Fourfold trouble - Los Cuatrillizos Tomlinson.

Prologo.

¡Lo sabía! Lo había sabido una y mil veces y es que mierda, ¿como coño pasan estas cosas? solo a mi y lo sabía y era este el momento donde yo misma me restregaba en la cara el gigantesco "TE LO DIJE!" y es que de tantos malditos problemas que atraigo mi nombre no debería ser Dallas, debería ser Imán, si escuchan bien, ¡Imán! y mi apellido "de problemas" Imán de problemas, como no se le ocurrió a mi papa. 

No quería llorar, de verdad que no, yo no era así y no por un tonto con ojos hermosos y sonrisa espectacular lo iba a hacer, no por ese tarado tan perfectamente imperfecto, ¿por qué lo haría? es decir ni que fuera el único chico del que me hubiera enamorado, ¿verdad? ah mejor cállate Dallas. Mi garganta dolía y es que yo tenía toda la culpa y si no era el, su hermano me heriría y si no era el hermano del hermano, entonces el hermano del hermano, ah joder el otro hermano que no era ninguno de ellos dos lo haría, y solo se podía confiar en uno y resulta ahora que el único Tomlinson confiable me odiaba después de a ver sido mi muy cercano amigo por un rato, solo yo tenía esta clase de problemas. Por eso era mi nombre; Imán.  

Jadee y fue entonces que me di cuenta que estaba llorando ya, y era extraño y podía imaginar lo horrible que lucía, entonces saque de mi bolsillo el tan anhelado cigarrillo que había estado luchando por ni siquiera mirar desde hacía ya un tiempo. "no lo hagas, se lo prometiste" pf pero por favor, el me había prometido y roto tantas promesas que realmente me daba igual en este momento las que yo hice, si el puede romperlas, yo también. Y valla ironía que tenga que romper la promesa que hice para aliviarme del dolor de aquellas cosas que el prometió y no cumplió. Saque un encendedor que cargaba siempre de lo mas profundo de mi bolso para prender el preciado cigarrillo, lo eche a mi boca tratando de calmarme. Después avente aquel bolso lejos, esta no era yo. ¿Qué coño me había sucedido? Solloce en un intento de alejar a los hermanos de mi mente. De todo, la noche era fría y apenas podía con mis problemas. Escuche unos pasos corriendo así que gire para mirar al rubio. Su rostro se relajo inmediatamente y pude verlo suspirar de alivio. Mi amigo era un libro abierto. Tan fácil de leer. Pero yo odiaba leer. 

- ¡Dallas!- me gritó y me abrazó con mucha, mucha fuerza- ¿Tu... lloras?- lo golpee en el hombro intentando alejarlo mientras con la mano libre me limpiaba los ojos y miraba que mi piel estaba manchada de negro. Genial, maldito delineador.- ¿Y fumando de nuevo?- me arrebató el cigarrillo y lo aplasto bajo su suela para abrazarme una vez más, lo deje hacerlo mientras lloraba involuntariamente aun más fuerte. No quería hablar. Tenía más bien, mucho que pensar- ¿Qué pasa? ¿por qué no me hablas?- lo mire con una mueca triste y más lágrimas en mis ojos- ¿Quien te hizo algo?

- Tomlinson- me atreví a hablar.

- Bueno, con eso no me dices mucho, dímelo amor ¿cual de los cuatro? - preguntó como lo había hecho desde que los conocimos.

"Cual de los cuatro me había hecho daño" a mi, a la que nada lastimaba.