22

1.8K 134 119
                                    

Entramos de nuevo a la casa, mis labios estaban morados y estaba temblando de frío, fui hasta mi habitación en casa de la Tía Anne y le pedí a Josh que me esperara en la sala en lo que yo me cambiaba y me ponía ropa seca. Una vez que volví a la sala, me senté a lado de Josh, no puedo creer que un chico como él se fije en mí, digo, él es genial, su personalidad es de los más divertida y amigable, a pesar de que es tímido, lo cual me encanta porque es el contraste perfecto de su apariencia. Él se ve una persona segura de sí misma, que cuando lo vez tú puedes pensar que es alguien arrogante, pero una vez que lo conoces te das cuenta que no lo es. Si tuviera que usar una palabra para describirlo diría: Josh. Porque él va más allá de cualquier adjetivo calificativo. 

—Tus labios están morados —comentó mientras dejaba un pequeño beso en ellos.  

—Creo que necesito algo caliente —el rostro de Josh cambió a una expresión pervertida.

—Y el pervertido soy yo ¿no? 

—Pues déjame decirte que fuiste tú quién lo mal pensó, querido. 

—Ven aquí, tonta —me jaló hasta él y me besó. 

No puedo creer que todo esto esté pasando, he hecho tantas cosas para arruinar esta relación, pero Josh siempre se quedó, él estuvo ahí esperando mientras yo huía de un pasado que simplemente no puedo cambiar y él me ama aún después de todo eso. En estos momentos me siento la mujer más afortunada del mundo, porque estoy entre sus brazos, porque él me está entregando su amor. Sé que él puede tener a la chica que quiera, pero... me ha escogido a mí por sobre todas las demás. 

Una lágrima rodó por mi mejilla y Josh detuvo el beso.

—¿Sucede algo malo? ¿Es muy apresurado? Puedo esperar todo el tiempo que necesites—se apresuró a hablar. Negué con la cabeza.

—No pasa nada, estoy llorando de felicidad, ahora tú ven aquí. 

Lo llevé hasta mi habitación, nos recostamos en mi cama, Josh se colocó sobre mí sin poner su peso, apoyándose en sus codos y siguió besándome. De un momento a otro todas las prendas que nos separaban fueron desapareciendo una a una, hasta que ambos quedamos en ropa interior, el roce de la piel de Josh con la mía hacía que miles de fuegos artificiales empezaran en mi estómago, todo parecía perfecto, tocaba mi cuerpo suave y lentamente, disfrutando del tacto. 

—Creo que no lo había mencionado antes, pero me encantaron tus tatuajes —murmuró en mis labios, me besó y besó la rosa que tenía tatuada en mi hombro y se pasó a mi cuello, hice mi cabeza hacia un lado para que él continuara.

Pasé mis manos por su espalda y hombros, retiró mi sostén y mis bragas dejándome expuesta, pasó su mirada por cada centímetro de mi cuerpo y mordió su labio. 

—Mejor que las fotos —bromeó.

—Oh, cállate, Josh —golpeé levemente su hombro, seguido tapé mi rostro.

—Hey, hey, no. Mírame —retiró con delicadeza mis manos y clavó su mirada en mis ojos —. ¿Lista? 

Asentí en modo de respuesta y por primera vez, Josh y yo éramos uno solo, por primera vez estábamos uniéndonos en algo más físico que emocional. Él no dejó de mirarme a los ojos, ni siquiera desviaba la vista a alguna otra parte de mi cuerpo y yo tampoco sentí la necesidad de apartar mi vista. Me perdí en sus ojos y dejé que todo fluyera y habría sido la noche más perfecta de toda mi vida si tan sólo...

—¡Aitana, ya llegué! —se oyó el grito desde la sala de estar. 

—Oh por Dios —susurré al borde de un ataque de risa.

Tear in my heart || Josh DunDonde viven las historias. Descúbrelo ahora