. Dijo Finn.

Llegados a aquel punto estaba comenzando a enfadarme. No podía creer que pensasen aquello de Jerome sin haberlo visto con sus propios ojos.
Yo vi como gritaba para que no me llevasen. Yo vi como me trataron durante las horas que estuve allí. Yo le vi morir y revivir en mis brazos.

-No me equivoco Finn, él...-. Intenté decirle que todo aquello que pensaba era mentira, pero fallé al ver su rostro triste y enfurecido.

-Él les dijo dónde vivías y cuándo estabas en casa para ir a por tí.

Yo me quedé con la boca abierta. No podía creerlo. Y tampoco quería.

-Su grupo, los Maniax, amenazaron a Tadeus Finnigan, el hombre que intentó comprarte, y Jerome te usó como cebo para encontrarlo y matarlo-. Finn se cayó después de decir aquello, pero yo seguía sin creerlo.-Lo siento Kelsey, todo fue una mentira.

No podía moverme. Estaba estática. Mis nervios, famosos por salir a la luz cuando Jerome estaba cerca, se congelaron y desaparecieron en un segundo. Al fin y al cabo, solo había sido un juguete, una pieza que mover, un joker en su estúpida partida. No sabía si debía llorar, o debía enfadarme. Sólo sabía que estaba destrozada. A parte de eso, no sabía nada. Todo se borró de mi cabeza y una nota apareció en mi mente.

"Jerome me había agarrado y me sostuvo entre él y Finn. Cuando separó su mano de mí para poder coger algo de su bolsillo tuve una perfecta oportunidad de escapar. Pero no lo hice: dejé mi vida en manos del psicópata."

Estamos tan acostumbrados a la palabra psicópata que ya no la vemos con su verdadero significado. Posiblemente la gente diría que es una persona loca, transtornada, pero hay una diferencia muy grande; un loco es aquel que disfruta de la locura, un psicópata es aquel que disfruta del dolor ajeno. Ahora mismo Jerome debía estar riendo, porque nunca había sentido un dolor tan inmenso.

[...]

Finn me había acompañado a la comisaría y estaban tomando nota del testimonio de Cherry, ya que el mío ya lo había contado. Ambos, Cherry y Finn estaban sentados en una mesa hablando deliberadamente sobre el tema, intentando apuntar todo con detalle, como hice yo.

Cuando vi que terminaron me acerqué a ellos. Finn tenía un brillo especial en sus ojos verdes y era la primera vez que no veía temblar a Cherry. La vi más animada de lo normal y decidí no torturarla con mi dolor.

-¿Y Selena?-. Dije dándome cuenta de que no estaba por ninguna parte.

-No la encontraron-. Dijo Cherry desolada. Seguramente conoció más a Selena que yo en el tiempo que estuvimos allí y se preocupaba más por ella.- Tengo miedo de que le hayan hecho algo.

Finn la rodeó con su brazo consolandola y acariciando sus hombros.

-Tranquila, estamos buscándola-. Dijo Finn mirándola a los ojos.-Dentro de nada volverá con nosotros.

Cherry le dió las gracias y se abrazaron. Luego se despidió y desapareció de la comisaría para pedir un taxi.

Finn me miraba esperando que hiciese el siguiente movimiento.

-¿Qué harás ahora?-. Dijo él, y entendí que no solo se refería a lo que haría en aquel momento, sino lo que haría con mi vida y como estaría después de lo sucedido hoy.

Miré todas las mesas. Todos estaban trabajando duramente sin pensar en sus problemas, solo concentrándose en lo que hacían. Olvidándose de todo.

Y eso haría.

-Trabajar-. Dije seria.

-¿Trabajar?-. Preguntó Finn sorprendido.

-Esto es Gotham-. Dije dejando la manta que me cubría sobre una mesa y sentándome en mi silla en frente a mi mesa.-Y deprimirme por mi vida personal no es una opción que deba tomar. Soy policía, hay gente que necesita mi ayuda.

Después de decir eso Finn me miró sonriendo y de sentó en su silla para seguir con la investigación, al igual que yo. Porque aquel era mi trabajo y aquella era mi vida, no Jerome ni sus locuras.

No le daría al psicópata el lujo de poder controlar mi vida.



He Is Mad | Jerome Valeska | Cameron MonaghanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora