"Ya"

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Cruel jornada de noche serena, se tiñen de insomnio mis ojos, en mi alma sólo hay pena.

—¿Cómo te fue hijo?.

Guardé silencio.

Ella entendió, se acercó y me abrazó.

Lo necesitaba.

Anhelaba tanto un abrazo que me quebré al instante.

Mis hombros saltaban en destellos asmáticos y sollozantes, mientras mi madre me rodeaba con sus brazos como cuando era niño.

Como cuando era feliz.

Si, yo era feliz.

SAM II©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora