Capítulo 31 (Maratón 3/3)

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En ese momento Georgiana no prestó atención a la reacción de Mary, el apellido de aquel irlandés se le había olvidado de repente, lo que la frustró, ella sabía su apellido pero no lo podía decir, odiaba aquella situación.

- Si sé su apellido, es extraño, no lo recuerdo en estos momentos.
- Trata de recordarlo.
- No puedo, era... Ma... MaC.... Algo así.
- Lady Rumsfeld. - Interrumpió Susan.
- ¿Qué pasa Susan?
- Aly quiere dormir más.
- Dile que ya nos vamos.

Se retiró Susan para ir por Alyson que se había quedado dormida bajo uno de los árboles.

- Bueno Georgiana, no olvides lo que te dije y por favor, trata de recordar el apellido de ese sujeto.
- Seguiré sus consejos y si, trataré.
- Adiós querida, cuidate, cuidense ambos...
- Si, igual ustedes.

Ambas caminaron al carruaje, al darse cuenta que se habían despedido desde antes, se rieron.

Subieron al carruje y este empezó su marcha al hotel "Mon Rocher".

- Bueno, ya te dije todo. - Dijo Lady Rumsfeld cuando ya habían llegado.
- Así es, cuidense.
- Adiós, igual ustedes.

Después de eso, el carruaje retomó su marcha a Jardin Verdoyant.

Cuando llegaron, Georgiana vio el carruaje de los Chapfleury estacionado, lo que la hizo rodar los ojos.

Bajó con la ayuda de uno de los de servicio para intentar correr a su habitación sin ser vista por su tía, pues debía de pasar por el salón que las puertas siempre estaban abiertas, lo que hacía peor la situación.

Antes de pasar frente a el, tomó aire y agarró su vestido para disponerse a correr pero una voz con acento francés la detuvo.

- No es necesario correr, milady. - Paró en seco volteando, era Jean que estaba detrás de ella con una copa. - No lo es.
- Yo si lo creo. - Respondió sin tartamudear.
- Oh mi amor, no sabes cuanto te extrañé. - Se acercó peligrosamente. - todo este tiempo que estuviste fuera, sufrí por ti, enserio no sabes cuanto lamenté no haberte propuesto matrimonio.
- Aléjese de mi. - Retrocedió unos pasos.
- No sabes cuanto lamenté no haberte besado. - La ignoró y siguió avanzando hacia ella.
- Ahora estoy casada, así que guarde sus comentarios.
- No veo a nadie que te reclame. - Dijo, lo que ofendió a Georgiana quien le dio un pisotón cuando lo tuvo muy cerca. - ¡Ah! ¡demonios!

Exclamó agarrándose su pie, ella había puesto todas sus fuerzas en ese pisotón, Asia uebse dispuso a salir de allí, vio a su tía Meredith que la veía enojada desde un rincón del pasillo.

Agarró su vestido y salió rápidamente de allí, subió las escaleras donde vio bajar de estas a Elizabeth Pierre. "Ahora no, por favor."

- Georgie, me alegra verte.
- Quisiera decir lo mismo.
- Que grosera eres con tu madre. - Enseñó su anillo de compromiso con una sonrisa burlona.
- Usted jamás será mi madre, ni nada mío. - Soltó lentamente ignorándola y siguió subiendo las escaleras.

Llegó a la habitación que le fue asignada, no sabía si podría resistir allí, empezaba a arrepentirse de haber ido, todo se ponía cada vez más duro, su tía Claire ya le había advertido que saliera de allí, empezaba a tomar muy enser aquella advertencia.

Se sentó en su sillón, después escuchó la puerta abrirse, sin poder evitarlo se asustó y volteó hacía la puerta con su pluma en mano, después de lo que había vivido pensaba que debía de traerla.

- Tranquila Georgie, soy yo. - Se relajó al ver a su tía Claire.
- Lo siento.
- No te preocupes, debí de haber tocado antes.
- Si...
- Vi lo que pasó con el Sr. Chapfleury.
- Fue horrible.
- También con Elizabeth Pierre.
- También fue desagradable.
- Debes de irte de Francia.
- Me quiero ir. - Soltó lamentándose. - Jamás debí de haber venido, creo que es peor.
- Creo... Quiero hablar contigo mañana, pero debemos de ir lejos de aquí, así nadie nos escuchara.
- Está bien...
- Quisiera que Lady Rumsfeld esté presente.
- Entonces iremos a Mon Rocher.
- ¿Allí se hospeda?
- Si.
- Bueno, iremos allí.
- ¿Dónde está el tío James? No lo he visto. - Dijo cambiando de tema.
- Oh él, está con tu tío George, salen muy temprano y llegan hasta tarde, así son las reuniones aquí en Francia.
- Que extrañas.
- Ayúdame a levantarme. - Extendió su mano.
- Vamos pues. - La ayudó, ya que con esos mesen encima ya no podía hacer algunas cosas.
- Me iré, si quieres les digo que te sientes idispuesta para comer con nosotros, que Juliet te traiga tu comida.
- Oh por favor.
- Estate con cuidado por aquí.
- Si, gracias.
- Nos vemos.

Salió dejándola sola, con sus pensamientos.

Se acostó en su cama, pensando en todo lo que Lady Rumsfeld le había dicho, y lo que Lady Armstrong-Jones le había dicho, todo era confuso, debía de organizar sus pensamientos para no confundirse más de lo que ya estaba. Recordó lo que le dijo Mary, que le dijera el apellido de Angwyn, ella lo sabía pero en ese momento no lo recordaba, ahora si, él es Angwyn McLoughlin. No sabía porqué le había preguntado, ya le diría el día de mañana el apellido. Le vino a la cabeza cuando Jean se le acercó, ella sospechaba que él quería algo más con ella, y se confirmó con lo de aquella tarde, definitivamente debía de irse más que nada de Jardin Verdoyant, pero los Chapfleury eran muy queridos allí en Francia, así que debía de irse de Francia, no quería problemas.

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