Standcrows: El Nerd Vampiro ©

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Marcus me ha invitado a salir al cine, y como se supone que es mi novio, no puedo negarme. Y claro, también lo hago para llevarle la contraria a mis amigas, porque quiero demostrarles que se equivocan al juzgar a Marcus.

Así que hoy, viernes por la noche, me encuentro poniéndome linda para él. Creo que nunca me había empeñado tanto en verme bien para nadie, por lo que estoy invirtiendo bastante tiempo.

¿Que si no le haré caso a las advertencias de Jared? Desde luego que no, absolutamente no. Le pedí una razón, una sola y sencilla que justificara que me alejara de la relación sentimental más larga y seria que he tenido, y, como no supo dármela o no quiso hacerlo más bien, porque según él 'no le está permitido, aquí estoy arreglando mi cabello en unas ligeras ondas y con mis uñas cubiertas de barniz más que dispuesta a salir con Marcus.

Sophía y Perla casi se desmayan cuando supieron que saldré con Marcus, porque ellas siguen creyendo que él es un imbécil y que no merece que le dé otra oportunidad. Por supuesto que no les comenté acerca de lo que Jared me dijo a la hora de salida, tuve que inventar cualquier otra cosa sobre su repentina aparición, es más que evidente que tomarán la advertencia del de ojos grises como otra razón para hacerme ver que Marcus no es un buen chico. No pienso darles el gusto.

Sí, soy terca cuando me lo propongo, pero no me gusta que hablen mal de la persona que siempre ha estado ahí para mí cuando lo necesito, o por lo menos lo más que le es posible. Conozco a mi novio incluso antes de conocer a mis mejores amigas, y es por ello que no puedo darle la espalda así de buenas a primeras. Porque alguien que te ha acompañado desde mucho tiempo atrás en tus peores momentos siempre se merecerá otra oportunidad.

Mi teléfono vibra en uno de los compartimentos del bolso que llevo a la escuela de manera alarmante. Dejo las tenazas por un momento para poder cogerlo, porque el cable es demasiado corto como para llevarlo hasta el perchero donde se encuentra el móvil. Es una llamada, presiono el icono de teléfono sin ver el remitente.

- ¿Qué estás haciendo? -mis oídos se ven inundados por una grave y seductora voz, que a la vez se percibe con un toque de hostilidad. Ahora que me doy cuenta, Jared tiene un acento entre el francés y el alemán.

-Qué te importa. ¿Cómo has conseguido mi número? -suelto mordaz. Aún sigo enfadada por lo del día anterior.

-Ése no es asunto tuyo -continúa con su pesado tono de reproche. ¿A éste qué le pasa?

-Entonces, sino tienes nada interesante que decirme, adiós.

-Espera, espera -se apresura a decir antes de que cuelgue.

- ¿Qué quieres? -resoplo con exasperación.

- ¿Te estás arreglando para salir con él, verdad? - ¿acaso está celoso? ¿A él que le importa si salgo o no con Marcus? Esperen, ¿cómo rayos sabe que estoy alistándome para salir?

Me asomo con sigilo por la ventana, pero no veo absolutamente nada por más esfuerzo que haga para expandir mi campo de visión, el intenso follaje verde y la negrura de la noche me impiden ver con claridad. Frunzo el ceño, angustiada. Puede que Jared me esté vigilando como un sicópata en algún punto del bosque y yo no puedo saber dónde se encuentra. Menos mal no me he quitado la bata de baño porque o sino...

- ¿Cómo sabes eso, me estás espiando? -indago, enojada por sentir que invade mi privacidad.

- ¡¿Entonces es cierto?! -me tengo que alejar el auricular de la oreja porque grita entre enojado y sorprendido.

-Te pregunté que cómo lo sabes -digo, apretando los dientes con intensidad.

Este asunto definitivamente está colmando mi paciencia. ¿Quién se cree que es Jared de repente? Si apenas hace unos días él pasaba totalmente de mí, y ahora quiere decirme con quién debo salir y con quién no. Está totalmente desequilibrado. -Responde.

-Percibo el ruido que hacen las tenazas y la secadora... -responde con aburrimiento.

-Eso no quiere decir que vaya a...

-No creo que te arregles el cabello para ir a dormir, ¿o sí? -se jacta y yo fulmino al celular.

-Qué buen oído -señalo.

-Y no tienes idea qué otras cosas también... -comenta con tono egocéntrico y seductor. No sé porqué pero trago saliva ante su comentario, y siento que mis mejillas se han puesto coloradas.

-N-no me interesa saber eso -tartamudeo. Qué imbécil me siento por ponerme así de nerviosa por un simple comentario.

-No seas mal pensada, me refería al olfato -se ríe al otro lado de la línea. Su risa es tan varonil. No puedo evitar sonreír como retrasada y morderme el labio.

-Sí, ya lo sabía.

-Ajá, sí claro.

-Yo tengo que...

-No. Definitivamente no saldrás con él -regresa otra vez esa voz exasperada.

-No me importa lo que digas, saldré con él -lo reto.

- ¿Acaso estás desafiándome? Porque percibo eso como un desafío, y amo los desafíos, preciosa -lucho por ignorar el seudónimo.

-Me importa poco lo que percibas o no. Saldré con MI novio te guste o no te guste.

-Ya lo veremos -y cuelga.