33.

1.3K 94 7
                                    

Capítulo 33.

LAUREN

Suelto la mano de James en cuanto entramos. Siento mi corazón en la garganta y no puedo creer que, después de tanto tiempo sin vernos, yo haya ignorado de lleno a Gavin. Aún siento su mirada de confusión sobre mí y mi acompañante, lo cual no me deja respirar. ¡Maldita sea! Tengo que empezar a controlarme.

—James, tengo que saludarlo.

—¿Por qué te ves tan nerviosa?

—Porque lo estoy —encojo los hombros y él se ríe. Me toma entre sus brazos y besa mi frente con cariño.

—No tienes que avisarme sobre cada movimiento que quieras hacer, ¿de acuerdo? Iré a saludar... Por ahí debe haber alguien conocido.

Le agradezco con un beso rápido en los labios. Siento que presiona mi cintura y después me deja ir.

Camino hacia la entrada con el corazón desbocado, completamente dispuesta a abrazar muy fuertemente a Gavin.

Pero no lo encuentro, ¡ya no está! Hace menos de un minuto que estaba aquí...

Diviso a Halina entre un par de personas, llego hacia ella y, sin previo aviso, tomo su muñeca y la llevo lejos de donde está.

—Me alegra mucho verte —dice ella, sonriendo de oreja a oreja. Un abrazo es suficiente para reconfortarme, pero aún necesito verlo.

—A mí también, Hal. Luces increíble.

—Pero si tú... Qué hombre, Lauren. ¡Y es millonario! Tienes ciertos gustos, ¿a que sí? —Hal levanta las cejas muy divertidamente y dejo escapar una risa.

—¿Viste a dónde rayos se fue? Desapareció como un fantasma.

—Sí... Lo vi dirigiéndose a la calle, iba muy decidido —se me queda viendo durante unos segundos y gira la cabeza con curiosidad—. ¿Y tu antifaz?

—Halina, ¿es en serio? —Por un momento me da la sensación de que a ella no le importa mucho que nos reencontremos—. ¿Sabes qué? Iré a buscarlo, gracias por tu información.

Dejo a Halina con las palabras en la boca y me aventuro a correr entre todos los fotógrafos que aún se encuentran recibiendo a los invitados. Siento que las cámaras se posan sobre mí, ansiosas por conseguir alguna nota, pero no me detengo.
Cuando me doy cuenta, he llegado al final de la calle. Está todo desierto, a pesar que a un par de metros está el evento Bogasch.

Tengo que llamarle.

—¿Dónde estás? —Le pregunto cuándo ha descolgado la llamada—. Gavin.

—Lejos.

—¿Qué?

—¿Dónde estás tú?

—Afuera, buscándote. Dime en dónde te metiste, por favor.

Escucho que suspira con pesadez, aunque sigo sin entenderlo. No debería estar enojado conmigo, y menos debió esconderse de este modo tan infantil.

Outlaw.Where stories live. Discover now