40. Vas a ser un gran escritor algún día.

Comenzar desde el principio
                                    

Dolor...

Escribí la palabra y para luego poner el lápiz entre mis dientes por un momento. Me quedé mirando la taza de café sobre la mesa frente a mí, justo al lado de mi teclado.

La sonrisa de mamá vino a mi mente y de repente estaba ahí detrás de mí, colocando la taza en mi mesa, como un recuerdo que se desvanece.

¿Escribiendo de nuevo? Susurró, poniendo su mano en mi hombro.

Casi podía sentir la presión de su mano allí.

Sí.

¿De qué se trata? Sonaba verdadera curiosidad.

Un niño, un niño que vive en las calles, sobreviviendo.

Ella hizo un puchero, Suena deprimente. Eres demasiado joven para escribir historias tristes.

Nos reflejamos a nosotros mismos en nuestras historias Le dije: Tú me dijiste eso.

Lo hice Admitió, apretando mi hombro, Vas a ser un gran escritor algún día.

Sople, No tengas tanta fe en mí.

Ella se inclinó y me besó en la mejilla, Siempre voy a tener fe en ti.

Ella se fue y el recuerdo se desvaneció, dejándome sola en esa habitación.

¿Todavía tienes fe en mí, mamá?

¿Incluso después de que te traicioné?

¿Incluso cuando estás muerta por mi culpa?

Por instinto, mi mano fue al tatuaje en mi cuello. Me lo merecía, merecía su significado.

Hubo un golpe suave en la puerta. Yo sabía quién era. Le había tomado todo este tiempo reunir el valor para venir a enfrentarme. No estaba enfadado, no como ayer. Ni siquiera decepcionado. Ella no me necesitaba decepcionado. Ya tenía bastante. Yo sabía que ella estaba aterrorizada.

—Adelante.

Helen entró, las manos detrás de su espalda y se sentó en mi cama, —Hola.

Gire mi asiento hacia ella, —Hola.

—Del 1 al diez, ¿Cuánto me odias?— Preguntó, pasando los dedos por su pelo.

Suspiré, —Yo no te odio, tonta.

—Lo siento, Evan. Yo sé que esperabas que yo fuera más inteligente que esto, que-

—Basta— La corté, —Yo esperaba que fueras tú misma, que cometieras errores, que cumplieras tus sueños. Yo esperaba que vivieras, Helen. Eso es todo lo que espero de ti. Que vivas.

—Sé que estás decepcionado.

—No lo estoy.

—Si lo estas, simplemente no quieres decirlo, no quieres hacerme sentir mal.

—Helen, enojarme contigo no va a cambiar nada, ¿verdad?— subió los pies en la cama para sentarse con las piernas cruzadas. Noté sus pies descalzos, —¿En serio?

Ella me dio una mirada confusa, —¿Qué?

—¿Caminando descalza con este frío?— Me levanté y busqué unos calcetines suaves en uno de los cajones. Me arrodillé delante de ella y agarre sus pies para ponérselos.

—El calentador esta encendido. Cálmate.

—Aun así esta frío, él puede tener frio.

—¿Él?— Ella me sonrió.

Mi amor de Wattpad (Libro I & II) [En librerías] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora