CAPÍTULO IV: Recuerdos

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                   Sentada en su cama abrazando a sus rodillas hundía su rostro. Todo los recuerdos que había tratado todo estos años se enterrarlos en los más hondo de su corazón, flotaban como si nada hubiese cambiado. Se odiaba a si misma por ser tan débil ante él, verlo sonreír de esa forma con esa mirada tan especial… era como caer a un pozo sin fondo, se indignaba con si misma al no ser capaz de arrancarlo de su corazón; se había prometido que no sentiría el más mínimo sentimiento pero se había equivocado, aún tenía la rabia en su corazón, todavía tenía aquel resentimiento hacia ese individuo que en aquel tiempo fue la persona que más amó, pero desgraciadamente el sentimiento no fue mutuo como pensaba. Secando sus lágrimas intenta desahogar su indignación con su guitarra, la única que no fue capaz de separarse a pesar de que con él aprendió a tocar ese valioso instrumento pero al intentar entonar alguna tonada, su mirada se perdía en la pequeña vista de la ciudad que tenía desde su ventana; los benditos recuerdos seguían bailando en su cabeza y su mirada aún la tenía pegada en su mente junto a la sonrisa de Jong Hyun, - ¿Por qué te tuve que volver a ver? ¿Por qué simplemente no me ignoraste? – se lamentaba al ver que sus esfuerzos de tenerlo lejos de su vida habían sido frustrados. Intentando distraerse toma su celular, revisa los mensajes que no había prestado atención hace un momento, alterándola por completo el chillido de éste al recibir un llamado contestando de casualidad.

 -          Hasta que te dignas en responder, ¿Qué haces? – preguntaba al otro lado Yong Hwa.

 -          ¿Para eso me llamas? – arqueaba una ceja Maichiru.

 -          ¡No cuelgues! – anticipándose a los pensamientos de su compañera - ¿Estás ocupada hoy? Me gustaría que saliéramos por ahí, si no te molesta – decía con una sonrisa tímida en su rostro.

 -          ¿Salir? ¿Un artista y yo?, estás loco, no tengo tiempo para esas cosas. Además que no quiero que tus fans se vuelvan locas y anden gritando porque simplemente respiras – añadía fastidiada.

 -          Entonces iré a tu casa, ¡adiós! – colgando el celular.

 -          ¡Espera! – mirando su celular - ¿Pero qué bicho le picó a este? – pensaba alborotando su cabellera y lazando su celular.

  

No se había dado cuenta lo rápido que había pasado el día, sola en su casa por un viaje improvisado de sus padres, sacaba un vaso de leche del refrigerador. No entendía la idea descabellada de su compañero de venir a su casa, justo en el momento que quería estar más sola tenía que aparecer, pero aunque no lo quisiera reconocer tal vez era el momento oportuno para sentir el apoyo de un amigo.

Acomodándose con su can en el living del la casa, comienza a hacer zapping en la televisión. Los programas de espectáculos estaban llenos de avisos sobre CNBlue, pero como lo tenía en silencio, no prestaba atención al comentilleo que obviamente se basaba en falsas fuentes como era lo normal con los artistas. Resonando el timbre de la casa, se levanta desganada arrastrando sus pies hasta la puerta de la casa.

-          Tan tarde llegas, ya me hacía rara tu actitud – bufaba Mai ante la gran sonrisa de Yong Hwa.

-          ¿Ya te enteraste? – entraba a  oscuras a la casa el joven.

 -          No, pero algo comentan en la televisión y la verdad es que poco me importa – decía cerrando la puerta.

  

Yong Hwa la queda observando por unos segundos, sentada al lado suyo con una sudadera a rayas y un pantalón suelto, con su pelo alborotado en una media cola y los infaltables lentes de marco grueso negro que escondían los ojos cansados por llorar casi toda la tarde. Era el aspecto de una mujer muy despreocupada al lado de un hombre que tenía que estar constantemente preocupado del suyo.

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