CAPÍTULO LI: Stay

254 25 2
                                    

                Maichiru caminaba de un lado a otro en la sala de esperas del hospital, no recordaba a ciencia cierta cómo había llegado al lugar clínico, solo lagunas donde acompañaba a su padre en la camilla junto a los enfermeros hasta que no pudo acompañarlo más, y ahora esperaba con ansiedad alguna respuesta de los médicos. Se acercaba a la recepción de emergencias, pero no había noticias de su padre, la angustia la estaba matando y el tiempo parecía detenerse una hora en cada segundo que transcurría –Dios... por favor...— no podía ni siquiera terminar la oración, el solo pensar en algo peor le hacía vacilar en lo que estaba pidiendo. 

—¿Quieres que te traiga un café?—emite la Señora Yun.

—Siento haberla arrastrado hasta aquí...— agrega Maichiru.

—No te preocupes, no podías venir sola ni tampoco con tu perrito, menos mal que el joven Hong Ki pudo llevarlo a casa –

—No pensé que llegaría este momento tan pronto... — emite con su mirada perdida.

—¿Tu padre es cardiaco?—

—Sí, es un poco testarudo, pero se controlaba mensualmente, pero esta enfermedad es impredecible...—

—Comprendo, oremos para que se recuperé, la fé mueve montañas – estrechando la mano de Maichiru.

—Gracias Señora Yun –

—Para eso estamos – sonríe dulcemente.

Hong Ki ingresa con el canino con rapidez, revisa la comida y el agua de las mascotas de la casa, y verificando que todo estuviera bien cerrado, sale rápidamente del hogar para dirigirse al hospital, los peludos tendrían que estar seguros en el hogar para que su amiga no se preocupara nada más que de su padre. Cerrando la puerta del ante jardín, busca las llaves de su automóvil hasta que un grito lo saca de su trance. 

—¡¿Qué mierda haces en la casa de mi novia?! – grita Yong Hwa —¡¿Acaso no fue suficiente con ese beso?! – empuñando sus manos en la chaqueta azul que vestía Hong Ki.

—¡¿Qué estupideces estás diciendo?! ¡Suéltame Yong Hwa que no estoy para juegos! –

—Mira tú quién lo dice, el que comenzó con esto fuiste tú, así que te advierto, no juegues conmigo que Maichiru es mi novia, mía, de nadie más – enfatiza el oriental.

—Claro que sé que es tu novia, no fue más que una actuación, así que déjate de estupideces y mejor ocúpate de ella –

—No tienes que decírmelo, yo sé muy bien cómo tengo que cuidarla –

—¿Ah sí?—logrando zafarse y bajando sus lentes oscuros –Entonces sabes que está en el hospital porque a su padre le dio un infarto –

—¡¿Qué?!

La joven sostenía con fuerza su celular entre sus manos, ahora la acompañaba Ryu Jin junto a su novia, y amiga de Maichiru. Pasaban las horas y no había noticias de su padre, nada de nada, la espera se estaba volviendo la peor tortura. Alza la mirada buscando en algo qué pensar, pero algo pendiente se cruza su mente, posando su mirada en la joven pareja que estaba a su lado.  

—Les costó mucho aparecer a ustedes dos frente a mí, Shin Jia...— interrumpe Maichiru.

—Lo siento – sonriendo nerviosa – No sabíamos cómo te lo podrías tomar... — emite la joven amiga.

—¿Crees que soy una celosa de mis amigos?—

—No es eso...— emite Shin Jia.

—De alguna manera sospechaba, cuando niños ustedes eran muy obvios –

HEY YOUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora