Hinata que la escuchaba atenta mientras se ponía la ropa volteó a mirarla.

-Eh, Hanabi, ¿tú... -tragó saliva y avergonzada miró hacia el piso. Sí, después de que regresar a casa hace dos días Hinata le rogó a su padre para volver a enfrentarse a Hanabi y mostrar todo su poder; más lo hizo por complacer a su padre y porque la culpa le quitaba el sueño. Claro no se arrepentía de haber conocido a los Akatsuki, pero si de haber hecho lo que hizo. -¿Tú no habrás querido... ser la cabecilla? -preguntó en voz baja.

Hanabi le sonrió poniéndose en pie -No te preocupes one-sama, estoy bien así -se acercó a la puerta y cogió la perilla para dejar sola a su hermana -más bien... sabes sí... Naruto-san y Sasuke-san ¿necesitan un miembro más? -miró a Hinata que estaba secándose el cabello, se sonrojó -Es que necesito un equipo de tres para postular...

-Bueno... -alargó Hinata -Sakura-san ya es jounin así que creo que sí necesitaran una persona más -le sonrió a Hanabi abiertamente -Creo que ya tienes un equipo, sólo déjame hablar con Naruto -se sonrojó al pronunciar su nombre -esta noche lo veré en el monte Hokage... -susurró lo último y su hermana fue incapaz de escucharla con tanta emoción que le causo su ayuda.

-¿Ehhh? ¿De veras? ¡Arigato one-sama! -le agradeció Hanabi antes de salir del cuarto.

Hinata rió negando con la cabeza para luego mirarse en el espejo -Espero Nagato que no hagas nada durante el examen... -le susurró a su reflejo mientras fruncía el ceño -No sé lo que te haría si le hicieras algo a Hanabi.

***

Sakura se tiró boca abajo sobre la cama de Sasuke y apretó el pergamino que tenía en la mano, maldijo en voz alta mientras Sasuke suspiró y siguió leyendo.

Hacía tres días que se pasaba todo el día metida en el departamento de Sasuke, no es por nada pero prefería, junto a él, estar metido leyendo y buscando entre viejos pergaminos sobre aquella marca que tenía en el pecho y sobre el jutsu que le puso esa "bruja" que conoció en Kumogakure... claro después de haber pasado la vergüenza de que Sasuke la mirara y peor aún, que haya sido en vano pues él nunca había visto la marca. Fue a pedir ayuda a las chicas pero cada una estaba en lo suyo.

Sonrió para sí mientras se volteaba y miraba el cielo raso, tan blanco, cerró los ojos recordando que después de todo estos días no habían sido tan malos, sí; Sasuke podría ser la persona más callada del mundo shinobi; al menos con ella. Pero eso no quitaba el hecho de que a la Sakura que tenía adentro, a la que aún se moría por él, no dejara de chillar emocionada por poder pasar tiempo con su primer azabache favorito.

Se puso de pie y se fijó en la hora, frunció el ceño ¿tan rápido y ya eran las ocho?, suspiró acercándose a la cocina por algo de comer mientras Sasuke seguía sus pasos con la mirada hasta desaparecer por completo.

Sasuke ya sólo, se puso de pie dejando los pergaminos que estaba leyendo en el piso. Se sentó en la cama y hizo lo peor del mundo... ponerse a pensar.

A su mente aún venía la conversación que tuvo con Sai después de su cita con Ino, "estaba nerviosa" le dijo "no dejaba de evadir mis preguntas", sintió como Sakura regresaba a la habitación y se volteó hacia la pared mientras se desamarraba la cuerda de su cintura; "¿qué más paso?" preguntó él "se despidió de mí con un beso en los labios... creo que fue para distraerme y vaya que lo hizo, no pude preguntarle más" "¿te distrajo tan rápido?" "Soy un hombre Sasuke y aunque no tenga mis sentimientos claros... ¡tengo hormonas!" "bueno... ¿y qué tal fue?" "¿el beso?" "¡No idiota! La cita" "Ahh... bien, sólo que ahora estoy más confiado en el hecho de que de verdad las chicas esconden algo... y puede que sea con Akatsuki" "Te lo dije" "No jodas Sasuke, no te vayas a comportar como una madre ahora".

Secretos y Mentiras © //Long-fic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora