La calma antes de la tempestad

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  A partir de ese día, se extendió el rumor de que Rosalind Benson, la chica más guapa, lista, rica y poderosa de 7º estaba saliendo con Severus Snape, un completo perdedor, cobarde y enclenque, que para colmo, tanía la nariz más grande que sus propios pies.
Los rumores, por supuesto, rodearon a los interesados, pero les afectó de distinta manera.

Severus era el motivo de la burla y la envidia de sus compañeros, a partes iguales.
Por un lado, Rose era en verdad una chica hermosa, con carisma, y muchos querrían estar en el lugar que ocupaba Severus todas las tardes, pero por otro, Rose era también una Gryffindor, y eso la convertía en la mayor basura que un Slytherin podría llegar a imaginar.
Severus intentó refugiarse de los comentarios mordaces con Lucius y compañía, pero no fue una buena idea.

-No me puedo creer que te hables siquiera con ella -le dijo Lucius con su habitual desdén, arrastrando las palabras-. Comprendo que te atraiga, al fin y al cabo es una chica atractiva -dijo bajando la voz para que Narcisa no lo oyera- y además te ha salvado el pellejo. Por ese puñetazo que le dio a Black yo le pondría un altar. Pero no debes olvidar que es una Gryffindor, Severus -dijo con su tono de voz normal-. Una Gryffindor sangre sucia, además. Podría ponerte en peligro, y lo sabes. Tu reputación no está para resentirse por una mujer así.

-Creo que voy a dar una vuelta -murmuró Severus, controlándose para no lanzarse sobre Lucius. Sin embargo, no pudo evitar oír las palabras del rubio antes de salir de la sala común.

-Hazme caso, amigo mío. Diviértete con ella si es lo que quieres, pero no lo prolongues más. Una sangre sucia no merece la pena.

Severus cerró de un portazo sintiendo que su sangre hervía de furia. ¿Quiénes se creían ellos para hablar así de Rose? Ellos, que jamás se habían preocupado por él más que para cuando necesitaban ayuda con los deberes o con los trabajos de pociones. ¿Dónde estaban cada vez que Sirius y James se metían con él, cada vez que le humillaban? ¿Dónde estaban cuando necesitaba hablar, desahogarse de lo que pensaba? ¿Dónde, cuando él había estado a punto de morir en el lago?
Sólo Rose había estado allí, junto a él, escuchándole todo el tiempo, sin pedir nada a cambio más que un poco de comprensión por sus miedos. Sólo ella le comprendía y le conocía. Era su única amiga, Rose, la que le había dejado el ojo morado a Sirius Black, no ellos, los que se hacían llamar sangre pura.
Comparada con ellos, Rose era una diosa que sobresalía como una torre por encima de la basura. Y ellos, ellos ¿Cómo se atrevían a insultarla?


Rose, por su parte, también tenía que soportar comentarios de todo tipo. Sus compañeras, que siempre la habían envidiado por su cuerpo, sus notas y su amistad con los Merodeadores, ahora veían la oportunidad ideal para vengarse de ella y humillarla.

-¿Qué te pasa, Benson, no encuentras a nadie mejor?

-¿Es que Sirius no es lo suficiente bueno para ti?

-Menuda mosquita muerta, va lamiéndoles el culo a los profesores y luego se junta con un Slytherin.


Rose hizo alarde de fuerza de voluntad y se sentó en un sillón de la sala común, junto a Lily, sin lanzar ni una sola maldición, a pesar de que las repetía en su mente a toda velocidad.

-Parece que soy el centro de atención ¿no crees? -preguntó con su ironía habitual.

-Es la envidia, que les corroe -dijo Lily, terminando de escribir un trabajo sobre runas antiguas-.Aunque la verdad es que fue memorable el puñetazo que le diste a Sirius, y las circunstancias en las que se lo diste.

-¡Pero si no lo viste! Estabas ocupada gritándole a James.

-Ya lo sé, pero es que Sirius aún tiene la marca -contestó Lily, firmando el trabajo. Entonces la miró muy seria-. Deberías tener cuidado, no se cómo se tomarán los Slytherin que estés saliendo con Severus, ya sabes cómo defienden la pureza de sangre y todo eso.

After all this time? [Severus Snape]Where stories live. Discover now