"Plazoleta Uchiha"

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Desperté luego de una pesadilla, con la respiración agitada y sudor en el cuerpo, mire el reloj de pared que marca las 11 am.

Tome un cambio de ropa y me dirigí al baño, bajo el agua helada de la ducha cerré los ojos tratando de borrar esa imagen de mi mente, en estos momento odiaba mi memoria fotográfica, desde aquel otoño no pude mas qué solo odiarla. Lo recuerdo perfectamente, me desperté al igual que hoy, con una pesadilla, me duche y baje a desayunar, mis padres no estaban en la mansión desde hace una semana, se habían ido a un viaje de negocios. Recuerdo que Nyu, la cocinera de la familia me había hecho mi desayuno favorito y me hablaba de cosas sin importancia o al menos para mi; El timbre retumbó por toda la mansión, el chofer ya estaba listo para llevarme a la escuela, me despedí de Nyu sin omitir palabra y me adentre al automóvil.

Aún recuerdo esa sensación extraña que sentía en el cuerpo, en las calles no había un alma, Luck me miro desde el rabillo del retrovisor y paro el auto en un semáforo, acercó su arma que estaba escondida debajo de su asiento y se la colocó en la pierna derecha, el semáforo dio la luz de pasó y seguimos unas calles más.

Mientras mas avanzábamos, las calles se veían mas vacías, raro para ser una zona excéntrica. Llegamos a la escuela, cruzamos el portón qué se encontraba abierto, raro para ser una escuela con máxima seguridad. La gran puerta de entrada estaba cerrada con una madera, fue un error ¿Por que no dimos la vuelta y volvimos a la mansión?

Ahí me encontraba en la oscura noche de Konoha, frente a mi un niño de apenas 6 años, detrás de mi dos niños de la misma edad cerrando sus ojos con fuerza como si la escena frente a ellos fuera una pesadilla que al abrir los ojos se desvanecería pero no era así, lo sabia mas que nadie, era yo quien portaba el arma que acaba de emitir un sonoro sonido frente a un cuerpo ya sin vida, mis ropas ensangrentada y desarreglada, mi respiración agitada, mi pulso temblando, mis ojos cristalinos, había pecado, desde esa mañana me convertí en una asesina.

-Señorita Sarada- Llamaron desde la puerta de la habitación, abrí mis ojos y cerré la ducha, me vestí y salí del baño mirando el reloj de pared, 11 am. El maldito reloj no andaba.

-Lamento molestarla señorita- se disculpó Nyu al abrir la puerta- Pero su madre quería saber si bajaría a desayunar.

Sin mirarla a los ojos salí de la habitación, no podía mirarla a los ojos desde aquel otoño de porquería. En la mesa se encontraba mis padres y mis hermanos, los gemelos Uchiha de apenas 6 años. Me senté sin omitir palabra, escuchó a mi madre quejarse y a mi padre diciéndole que me deje. Desde aquel otoño de mi boca no ah salido ni un sonido, no quería hablar, no podía.

-Onee-San-Me llamo Daisuke ofreciéndome tomates con un sonrisa que me hizo recordar al tío Sai, negué con la cabeza, odiaba los tomates.

-Yo también tuve pesadillas onee-san- susurro Sanosuke, el mayor de los gemelos. Bajo mi vista, moviendo el desayuno con el tenedor, aún sin probar ni un bocado.

-Sarada-Chan-Mi madre, tan reluciente- Debes comer- seria, como toda gran doctora.

Tome con el tenedor un pedazo de lechuga pero antes de que llegue a mi boca, la puerta del comedor se abrió fuertemente, un muchacho de ojos miel se encontraba agitado frente a nosotros, me miro y se sonrojo. Mi padre "tosió" llamando la atención del joven.

-Sobrevivientes- fue lo único que dijo, el sonido chillante de la silla corriéndose fue lo único que se escucho, mi padre, el gran Sasuke Uchiha se encontraba parado acomodándose la corbata que tenia puesta, siempre tan elegante y serio.

-Daisuke busca a tu tío Itachi, lo quiero en 5 minutos o nos iremos sin el- Daisuke asintió y salio corriendo en busca del mencionado.

-Informe- pidió mi padre acercándose al joven que bebía un vaso de agua que le ofreció mi madre.
Con Sanosuke decidimos ignorarlos y seguimos comiendo, nerviosos.

-Dos individuos y un perro- dijo llamando la atención de Sanosuke, ama a los perros- Un hombre y una mujer, adolescente ambos, la chica va vestida con el uniforme de la escuela del centro de Konoha, van en un auto gris -Finalizo.

La escuela de konoha...

-¿Donde?- pregunto mi madre, su voz...

El joven me observó de reojo y con una voz nerviosa dijo.
-El puente tesoro.

Cerré los ojos y suspire, Sanosuke me miro preocupado, mi madre miro con miedo y suplica a mi padre.

-Sarada- Me llamo con su voz potente- Saliste sin nuestro consentimiento - El lo sabia, no fue una pregunta, el lo sabia, alguien se lo habrá dicho, nadie se acercaba a ese puente. Mucho menos se tomaría la libertad de poner un anuncio en la mitad del puente.

Nadie excepto yo, lo necesitaba, necesitaba ver y sentir la realidad.

Mi padre me miro con enojo y mi tío Itachi solo me sonrió, al entrar al comedor había escuchado todo.

De un momento a otro me encontraba en una camioneta oscura, tenia puesto mis botas negras hasta las rodillas y unas medias red, una pollera color azul, una camisa blanca con un chaleco antibalas negro y en el brazo izquierdo un brazalete de capitán cerca del hombro con el logo Uchiha.

Tenía un morral con balas, en mi cintura relucía una pistola AR-24, un bolsito en mi muslo derecho que portaba shurikens y mi katana con mango rojo. Acomode mis lentes con marco rojo mientras veía a mi madre y a mi abuela discutir, sabía el porque pero mi abuela debía comprender que esto ya no es Konoha.

#Continuara.

Konoha Apocalipsis [Temp #1]Where stories live. Discover now