Mi amor de Wattpad (Libro I & II) [En librerías] ✔️

34. Parece que necesitas un trago.

Dedicado a KiaraVallolettPan por ganar el pequeño desafío en el grupo de Facebook. Buena esa, Kiara.

Capítulo 34

He cambiado.

Pensé cuando hice algo que nunca habría hecho antes.

Empujé a Evan lejos de mí.

Pues bien, con una mano pero lo hice. La expresión de dolor y conmoción en su cara me dolía, pero tenía que hacerlo. No podía lidiar con eso, no podía lidiar con él. Ya había tenido suficiente esa noche, no más situaciones relacionadas con emociones, no más de lidiar con los sentimientos de otras personas, tenía que encargarme de los míos.

Evan empujo a través de su dolor y trató de acercarse a mí una vez más, pero yo levanté la mano, —No.

Su cara cayó, el rechazo no era algo a lo que él estuviera acostumbrado, por lo menos no viniendo de mí, —Yo... lo siento.

—¿Qué estás haciendo aquí, Evan?— mi tono fue más duro de lo que esperado.

—Estaba preocupado y estaba tan contento de ver que estabas bien que yo... — él me miró con esa intensidad que utiliza para ponerme toda nerviosa y risueña, no esta vez.

—¿Que me besaste?— asintió.

—Estaba muy preocupado, Jules. No tienes idea— Sus palabras eran sinceras, pude verlo en el pozo oscuro de sus ojos, pero eso no me hizo sentir mejor. Mis emociones parecían estar en una especie de trance: congeladas y no sentidas.

Intente dejar escapar un largo suspiro, pero no pude, —Estoy bien.

—Jules... esta noche, lo siento mucho, saliste herida y fue mi culpa, haría cualquier cosa para compensarte por eso.

—¿Cualquier cosa?

Él asintió con entusiasmo, —Cualquier cosa.

Me quedé mirándolo directamente a los ojos, —Entonces, vete.

Sus ojos se abrieron, —¿Qué?

—Vete, Evan. Sal.— Pronuncié cada palabra lentamente. No tenía ni idea de dónde venia toda esta rabia. Un volcán dormido lleno de emociones había entrado en erupción dentro de mí.

—Jules, tienes razón al estar enojada conmigo, pero ¿Por qué estas tratando deliberadamente de hacerme daño?— Su voz tenía un dejo de tristeza.

—¡Porque quiero que te vayas!— Le grité, —No se trata de ti, por primera vez, Evan. Esto es sobre mí. Quiero estar sola, necesito estar sola. ¿A caso si quiera me preguntaste por qué tengo la cara roja de tanto llorar? No, tu solo entraste en esta habitación y me besaste con la esperanza de que ese beso haría todo estuviera bien entre nosotros. Bueno no esta vez, Evan. He tenido suficiente por esta noche. No puedo lidiar con esto ahora mismo. No puedo—Las lágrimas nublaron mi visión, pero yo las retuve.

La boca de Evan se abrió y cerró un par de veces, no sabía qué decir, —Está bien— Su fachada fría había llegado a la superficie, enderezando su expresión, dándole a sus oscuros ojos ese brillo de vacío que tan bien conocía. —Como desees— Se volvió de espaldas a mí y yo deje que las lágrimas cayeran.

Tan pronto como salió, rompí en sollozos.

No por él, sino para todo. Lloré hasta quedarme dormida en la noche de Navidad. Así no era como había planeado mis vacaciones pero una vez más, la vida era realmente impredecible.

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Sólo quería un fin de año calmado, ni siquiera quería una celebración. Con todo lo que había tenido que pasar, quería las cosas tan simples como pudiera ser posible: Esperar hasta la medianoche, gritar feliz año nuevo y luego ir a dormir.