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Vamos ¿qué tan difícil puede ser? Sólo tienes que entrar en esa habitación, decirle la verdad, darte media vuelta y salir de ahí, con la dignidad intacta. Es fácil ¿no?

Síp, esa soy yo tratando de darme ánimos para poder decirle adiós al ex-amor de mi vida.

Sé que una historia debe comenzar a ser contada desde el inicio, pero la mía no, yo comenzaré desde el día en que sentí que mi vida se acabó.

Tomé todo el enojo que mi pequeño cuerpo de 1,50 podía acumular y en un minuto de valentía entré a la habitación donde el hombre que más he amado en toda mi vida estaba teniendo sexo con mi mejor amiga, lo sé un clásico cliché ¿pero qué puedo decir? son cosas que realmente pasan en la vida real.

Aclaré mi garganta. Joder realmente me sentía con valor para hacer esto.

—No quiero interrumpir, de verdad que no quiero, pero sólo me vengo a dejarte esto - comencé a hablar con una pizca de sarcasmo en mi voz —. Creo que te hará mucha falta, y espero que estén consientes que después de esto, no quiero que ninguno de los dos vuelva a ponerse frente a mí en toda su miserable existencia ¿de acuerdo? —terminé de hablar y coloqué el anillo de bodas que él me había dado semanas antes sobre una cajonera que había en la habitación. —Lo he dejado aquí, para ahorrarte la molestia. Púdranse.

Los rostro sorprendidos de ambos hacían que mi coraje aumentara. Pero realmente me alegra que me di cuenta antes de que todo avanzara más, antes de ser la esposa de un sabandija, poco hombre.

—¡Shannie! —escuché cómo gritaban mi nombre, pero no pienso volver, no daré un paso atrás en esto.

Caminé apresurando el paso, mientras me tragaba todas las lágrimas que querían salir. El nudo en mi garganta se hizo más grande, imposible de deshacer con saliva, sentía un peso muy grande en mis hombros, mi respiración fallaba y mi corazón se encogió, tuve que morder mi labio para que el dolor interno disminuyera.

—¡Por favor, espera! —esa fue la gota que derramó el vaso, ahora me encontraba en la acera frente al edificio de apartamentos donde él vivía. Me giré para verle, venía sin camisa, descalzo y con el pantalón sin abrochar. Su cabello revuelto por las manos de esa zorra.

—¡¿PARA QUÉ?! —grité, no me importaba llamar la atención de los demás. Sólo quería irme a mi casa para hundirme en mi auto-compasión. —¿Qué me dirás? ¿Que no es lo que parece? Si dirás eso mejor olvídalo, no quiero oírlo. —Se quedó en silencio.

El que calla, otorga.

—Perdón. —Murmuró.

—¿Por qué? Por ponerme el cuerno con mi mejor amiga, por hacerme desperdiciar diez años de mi vida o por humillarme de la manera más baja. Dime ¿cuál de la anteriores? —hablé con lágrimas bajando por mis mejillas, sinceramente creo que todas esas palabras salieron con más dolor del que yo misma quisiera admitir.

—Shannie...

—Shannie nada. Se acabó. —Me di media vuelta y comencé a caminar hasta llegar a mi auto.

Encendí el auto y comencé a conducir por la ciudad, él no merece mis lágrimas y no se llevará más de las que ya le di, no más. Me voy a vengar oh sí que lo haré.

Primero, me pondré de pie de esta caída y le demostraré que mi vida no giraba en torno a él, que puedo salir a delante por mí misma, que soy más mujer de lo que él cree. Voy a demostrarle de qué está hecha Shannie Tibbit y se arrepentirá de haberme dejado. Lo juro.

ווו×

Tiempo después...

Tear in my heart || Josh DunWhere stories live. Discover now