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Cuando despierto, porque sí, me hube desmayado después de haber visto aquel imponente hombre y luego oírlo decir una barbaridad como la que había dicho, estoy en una habitación completamente a oscuras y parece que ya es totalmente de noche.

-Creí que despertarías hasta mañana -aunque ya me comienzo a acostumbrar a que aparezca alguien en mi habitación, no puedo controlar el susto que me provoca volver a oír su voz grave, dando un ligero brinco sobre el firme colchón, y llevándome la mano al pecho instintivamente.

Trago saliva, y me giro a verlo lentamente, con la respiración agitada y el corazón en los oídos. Tiene una sonrisa perfectamente blanca que se percibe aún en las penumbras, aunque lo macabro que se ve le quita por completo lo apuesto.

Su sonrisa se ensancha aún más cuando logra captar toda mi atención; seguramente provoca escalofríos a donde sea que vaya.

-Te dije que esperaras afuera -habla, Jared, entrando con una bandeja en una mano e iluminando la habitación, haciendo que una fuerte punzada ataque a mi cráneo.

-Ya veo porqué te interesa tanto... Eres muy bella mientras duermes -sus verdes e intensos ojos se concentran en todo mi cuerpo.

Me estremezco completamente cuando siento que sólo estoy cubierta por el edredón, ¡no llevo siquiera ropa interior puesta! Santo cielo, esta es la segunda vez que me sucede y no recuerdo haberme despojado de ella, ¿qué sucede conmigo?

Jared emite un gruñido, con irritación, y con la mirada le ordena al otro hombre que salga de la habitación.

-Está bien, te espero afuera -alza las manos al aire, dándose por vencido y dejándome sola con Jared.

-Gracias -suelta con fastidio y fingido agradecimiento. -¿Cómo te sientes? -se acerca hasta la cama y deja la bandeja sobre su mueble oscuro que está a un lado.

Se sienta a lado mío, haciendo que el colchón se hunda con su peso.

-Confundida, aterrada, desnuda... -comienzo a enumerar. Pero me quedo callada y rígida en cuanto él suelta un suspiro de relajación y me abraza sorpresivamente.

-Eso quiere decir que no te duele... -afirma sobre mi nuca. Su respiración contra mi piel desnuda extrañamente me produce tranquilidad.

Me aparto brusca de él, no debería sentirme bien a su lado cuando él no ha tenido aún la decencia de decirme todo lo que me está sucediendo últimamente. Así que me enojo, mientras lo veo con un fingido desprecio que evidentemente no siento, y eso hace que mi enojo se vuelva hacia mí.

Parece que le duele, lo primero que veo es una mirada dolida por parte suyo, aunque no puedo asegurar nada, esa emoción en sus ojos desaparece tan rápido como vino, dejándome con duda de si realmente existió.

- ¿Dónde está mi ropa? -quiero salir de aquí cuanto antes.

Si Jared no quiere decirme nada, bien, ya no pienso volver a insistir. Además, después de lo que oí, de esas extrañas miradas que se lanzaban el uno al otro, aquella especie de secta en aquel horrible lugar, toda esa gente que parece anormal; todo esto me ha superado.

-Eso... Digamos que sufrió un inconveniente.

- ¿Qué? -me la enseña, sacándola de una bolsa plástica que hasta ahora me doy cuenta que se encuentra en la habitación.

-No fui muy cuidadoso al quitártela... -musita con la vista en el suelo, y yo no sé si estoy más enojada con él por haber hecho añicos mi ropa o por confesarme que ha sido él quien me la quitó.

- ¡¿Cómo pudiste ser capaz de semejante atrevimiento?! -le recrimino, sintiéndome avergonzada. - ¡Dame algo de ropa, me voy de aquí! -grito con la histeria recorriendo cada centímetro de mi cuerpo, sin darle oportunidad de responder a mi pregunta.

Standcrows: El Nerd Vampiro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora